Ni la pandemia de la covid19 ha podido con la tradicional Noche del Nadal, que ha galardonado a las escritoras Maria Barbal i Najat El Hachmi, con los premios Josep Pla i Nadal, respectivamente.
Como cada año desde 1945 en que una joven escritora inédita, Carmen Laforet –de quien este año se celebra el centenario–, se alzaba con aquel mítico primer Premio Nadal con Nada, Destino ha iniciado el año literario en los fastuosos salones el Hotel Palace. Este año, una noche de Reyes (o de Reinas) reducida a una rueda de prensa sin cena, sin invitados, solo con los periodistas, que hoy no ha hecho falta que cenaran con un ojo en el portátil o en el bloc de notas mientras comían el roscón, y acababan deprisa sus crónicas.
Este ha sido un 6 de enero excepcional que ha querido tener un fuerte acento femenino, coronando a dos escritoras consolidadas y reconocidas por los lectores y la crítica, Maria Barbal i Najat El Hachmi, con el Josep Pla i el Nadal. Dos autoras que se añaden a nombres como los de Teresa Pàmies, Maria Àngels Anglada, Olga Xirinachs, Carme Riera, Llucia Ramis o Carmen Martín Gaite, Ana Maria Matute, Rosa Regàs, Alicia Giménez Barlett, Care Santos o Ana Merino, que el año pasado protagonizó otro dúo de reinas con Laia Aguilar, última ganadora del Josep Pla.
Tàndem, una pareja que opta por vivir el momento
La escritora pallaresa Maria Barbal (Tremp, 1949) ha sido la galardonada con el Premio Josep Pla en un año que coincide con el 40.º aniversario de la muerte del escritor de Palafrugell. Barbal, que publicó en el 2019, A l'amic escocès, ha sido distinguida por un jurado formado por Marc Artigau, Montse Barderi, Antoni Pladevall, Laia Aguilar i Glòria Gasch, por una historia "sobre la felicidad" ambientada en la Barcelona actual y protagonizada por una pareja, Helena i Armand, que deja atrás el pasado y deciden disfrutar de la libertad de vivir el momento y dejarse llevar, "pedaleando juntos y formando un tándem".
Barbal ha recordado que hace muchos años una historia le dio un empuje, como si le dijera, "escríbeme". Aquel llamamiento fue Pedra de tartera, un homenaje a la madre y lo suelta y un clamor contra la injusticia de las guerras, las penas que vivieron resignadas y sin quejarse. "Con esta herencia me abrieron el camino de la literatura, que yo considero una segunda patria, exigente pero que, de vez en cuando, da alegrías", como este galardón, ha asegurado Barbal.
En este sentido, la autora ha reconocido que se ha concedido la libertad de presentarse a un galardón después de muchos años de no hacerlo –ganó el Joaquim Ruyra con Pedra de tartera en 1984 y el Prudenci Bertrana por País íntim, además de reconocimientos de la crítica y a la trayectoria–, y ha afirmado que se siente bien con la decisión de hacerlo, antes de dedicar el galardón a sus vecinos de Tremp, que sufrieron duramente la guerra y la represión franquista. Tàndem serà publicat per Columna.
Mujeres que luchan por su libertad desde la periferia de la periferia
Najat El Hachmi (Nador, 1979), que debutó con el libro autobiográfico Jo també sóc catalana el año 200, ha sido galardonada con el Nadal (dotado con 18.000 euros) por Mañana nos querrán, su primera novela en castellano, por un jurado formado por Alicia Giménez Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello y Emili Rosales.
El-Hachmi ha reconocido que escribió la historia en las dos lenguas, dando lugar a dos manuscritos diferentes, que se han alimentado el uno en el otro, y que serán publicados por Destino. La escritora ha recordado que Virginia Woolf se dejó de decir que más allá de la habitación propia y una solvencia económica, hacía falta que dijera que la escritora tuviera alguien que pusiera lavadoras y lo animara, ha asegurado antes de dedicar el premio a su compañero.
Mañana nos querrán está protagonizada por dos mujeres de la periferia de la periferia, que tienen muy difícil conseguir una libertad condicionada por su origen, religió, sexo y clase social, en un barrio con un fuerte control social . El Hachmi, premiada con el Ramon Llull por L'últim patriarca, y con el BBVA Sant Joan por La filla estrangera, ha querido homenajear a todas las mujeres que viven situaciones en que la libertad parece imposible, y a todas "las valientes que salieron del camino correcto para ser libres".