Maria Xinxó ha publicado un libro para defender el uso del lazo amarillo: Jo també porto el llaç groc. 100 raons per exhibir el símbol de la llibertat (ed. Columna). Para hacer este libro Maria Xinxó ha recorrido más de 60 pueblos de Catalunya y ha entrevistado a cien personas que llevan el lazo amarillo. El libro cuenta con un prólogo de Pep Guardiola, que ha sufrido represalias por haber usado el lazo amarillo como entrenador del Manchester (recordamos que el estadio de Wembley se solidarizó con su míster con lazos amarillos).
En la introducción, Xinxó reconstruye como se produjo la elección del lazo amarillo como símbolo de la liberación de los presos. Y por casualidad, este símbolo coincidía con lo que había sido usado por los austracistas durante la Guerra de Sucesión. Maria Xinxó intenta buscar en este libro catalanes los más diversos posibles que llevan el lazo amarillo, de todas edades, profesiones y orígenes... Jo també porto el llaç groc quiere ser una muestra de la diversidad de esta reivindicación.
En el libro también se recoge del testimonio de las agresiones sufridas por gente que lleva el lazo amarillo: "Me han llegado a escupir por llevar el lazo amarillo, pero yo no les digo nada, no me quiero enemistar con nadie", afirma una ciudadana de Arenys... Incluso una abuela de 87 años denuncia que fue insultada por llevar este símbolo. Los incidentes recientes en el Teatro Real de Madrid muestran la hostilidad de ciertos estamentos a esta muestra de libertad de expresión.
Entre los testimonios dominan los de los independentistas, pero la obra también incluye a gente que sin serlo reivindica la libertad de los presos políticos. Muchos de los que llevan el lazo amarillo se plantean su reivindicación, más que en términos independentistas, en términos democráticos. Como Jaume: "Llevar el lazo amarillo sirve para que la gente que no lo lleva se plantee en qué sociedad vivimos, con gente en la prisión y en el exilio por sus ideas políticas". "Cuando hay una injusticia tienes que tomar partido", explica un electricista, contundente.
Entre los entrevistados, en su mayoría gente anónima, figuran personalidades destacadas: actores, activistas, músicos... Y no podían faltar los parientes directos de los represaliados: Laura Masvidal, pareja de Joaquim Forn, Txell Bonet, esposa de Jordi Cuixart... Pero más allá de estos presos, Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium Cultural, apunta que el lazo representa a los presos y los exiliados, pero también a "todos aquellos anónimos que están sufriendo la represión del Estado: concejales, payasos, maestros de escuela, mecánicos...". Una de las entrevistadas explica: "Un policía español me amenazó y me hizo daño, porque escondí las urnas el día del 1-O. Ahora puedo hablar de ello sin llorar, pero me ha costado mucho superarlo. Llevo el lazo amarillo por los presos, pero también porque mañana puedo ser yo la que esté en la prisión". Algunos de los entrevistados son optimistas, pero Maria, estudiante de 25 años, afirma: "No sé hasta cuándo lo tendré que llevar. Pero creo que será un periodo largo".