Màrius Serra presenta estos días Res no és perfecte a Hawaii. Nos recibe en el bar de un hotel barcelonés. Se le ve fresco, aunque lleva ya unas cuantas entrevistas. En pocos minutos pierde toda la tensión: contesta afable todas las preguntas, sin prisas, y accede tranquilamente a las peticiones del fotógrafo.
Explique brevemente el argumento de esta novela.
Res no és perfecte a Hawaii explica el camino de una persona que se siente desamparada porque la emocionalidad le es negada, y que quiere saber por qué tiene este carácter. Pero esta historia personal tiene una dimensión colectiva que nos lleva al Hawai del siglo XXI, con el fenómeno de la especulación urbanística, y también con el de la corrupción de las élites.
Al principio de la obra hay un crimen. ¿Se trata de una novela negra?
No, metí cuatro muertes al inicio, porque es un momento clave de la historia, pero la obra no pretende ser una novela negra. Aquello que más me interesa, en el fondo, es la verdad del personaje principal, no la de las muertes. Eso sí, el argumento juega con la investigación: una investigación no policial, sino periodística.
En esta novela asegura que Hawai no es perfecto. Eso sorprenderá a muchos...
Hice un primer viaje a Hawai con mi hijo, en 2003. Llegué por influencia de la serie Magnum, que presentaba un Hawai idílico. Y me encontré con un paraíso, a nivel de naturaleza. Pero este paraíso había sido absolutamente pervertido por el turismo (y probablemente una parte de la culpa la tenía, justamente, Magnum, que dio a conocer el archipiélago en el mundo). Todo estaba masificado para convertirlo en el paraíso accesible para la clase media americana. Waikiki, la principal playa de Honolulu, es la Marina d'Or del Pacífico.
Waikiki, la principal playa de Honolulu, es la Marina d'Or del Pacífico
¿La cultura hawaiana ha sufrido también el embate del turismo?
En los años cincuenta Elvis Presley visitó Hawai y allí grabó un disco. A partir de ese momento se difundió el mito de Hawai como el lugar donde el recién llegado era recibido con collares de flores, y donde todo el mundo se pasaba el día bailando el hula. Eso ha derivado en la cultura "aloha", que es una manipulación completa de la cultura tradicional.
¿Su formación en Filología inglesa, lo llevó a este interés por el colonialismo británico?
En la carrera empecé a aprender cosas sobre el imperio británico. Y me fascinaron mucho. En aquel tiempo aquí no había nada de diversidad cultural. Pero ibas a Londres y veías gente de muchas razas y muchas culturas, lo que hoy ves aquí. Eso me fascinaba. Y me empezó a despertar el interés por otros mundos, aunque tardé mucho en empezar a informarme sobre Hawai.
Aunque no es una novela histórica, Res no és perfecte a Hawaii pone mucho énfasis en un episodio histórico: la llegada del capitán Cook al archipiélago.
Hay polémicas fascinantes sobre la estancia del capitán Cook en el archipiélago. Unos especialistas, liderados por el antropólogo norteamericano Marshall Sahlins, aseguran que Cook fue confundido con un Dios, y que por eso fue muy bien recibido en las islas. Por el contrario un estudioso de Sri Lanka, Gananath Obeyesekere, alega que la versión de Sahlins es un mito colonialista. Me parece una polémica fascinante, que desborda la cuestión puramente académica y toma una dimensión vital. En la novela cito a los dos intelectuales, pero tuve que reprimirme para no incluir ninguna discusión demasiado académica.
Otra polémica es la que gira entorno a la muerte de Cook.
Siempre se había dicho que Cook había muerto en un enfrentamiento cuando intentaba interponerse entre los isleños y sus hombres. Se le presentaba como un mártir del pacifismo. Pero en el 2005 se encontró un cuadro de época que presentaba a Cook luchando en pleno combate contra los hawaianos. Y que ponía en evidencia su actuación colonialista.
Aunque toda la acción de la novela se sitúa en Hawai, hay un personaje catalán. ¿No se puede escapar a nuestro entorno? ¿Ni siquiera escribiendo sobre Hawai?
No podemos rehuir la realidad de la que uno sale. Por eso he querido incorporar a un personaje catalán, un corrupto que interactúa con la élite del archipiélago. Representa a un turbio hombre de negocios, un exponente del peor tipo del pujolismo, que viaja a Hawai con su mujer, dos cuñadas y sus dos hijos, que serán quienes más se relacionan con los hawaianos.
En la novela toca el tema de la identidad: ¿los hawaianos tienen problemas similares a los catalanes?
Llegué al archipiélago en 2005, en la época en que en Catalunya el debate del Estatut estaba muy vivo. Y llego a Hawai y me entero de que un senador exige un Estatuto. Y veía continuamente a los jóvenes que iban a la playa en pick-ups con banderas independentistas...
Llego a Hawai y me entero de que un senador exige un Estatuto. Y veía continuamente a los jóvenes que iban a la playa en pick-ups con banderas independentistas...
Algunos aspectos del Hawai que presenta su novela tienen claros paralelismos aquí: la destrucción urbanística de la costa, la corrupción política, los efectos perniciosos del turismo...
En realidad, el Wells Epoch, el monstruo urbanístico en el que se inicia la novela, sería perfectamente viable en muchos lugares de los Països Catalans. Y en el fondo, la práctica de la hulaterapia, no es más que un tablao... En su versión más exótica.
Al principio de su carrera literaria escribía cuentos. Ahora nos ofrece una novela de 500 páginas.
Es probable que Res no és perfecte a Hawaii sea la novela más larga que he hecho. Pero es que me he sentido muy a gusto haciéndola. Además, me dio el pretexto para volver a Hawai. A medida que escribía, la historia iba creciendo. Y me he dejado llevar por la escritura.
Ha escrito cuentos, novelas, teatro, guiones radiofónicos, artículos, palabras cruzadas... ¿Cómo se lo hace?
Intento que cada proyecto, cada libro, sea radicalmente diferente de los anteriores. No dejo de explorar: si veo un camino que pienso que lleva a algún lugar, me meto. No descarto nada. Este mismo Sant Jordi saco un libro para niños escrito en pareados. Pero, a pesar de todo, donde me siento más cómodo es en la narrativa: en la novela y los cuentos.
Fue uno de los primeros escritores catalanes en plantear una obra literaria pensada para medios multimedia. ¿Cómo piensa que evolucionará la literatura ante la creciente presencia del mundo virtual?
Hace años hice un relato que se podía bajar por Bluetooth: era gratuito y tuvo 30.000 bajadas. El mundo digital es un mundo insoslayable. Pero yo no soy un nativo digital. Como lector, soy mucho del papel. Como creador creo que todavía se tiene que ver como el mundo digital influirá en nuestra escritura. A buen seguro que aparecerán nuevas formas literarias, pero probablemente las harán nuevas generaciones, gente que ya son nativos digitales.
Así pues, ¿es optimista?
El discurso apocalíptico es el discurso de la tortuga. Soy optimista, pero a pesar de todo veo muchas incógnitas en el mundo digital. La lectura literaria requiere continuidad y concentración, y el mundo actual nos lleva a la simultaneidad y a la interrupción constante. Además, en el mundo del libro digital está muy presente la sombra amarga de la piratería. Hace falta una vía segura de distribución, y de momento no existe.