Periodista y voz inconfundible de Catalunya Radio desde el año 1991, Marta Romagosa (Cornellà de Llobregat, 1967), se ha convertido en una de las profesionales más amadas del panorama radiofónico catalán. Actualmente, dirige y presenta Catalunya al dia de Catalunya Informació. Además de su destacada trayectoria periodística, es autora de varios libros, como Tots esl noms del desig, 22 homes i un desig, La Polaroid i altres relats y Tres nits fora de casa. Recientemente, ha publicado 28 metres (Univers Libres), una novela que explora las oportunidades perdidas y la lucha de una mujer para transgredir las expectativas sociales. Hablamos con ella sobre su última novel•la, su trayectoria periodística, la afición que tiene por la fotografía y su relación con el también periodista Toni Clapés.

Me ha llamado mucho la atención esta cúpula de la portada del libro. ¿Qué historia esconde?
Esta cúpula es una de las cúpulas que hay en plaza Francesc Macià de Barcelona, que es la que veo cuando voy a trabajar en Catalunya Ràdio. ¿Y siempre pensaba, «Que chulo sería subir aquí arriba, quien debe vivir allí»?
Y decidiste subir.
Exacto, escribí una carta a la atención del propietario del ático donde está la cúpula, la puse en un sobre y un día, a las siete de la mañana, le di la carta al portero.
¿Y qué decía en la carta?
Yo me presentaba y ponía todas las referencias para que no se pensara que estaba «chalada», y le explicaba que quería hacer una historia que empezara allí arriba. Y que si le iba bien dejarme salir a la terraza y tomar notas.
¿Y te respondió?
No pasó una semana que me sonó el teléfono y me dijo, «Soy Jaume, de la cúpula». Con una ilusión se le agradecí muchísimo, casi no lo dejo hablar, y me dijo, «ven cuando quieras, lo he hablado con mis hijos y están muy entusiasmados».
¿Subiste?
Sí. Este libro está hecho, entre otras cosas, gracias a Manuel, que es el conserje, y Jaume, porque me dejaron entrar.
¿Qué se siente desde allí arriba?
Estar en la cúpula es una sensación de tenerlo todo a tu alcance, y de soledad, porque ves que abajo hay confusión, carrerillas, y prácticamente tienes más cerca el cielo que la tierra, estoy hablando metafóricamente, pero tienes una sensación como de paz.

¿Qué te anotaste?
Pues cuántos peldaños hay para subir arriba de la cúpula, por donde sopla el viento, si se paran los pájaros o no en aquella terraza, y las sensaciones que me generaban de «yo lo podría tener todo». Aquí empieza la historia de alguien que está aquí arriba, y todo el mundo se piensa que lo tiene todo.
¿A qué hacen referencia estos 28 metros?
Sería la distancia que hay entre la cúpula y la gente que hay en la calle. Entonces una historia está arriba de la cúpula y otra historia está abajo.
En esta historia aparece una persona sin techo. ¿Has hecho trabajo de investigación?
Como soy periodista, me he documentado mucho de entrevistas, lo que no quería es ir a buscar una asociación concreta para no tener ningún tipo de interferencia de nada. Entre eso y una pequeña conversación con alguna persona he tenido suficiente.
¿Era la parte más complicada?
Era un reto. Durante la pandemia caminé mucho por la calle. Hay una escena que a mí me choca mucho, que sale en el libro, en el que hay un hotel cerrado, con el candado, dos plantas a fuera, muriéndose, y en la puerta exterior todo de cartones y una persona durmiendo. Y tú pensabas, aquí dentro hay 60 habitaciones con las camas hechas, la almohadas limpias, las sábanas y esta persona está aquí.
La ciudad de Barcelona es un personaje más de la historia que transcurre durante el Covid. ¿Cómo viviste los meses de confinamiento?
Yo salía a trabajar cada día, y muchas de las escenas que explico en el libro son a partir de fotos que hice por la calle, a medida que iba subiendo por el Eixample o me iba moviendo por la Diagonal vacía. Y las fotografías me han ido bien para explicar la historia de contrastes.
Con las fotos tengo un trauma
Ahora que cuentas que hacías fotografías durante los meses de confinamiento, he recordado que tienes un libro de cuentos que se llama La Polaroid altres relats, y de hecho, la protagonista de 28 metres es fotógrafa. ¿Eres una aficionada a la fotografía?
Sí, me gusta mucho hacer fotos y álbumes bonitos y mirarlos. Sobre todo de vacaciones o de cuando mi hija era pequeña. El día que haya la tormenta solar y fallen todas las máquinas, yo tendré álbumes de fotos, al menos alguna cosa podré recuperar. Porque tengo la necesidad de mirar fotografías. A mí me puedes encontrar en medio del pasillo de casa, sentada en el suelo, mirando álbumes de fotos.
¿Miras las fotografías porque eres una persona nostálgica?
No, no. Es como para ser consciente de que todo aquello yo lo he vivido. Con las fotos tengo un trauma.
¿Qué quieres decir que tienes un trauma?
Para el viaje de luna de miel nos compramos una cámara nueva. Fue muy traumático y lloré mucho. Lloré mucho, no lo he explicado demasiado, pero mucho, lloré.
¿Ay, explícamelo, qué pasó?
El año 2001 fui de viaje de bodas en Florencia e hice muchas fotos. En la tienda donde compré la cámara me lo montaron ellos, aquello que siempre te lo montas tú en casa. Y te hablo de la prehistoria, que quiere decir que el carrete se llevaba a revelar.
Sigue, sigue.
Cuando nos casamos, yo todavía vivía en Cornellà y entonces hice el traslado de Cornellà en Barcelona después del viaje, porque como el piso de Cornellà era mío, pensaba, ya lo haré, no hay prisa. Y llevé las fotos a revelar en Cornellà, y cuando fui a buscarlas, el señor de la tienda me hizo sentarme. ¿Que pensé, «ahora qué le pasa a este hombre?» Y me dijo, «mira, te las he revelado igualmente, pero no han salido bien». ¿Y digo, «alguna no ha salido bien»? Dice: «no, no, que la cámara tiene algún problema». Digo: «qué quiere decir?» ¿Y miro las fotos, las tengo guardadas, eh? No las he vuelto a mirar. En las fotos se veía el paisaje, la persona, todo desenfocado, y en primer término unas letras en inglés, castellano y chino que decía «retirar antas de usar», es decir, había un filtro dentro de la cámara y yo no lo comprobé porque dejé que el señor de la tienda me lo hiciera.

No me lo puedo creer.
Este es mi trauma. Esta es la gran mala suerte de mi vida. Pero después volví a Florencia.
No me quiero jubilar
Entraste a Catalunya Radio en el año 1991, he estado haciendo números y debes llevar más de 35 años cotizados.
No lo sé, muchos.
¿Piensas en la jubilación?
No, no me quiero jubilar. Pienso en ello porque compañeros con quienes hemos trabajado juntos muchos años empiezan a jubilarse, Toni Arbonés o Neus Bonet.
Tengo el ego en un cajón
¿Te da miedo jubilarte por no saber como llenar tu tiempo libre?
No, no me da miedo porque tengo muchas cosas que hacer. Es, simplemente, que me gusta mi trabajo. El día que no haga radio, iré a una radio local a hacer de colaboradora, de gratis, si hace falta. Estoy convencida. Yo hago radio desde antes de entrar a hacer la carrera.
¿Quieres decir que no has tenido nunca ningún trabajo que no esté relacionado con el periodismo?
No. Es muy curioso porque todos los periodistas han hecho trabajitos, sí.
Cuando he dicho a mis compañeros que venías, alguno me ha dicho «Ah, sí, es la mujer de Clapés». ¿Eso de ser "la mujer de" te da rabia?
Me he encontrado con esta situación alguna vez. Pero como yo tengo el ego en un cajón, no tengo ningún problema. Da rabia cuando estás en un lugar con más gente y según si estoy acompañada o no, te dan más o menos conversación. Y dices, «ah, hoy que vengo sola ya no somos tan amigos». Y pienso, «claro, no estoy con Toni». Y da rabia porque quizás soy más antipática, no tengo tan buena conversación o no hago tanta gracia, pero si realmente cuando está él hemos hablado tranquilamente... O incluso alguna vez me ha pasado que he estado en una conversación con Toni y alguien con él hablando, tiqui-tiqui-tiqui-tiqui y tú estás allí al lado y haces, «¿hola, podemos conversar los tres»?
Toni siempre me dice, «tú hubieras hecho todavía más cosas si no estuvieras conmigo, yo he coartado tu carrera»
Qué incómodo.
Y Toni me dice «te ha menospreciado». Además, cuando lo notas, al final te vas a buscar un vaso de agua. Y Toni siempre me dice, «tú hubieras hecho todavía más cosas si no estuvieras conmigo, yo he coartado tu carrera». Siempre lo dice, pero no es verdad. Me dice «merecerías haber hecho todavía más cosas y si no lo has hecho igual es por mi culpa».
¿Tú te has quedado con las ganas de hacer otras cosas?
Hombre, sí, sí.
¿Y qué te habría gustado hacer?
Me habría gustado hacer un programa fuera de los servicios informativos en Catalunya Radio, que todavía no descarto. Hice un programa que se llamaba 'El Mirall' y siempre digo que lo hice yo porque no habría presupuesto para nadie más.
No me pude presentar a las pruebas de TV3 porque estaba en el entierro de mi padre
¿Quizás alguna cosa en la televisión?
Solo me he presentado a TV3 una vez que tenía que hacer el examen y justo mi padre se murió y yo no pude ir a las pruebas porque estaba al entierro. Se murió así de un día por|para el otro, sin que tocara.
¿Has querido hacer nunca El Matí de Catalunya Ràdio?
Nunca. Hay gente que entra en un despacho y es capaz de pedirlo, yo no, porque sé lo que implica.
¿Con Toni os escucháis mutuamente y os dais consejos?
Sí, tengo esta faceta de coach, pero cuando yo he hecho algún programa en verano, él se lo ha escuchado y me ha dicho «Ostras, eso muy bien, aquí encuentro que eso no sé qué», siempre en constructivo. Yo siempre soy de tirar muchos piropos, pero cuando una cosa no me acaba de hacer el peso, le hago la reflexión constructiva y siempre me dice, «es que tienes razón», y no se me enfada, que eso también es importante.
Sois un equipo.
Sí, sí, totalmente. Yo había tenido alguna pareja que no tenían nada que ver con los medios y no entendía que tuviera que ir a trabajar en un momento determinado porque pasaba alguna cosa. Y ahora no me pasa. A veces llega Toni y dice «Ostras, que lío he tenido esta tarde, y yo he estado haciendo otra cosa, y él me hace la broma y me dice «tú haces informativos y no sabes eso»?. Digo «chico, hoy no te he escuchado». Él entiende perfectamente que yo me desconecte.
Nos conocimos en Catalunya Ràdio. No nos caímos nada bien, al principio
¿Qué tal es trabajar en empresas que se hacen la competencia?
Nos respetamos, sabemos qué nos podemos contar y qué no nos tenemos que explicar. Yo hago reuniones en las cuales las cosas tienen que quedar a dentro, yo sé dónde puedo llegar y qué le puedo explicar, igual que él hace conmigo.

¿Que difícil, eh?
Sí, es difícil, pero yo creo que nos respetamos bien.
¿Os conocisteis trabajando?
Sí, nos conocimos en Catalunya Ràdio. No nos caímos nada bien al principio.
¿Ah, no?
No, no. Yo hacía el Catalunya nit de siete a ocho y él hacía el programa de seis a siete. Y ellos cuando acababan, me intentaban hacer reir cuando entraba a las siete. Cada día, cada día, cada día. Y yo cuando estoy con los cascos puestos ya puede pasar lo que sea, que no me río. Y con la tontería esta pensó, «esta tía es una estúpida, la típica de informativos que se piensa que lo importante es lo que explica ella», y yo pensaba «este graciosete que se piensa que me tiene que hacer reír cada vez de que empiezo el programa». Y con la tontería pues mira donde estamos.
Yo creo que no podré dar nunca la noticia de la independencia de Catalunya
¿Qué noticia política catalana te gustaría dar?
¿Qué quieres que te diga? ¿La independencia de Catalunya? ¿Quieres que te diga eso? Es que no la daré nunca.
¿Tu crees?
Mi padre siempre me decía, «Catalunya un día será independiente y yo no lo veré». Y hace unos años pensé, «calla que mi padre tenía razón». Tal como está el panorama en estos momentos, yo creo que no la podré dar nunca.
¿Sin embargo, te gustaría?
Me gustaría si la gente lo decidiera. Pero eso quiere decir que nos tendrían que dejar decidir y volvemos a empezar toda la historia. Es muy complicado, darla. En el pasado decía «que dejara de existir la banda terrorista ETA». ¡Pam! Pasó y fui y lo explicamos.
¿Es la noticia más importante que has dado?
Recuerdo el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Vic, había muertos. También un accidente que hubo en Banyoles en una barca que se hundió y murieron muchas personas mayores francesas. Recuerdo el accidente de hace diez años de German Wings. Mònica Terribas y Marta Prat iban en un avión dirección Bruselas y durante unos minutos nadie sabía qué avión había caído. También recuerdo la muerte de Lola Flores y dije «Esta mujer, a mí no me gusta, pero es un referente, yo abriré con Lola Flores». También fue impactante el atentado contra las Torres Gemelas, pero yo estaba en casa, aquel día y dije: «me voy», cerré la puerta y me fui, y al cabo de unas horas, Toni me dice: ¿«que tardarás mucho?, es que nos has encerrado y te has llevado las llaves». No me di cuenta de ello. ¿Sabes? También las nevadas que hubo en el 2010. Hay cosas que no olvidas.
¿Ahora que me decías eso que Lola Flores podía ser un referente para mucha gente, qué referente periodístico tienes tú?
Buena pregunta, pero no lo he pensado nunca. Cuando era muy pequeña mis padres tenían la radio puesta con Maria Matilde Almendros, pero no era un referente.
Toni Clapés hace el mejor programa de radio de Catalunya, España y parte de Europa, probablemente
Pues alguien a quien admires, periodísticamente, en el ámbito catalán.
Toni Clapés. Es la persona que siempre digo que hace el mejor programa de radio de Catalunya, España y parte de Europa probablemente, y sabe mezclar la actualidad con el entretenimiento de manera que tú no te desconectas nunca de lo que pasa. Y eso no lo sabe hacer nadie más en estos momentos.
¿Pienso que estás muy enamorada, eh?
Sí, porque nos comprendemos, somos un equipo, y hemos pasado ya muchas cosas y nos hemos dado bastante apoyo. Siempre digo, pase lo que pase tenemos que quedar para la inauguración de la Sagrada Familia. Es igual si nos hemos separado, y cada vez nos lo van retrasando más.
De hecho, el libro se lo dedicas a los suegros.
Es que claro, durante el proceso de escritura, primero se murió él. Y cuando ya lo tenía dado y bendecido se me murió mi suegra; hace justamente un año. Y pensé, claro, si se le dedico a uno, ahora se lo tengo que dedicar a los dos.