¿Eres de letras o de ciencias? Seguro que a ti también te han hecho alguna vez esta pregunta, ya que parece que escoger una de las dos disciplinas comporte la renuncia o el desconocimiento de la otra; pero tanto si te tira más el terreno de las humanidades como si te genera más interés el mundo científico, hay una cosa que seguro que te ha despertado curiosidad siempre: Marte, el planeta rojo.
Con esta premisa, la exposición Marte. El espejo rojo inaugurada en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y activa hasta a principios de julio, nos invita a reflexionar sobre Marte experimentando la simbiosis y la mezcla que se crea entre los campos de las humanidades y las ciencias, ya que desde la existencia de las primeras civilizaciones, el planeta Marte ha sido un espejo, una metáfora y una fuente de inspiración para los humanos, desde astrónomos hasta escritores pasando por ingenieros, médiums o inventores.
Tal como la define Judit Carrera, directora del CCCB, la exposición anima al visitante a iniciar "un viaje para la imaginación de los horizontes y las paradojas que plantea Marte dentro de un universo multiplanetario" a partir de un recorrido por el poderoso imaginario del planeta rojo.
¿Un espejo de nosotros?
Con una campaña publicitaria inmejorable coincidiendo con la llegada del Perseverance al planeta rojo —que desde el mismo CCCB se pudo seguir en directo—, Juan Insua, el comisario de la exposición, quiere invitar al visitante a una aventura paralela y espacial en el planeta vecino; un planeta del que se ha hablado o escrito mucho, pero, sin embargo, del que se sabe realmente poco.
"Tendríamos que aprender a amar a los planetas como amamos a las personas, por lo que son, no por lo que nos gustaría que fueran", apuntaba Insua en la presentación de la exposición. Precisamente, una parte importante de la exposición gira en torno a eso: Marte como a espejo del ser humano desde hace milenios. ¿Por qué, sin ir más lejos, el planeta vecino ha adoptado diferentes nombres según cada tradición pero, en cambio, en todas las culturas se lo asocia al dios de la guerra?
Con el afán de responder dudas sin dejar de generar inquietudes, la exposición se divide en tres partes ('Marte en el cosmos antiguo', 'Ciencia y ficción del Planeta Rojo' y 'Marte en el antropoceno') que se estructuran en torno a esculturas, dibujos, imágenes, cómics, películas, figuras, manuscritos e, incluso, un meteorito, el KG 002. Todos estos elementos forman parte de los 400 objetos que se encuentran expuestos y que pretenden dejar constancia de la creación artística, científica y literaria que ha propiciado hasta el momento el planeta.
La fascinación por lo desconocido
En la actualidad, conocemos un centenar de meteoritos que provienen de Marte, pero el KG 002 expuesto en el CCCB es único y excepcional. El meteorito en cuestión pertenece a un estrato más profundo del planeta y, junto con los otros, ha sido capaz de atravesar los 200 millones de kilómetros para llegar a la Tierra. ¿Qué más tiene de especial? Pues que es la única fuente palpable de información que se dispone en estos instantes, a la espera de que el Perseverance pueda recoger nuevos para analizarlos en un futuro no muy lejano.
Curiosamente, a pesar de que de Marte no conozcamos más que pequeños fragmentos de meteoritos, la fascinación del ser humano por el planeta rojo es más antigua que andar a pie. Hasta el siglo XVI, la relación de los humanos con Marte era a simple vista, a través del ojo. Con la aparición del telescopio de la mano de Galileo Galilei en 1609, pudimos empezar a aproximarnos y observar de forma más perfeccionada y detallada el planeta rojo. Cuatro siglos más tarde y en el contexto de la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética durante el periodo de la Guerra Fría, americanos y soviéticos inician una serie de misiones fracasadas que comportan una carrera para llegar a obtener la primera imagen del planeta vecino. Unas primeras fotografías que, muchos años más tarde de Galilei, consiguió Mariner 4, la primera misión que llegó con éxito al planeta Marte, lanzada por la NASA el 28 de noviembre de 1964.
¿Existen los marcianos?
Una de las cuestiones que ha inquietado y ha generado más intriga a los investigadores y científicos de todo el planeta es el hecho de saber si Marte acoge algún tipo de vida. La literatura y el cine se han nutrido sobradamente de esta hipótesis, tal como demuestran los centenares de libros, películas, poemas u obras de arte. Si Marte ha calado de forma profunda en el imaginario colectivo y en la cultura popular es porque las representaciones mitológicas de Marte cantadas como epopeyas por nuestros antepasados lejanos se han actualizado con el paso del tiempo, dando pie, por ejemplo, a que la primera fake new de la historia tuviera que ver con Marte: el año 1938, H.G. Welles leyó por la radio La guerra de los mundos y el relato parecía tan verosímil que miles de espectadores, aterrizados, se creyeron que la Tierra sufría una invasión extraterrestre.
Si la literatura o el cine han intentado describir qué es Marte sin haberlo visto nunca, la ciencia hace décadas que intenta verlo para describirlo mejor. Con la finalidad de obtener nuevos datos que permitan a los investigadores de la NASA extraer más información del planeta rojo, el 30 de julio de 2020 tuvo lugar el lanzamiento de la última misión espacial: Mars 2020. Con la llegada del Perseverance el pasado jueves, 18 de febrero, el hito supone una de las tres misiones que coinciden este 2021, sesenta y un años del primer intento fallido de expedición marciana. En estos momentos, el Perseverance se encuentra analizando el planeta rojo desde el cráter Jezero, un lugar posiblemente rico en microorganismos fósiles, tal como la existencia de un lago puede hacernos creer.
Marte: el planeta B
Uno de los aspectos claves que sitúa en especial relevancia la exposición es la emergencia climática. El calentamiento global provocado por la especie humana puede comprometer el futuro de las nuevas generaciones, ya lo sabemos, por eso, ante este hecho, algunas voces proponen la colonización espacial como salida inevitable. ¿Llegaremos a hacer este viaje, sin embargo? Y sobre todo: ¿merecemos hacerlo?
Marte entra en juego y se sitúa como opción B ante una opción A, la Tierra, que los humanos no hemos sido ni somos capaces de sostener. ¿Superaremos la crisis ecológica global que hemos provocado? ¿Veremos la extinción de la vida en el planeta Tierra? ¿Marte será la opción adecuada para desarrollar un nuevo planeta sostenible con la condición humana o marciana? ¿Y sobre todo, servirá el planeta encarnado como a redención de la humanidad? De momento, el planeta vecino sigue respondiendo con más dudas a todas las posibles preguntas que podamos hacerle.
Marte. El espejo rojo es una exposición en la cual se puede entrar sin escafandra ni sin ningún tipo de vestimenta espacial, pero que permite hacer un trayecto de ida y vuelta en el planeta vecino sin moverse de Barcelona, ya que pensar en Marte también es una forma de viajar. Por suerte, el cuarto planeta del sistema solar todavía tiene muchas historias para explicarnos y después de miles de años observándolo, el CCCB no propone nada más que un ejercicio fascinante: hacernos dar cuenta de que, por muchos años que llevemos observando Marte, todavía estamos al principio del viaje.
Actividades que complementan la exposición
En relación a Marte, el CCCB ofrece una programación paralela de debates, cine, encuentros con expertos y actividades educativas y de mediación que permiten que el visitante conecte con los retos de futuro que nos depara el planeta rojo.
Además, para los amantes de la ciencia-ficción, el canal Marte. El espejo rojo de Filmin ofrece una selección de unas cuantas películas vinculadas al género que permiten adentrarse mucho más en el conocimiento del planeta de los marcianos y contribuyen a enriquecer el proyecto expositivo.