La que tenía que ser una de las galas más blancas de los Oscar, se ha acabado convirtiendo en una de las más polémicas, protagonizada por la bofetada de Will Smith a uno de los presentadores del acontecimiento, Chris Rock. Los dos actores acumulaban una serie de rifirrafes, especialmente por el boicot que hicieron Smith y Jada Pinket a los premios de 2016. Además, sin embargo, en pleno siglo XXI la gran fiesta del cine sobre la cual todo el mundo tiene los ojos puestos, no se ha escapado de los comentarios machistas y situaciones donde las mujeres han pasado a un segundo plano, cuando tendrían que ser las protagonistas. Este año, dos parejas de artistas estaban nominadas a mejor actor y mejor actriz y en los dos casos los presentadores las han dejado fuera del foco a ellas, las reconocidas actrices Penélope Cruz y Kirsten Dunst, para centrarse en sus maridos, Javier Bardem y Jesse Plemons. En el primer caso, Chris Rock se ha referido a Cruz, nominada a mejor actriz protagonista por Madres Paralelas, como la "mujer de Bardem", que también estaba nominado por Being The Ricardos. Estas palabras de Rock han quedado eclipsadas por la bofetada de Smtih, pero eso no quiere decir que sean menos denunciables.
Más sonado ha sido el caso de Kirsten Dunst i Jesse Plemons, los dos nominados por El Poder del Perro. Ella es una de las actrices más consolidadas de Hollywood, que se convirtió en toda una estrella con solamente 12 años por la película Entrevista con el vampiro. Casi 30 años de carrera no han sido suficientes para una de las otras presentadoras de la velada, Amy Shumer, que cuando se ha acercado al matrimonio, ha hecho levantarse a Dunst para sentarse en su silla y hablar solamente con Jesse Plemons. Yendo más allá, Shumer se ha referido a Dunst como una "calienta sillas", a pesar de su larga trayectoria y la actriz se ha tenido que mirar la escena sin poder creérselo, apoyada contra una de las mesas del teatro Dolby.
Una escena incómoda
La escena es muy incómoda, ya que la presentadora ni siquiera se refiere a Kirsten Dunst por su nombre, le dice "reina" y le pide que se levante para cogerle su sitio: ¿"Te quieres ir al lavabo"?, le pregunta mientras lo estira de un brazo y el público ríe. Ella no tiene la oportunidad de responder y cede. Aunque podría parecer un gag sobre las personas que acuden cada año a la gala para hacer parecer el teatro más lleno, la cara de Dunst es un poema y su marido le reprocha a Shumer que aquella "calienta sillas" es a su mujer. ¿"Estás casada con esta"?, le pregunta la presentadora mientras él asiente con cara de asco: "Qué situación más incomoda", contesta la conductora de la gala entre las carcajadas del público.
Ninguna de las dos, ni Cruz ni Dunst, se llevaron hacia casa una de las preciadas estatuillas doradas, que fueron para Jessica Chastain y Ariana DeBose en sus respectivas categorías. Tampoco ganaron ni Bardem ni Plemons, aunque los presentadores les dieron más importancia a ellos dos que a sus parejas. Lo que sí que se llevaron las dos actrices es otra experiencia más en la serie de comentarios machistas que todas las mujeres tienen que recibir casi cada día. No se escapan ni las estrellas del cine.