El escritor Matthew Tree (Londres, 1958) acaba de publicar el panfleto No soy racista, sin embargo... en qué quiere, no sólo deshacer los tópicos y prejuicios hacia las personas que tienen un fenotipo diferente del nuestro, sino que ofrece una oportunidad para librarnos del racismo, esta lacra maléfica que presenta como un anacronismo pseudocientífico, cada vez más rechazado por las sociedades  |avanzadas. El año 2011, Tree ya había escrito el ensayo sobre el racismo Negro de mierda. El racismo explicado a los blancos. El autor, que vive en Catalunya desde 1984, ha publicado Aniversari. Cuatro reflexiones sin ningún tipo de importancia después de pasar exactamente veinte años entre los catalanes, el año 2005, La puta trabajo, en el 2006 y y La vida después de Dios, en una carrera literaria empezada con el Premio Trasto de narrativa con la obra Ella viene cuando quiere. El año 2013 publica la novela SNUG, que en el 2016 aparece en catalán con el título De fuera vinieron, con traducción de Jordi Cussà. Traductor a inglés de diferentes autores, es colaborador de varios medios.

Foto: Sergi Alcàzar

El título del libro es No soy racista, sin embargo... una frase que ya te permite sospechar que quien la dice quizás sí que lo es.

Hace diez o quince años que esta frase se ha convertido en un tópico hablado. Eso quiere decir que el racismo está mal visto, pero la gente sigue teniendo prejuicios. Por eso se defienden diciendo eso. De hecho, en la novela De fuera vinieron hay varios capítulos en que un personaje racista va diciendo "no soy uno ...". ¡Ni siquiera dice la palabra!

El racismo está desprestigiado, como teoría, pero en cambio los prejuicios están.

Como tantas ideas empezó como una teoría pseudocientífica propulsada por científicos genuinos que se equivocaron. En aquella época, finales del XVIII e inicios del XIX, era una cosa minoritaria, pero que con el paso del tiempo se fue popularizando. Hay mucha gente que todavía piensa en términos del año 1900. Esta gente que cree que es lógico hablar de razas, que las razas existen, que los judíos, los negros o los amerindios son inferiores... está anclada en ideas de hace más de un siglo. Quizás no está de más recordar que el racismo es un anacronismo.

Últimamente hemos visto como en los Estados Unidos el racismo todavía estaba muy vivo y era uno de los motivos de indignación, especialmente entre la gente joven.

No sólo en los Estados Unidos, sin embargo. Diría que el racismo continúa vivo un poco en todas partes. Pero el racismo entre la generación de mis hijos es muy minoritario como idea. Escuchan rape, que es un invento afroamericano. Evidentemente hay grupos pequeños de jóvenes que forman parte de pelotones de ultraderecha, pero no lo veo tan extendido entre la gente joven.

¿Hay esperanza, pues, que desaparezca?

Estoy convencido de que es una cosa que está en las postrimerías. Es anacrónico, pseudocientífico... Es como la gente que cree que la tierra es plana, que ahora ha vuelto a repuntar gracias a YouTube. Pero el racismo después de la Segunda Guerra Mundial, el racismo ha dejado de ser socialmente aceptable. Una de las excepciones sería la Inglaterra de después del Brexit, donde ha habido un resurgimiento de incidentes racistas.

Estoy convencido de que el racismo está en las postrimerías. Es anacrónico y pseudocientífico

Tú naciste en Inglaterra, pero hace media vida que vives en Catalunya. ¿Hay semejanzas con respecto a prejuicios racistas?

Diría que Catalunya está actualmente donde estaba Inglaterra en los años 90. Se tiene que pensar que entonces Inglaterra ya había tenido 50 años de inmigración afrocaribeña, pakistaní, india, africana... de los países del Commonwealth. Por lo tanto, Inglaterra ha pasado de una posición racista a una en que el racismo no es aceptable, ya. Con la excepción de una minoría muy chillona, no es aceptable. En Catalunya diría que no es aceptable, pero todavía hay mucha gente que guarda los mismos viejos prejuicios. La idea de que cierta gente no es lo bastante inteligente porque tienen un fenotipo diferente. Una cosa que es pseudociencia total. Está como creer en las hadas en el fondo del jardín.

El racismo es una pseudociencia porque la idea de razas no existe...

Existía, cuando había 16 razas humanas en el planeta Tierra. Seguramente debió haber más, pero sólo se han descubierto 16, 15 de las cuales han desaparecido, dejando una, l'homo sapiens sapiens. Cosa que sugiere que fuimos los primeros racistas.

Hablas en el libro en primera persona en el libro. Desde la Inglaterra de tu infancia hasta el revelador viaje a Tanzania. ¿Hasta qué punto te ha servido para ponerte delante del espejo?

No escribiría sobre este tema si no fuera una cuestión personal. Este o cualquier otro. Pero, para mí, el racismo siempre ha sido un tema importante. Mis padres tenían amigos que eran pakistaníes, afrobritánicos, judíos, me crie con esta diversidad, pero incluso para mí suponía un sobreesfuerzo hablar con gente de estos orígenes porque tenía miedo de que no pensaran que era racista. Eso hace que la conversación fuera complicada. No quieres sonreír demasiado para no dar según qué idea, siempre con el corazón en un puño de no meter la pata. Eso es una forma de racismo invisible. Erradicar eso ha sido un objetivo y los últimos rastros del racismo invisible desaparecieron con el viaje a Tanzania que hice para la novela, De fuera vinieron.... Primero porque notas que eres la minoría total y segundo porque como siempre estaba con gente de allí, olvidaba que era blanco. Hasta el punto de encontrarme dos blancos que me provocaron un choque. Un rechazo por su piel blanca y los colores que vestían, tan diferentes de los africanos. Enseguida recuerdas que tú eres como ellos, cosa que te hace ver la estupidez de fondo del racismo.

El racismo se basa en unos tópicos fáciles de desmontar.

Básicamente son tópicos sin ninguna base real, ni mínimamente científico. Si miras a los primeros teóricos científicos, muy reconocidos en otros campos excepto este, te das cuenta de que les fallaba mucha información. Cuando hace treinta y seis mil años los homo sapiens sspiens llegaron a lo que es Catalunya desde el África eran negros y fue con el paso del tiempo y la falta de vitamina E y la falta de sol, que se fueron volviendo blancos. Al pasado ancestral todos teníamos el mismo fenotipo.

Foto: Sergi Alcàzar

Cuando hace treinta y seis mil años los homo sapiens sapiens llegaron a lo que es Catalunya desde el África eran negros

Otro de los tópicos es que los inmigrantes no pagan impuestos o que tienen más ayudas que los otros. Aunque eso está bien contradicho, hay partidos que lo siguen utilizando, con éxito, a sus campañas electorales.

De hecho, es exactamente al revés: los inmigrantes pagan religiosamente sus impuestos porque se sienten más vulnerables que los que son de aquí de toda la vida y no quieren problemas con las autoridades. Son contribuyentes netos en la tesorería pública. Además, la presencia inmigrante siempre es positiva. Son un estímulo cultural en todos los campos. La Inglaterra de los años 50, la de mis padres, era monótona y aburrida, con todo el mundo compartiendo los mismos referentes y fenotipos. Con la llegada de los inmigrantes, primero mayoritariamente afrocaribeños, se produce una explosión y poco después ya hacen novelas, diseño de moda, películas... La cultura necesita estos choques y estímulos. En Catalunya lo vemos con Najat El Hachmi, a una de las mejores escritoras catalanas. O el cantante Daura Mangara, de Banyoles, que pronto conocerá todo el mundo.

Tú le das voz al libro.

Lo encuentro absolutamente necesario. El autor, que es blanco, que calle, al menos un rato, y que hable uno afrocatalán.

El Brexit, como decías, es una cierta añoranza de este pasado en que todo el mundo era igual y compartía los mismos referentes.

Es un pasado que no volverá porque ninguno de los que promovieron el referéndum del Brexit conocían. Es un mito en sus cabezas, pero la Inglaterra de los años 50 no era ningún paraíso tampoco. Por lo tanto, el Brexit está basado en una fantasía. Cuando mis abuelos estaban vivos, Londres controlaba una cuarta parte de la superficie de la tierra. Al cabo de una generación, el Imperio británico había desaparecido. Mi generación no hablaba de estas cuestiones, aunque con el Brexit ha habido un retorno a esta añoranza de una Inglaterra imaginada.

Con el Brexit ha habido un retorno a una añoranza de una Inglaterra imaginada.

Ahora que el nuez 007 será mujer y negra, los mitos de la Inglaterra de siempre ya no serán lo que eran...

¡Fíjate en que el primero ya les salió independentista escocés!

Quería hablar de la nomenclatura. ¿Podemos hablar de negros o moros?

Los términos dependen de cómo se dicen y de quiénes los dicen. Conozco afrocatalanes que dicen que son negros y que quieren que los digan negros. Si tú dices que estabas hablando con un amigo negro no pasa absolutamente nada. Pero si tú dices que los negros son menos inteligentes que los blancos, pero, en cambio, son muy buenos haciendo deporte, eso ya es absurdamente racista. Eso pasa, por ejemplo, en el caso de los judíos. Hay gente que no dice judíos y habla de sionistas. Pero no todos los judíos son defensores acérrimos de todas las acciones del estado de Israel, ni mucho menos. Lo que influye es el tono. Ellos pueden criticar Israel, pero hay gente que critica de una manera tan dura y fanática que tenso la sensación que no lo critican como lo harían con Myammar, sino que hay alguna cosa más detrás.

Reivindicas también que hay que distinguir entre las diferentes nacionalidades de africanos o asiáticos, porque a nadie se le ocurriría asimilar un italiano y un ruso.

Incluso si eres un xenófobo y dices que los polacos son vagos o los franceses son unos estirados, estás reconociendo que tienen un país, un idioma, una cultura... Si dices los negros, los moros, etc. los estás negando su cultura y su origen nacional propio.

Al texto de Daura Mangara se habla del racismo de la mirada.

Dora explica que si vas a un lugar donde los negros no van, notas que la gente te está mirando. Y quizás sólo te miran porque es inusual, pero si eso pasa cada día, a cada momento, en todos los sitios donde no es normal ver a una persona negra, sólo con que seas un poco sensible –y los afrocatalanes lo son como todo el mundo– al final hace que acabes yendo en los sitios donde no te mirarán. Hace que no salgas de los lugares habituales de los negros, de la zona de confort. Eso no tendría que ser así.

Después, si no salen del lugar donde se encuentran cómodos, se dice que no se integran o se mezclan.

Y eso que la mayoría de ellos, los que han nacido aquí especialmente, son catalanes de pleno derecho, con el bagaje cultural y lingüístico catalán además de la herencia de su padre. Lo más curioso es que aquí en Catalunya tenemos colonias holandesas, alemanas y, sobre todo, inglesas, que viven en la Costa Brava, donde tienen abogados ingleses, tiendas especialmente preparadas para ellos, no hablan en castellano, ni olfatean el catalán, pero son más aceptados que los catalanes amerindios o africanos.

Foto: Sergi Alcàzar

Tenemos colonias holandesas, alemanas y, sobre todo, inglesas, que viven en la Costa Brava y no hablan en castellano, ni olfatean el catalán, pero son más aceptados que los catalanes amerindios o africanos

A pesar del clasismo que hay en el trato hacia los inmigrantes, el racismo al final también lo acaba sufriendo el jugador de la NBA, por más rico que sea.

Hay un artículo del Monzó, recogido a El día del señor, que hace referencia a una anécdota que vivió en el Bocaccio, dónde no dejaron entrar a un hombre negro por cualquier excusa indumentaria, hasta que una mujer blanca del mismo grupo dijo a los porteros que se trataba de un músico norteamericano de jazz que estaba actuando con ellos. Normalmente el racismo prima por encima del clasismo. Puedes ser rico y prestigioso en el campo que sea, pero no te conocen te tratarán de una manera racista. Uno de los atletas estrella ingleses en una entrevista le preguntaron cuántas veces lo había parado la policía en el volante de su Ferrari, y confesó que le había pasado un montón a veces.

Policías y porteros de discoteca son de los colectivos con más denuncias de racismo.

En Catalunya es vergonzosa la cuestión de las discotecas. Hay un montón de historias de grupos de chicos catalanes –blancas y negras– a los cuales a los blancos los dejan entrar y a los negros no. Me gustaría saber qué ideas tienen la gente del mundo del ocio nocturno. Sólo hay que ver los carteles de Ayuso, ven a Catalunya para ver donde tienen la cabeza.

En Catalunya es vergonzosa la cuestión de las discotecas. Hay un montón de historias de grupos de chicos catalanes, a los cuales a los blancos los dejan entrar y a los negros no

¿A las nuevas generaciones de catalanes les faltan referentes diversos?

Eso está cambiado un poco, pero a mí me irritaba fuerza que en los anuncios donde se recomendaba alguna cosa nunca no veías una persona con facciones amerindias, ni negras, ni norte africanos... ¿Viven aquí, como es que no salen? Va cambiando, pero no lo bastante todavía y tendría que ser el más normal del mundo.

En el mundo teatral ha habido demandas de poca presencia y papeles por actores afrodescendientes.

En las series o películas cuando hay un personaje negro todo gira en torno a esta cuestión, como si no fuera un personaje como todos los otros. No tendría que ser obligatorio que la negritud fuera el tema. Se han hecho obras de Shakespeare con actores negras –más allá de Otelo– y no pasa nada.

En Catalunya está la particularidad que, dependen de dónde es la persona que tenemos en frente, nos acabamos dirigiendo con una lengua u otra. Hablar en castellano a los extranjeros por sistema, sin saber si hablan o no el catalán, no deja de ser una forma de racismo.

A mí me ha pasado de mantener una conversación de hasta diez minutos con una persona y cuando se ha dado cuenta de que no soy nacido aquí, cambiar al castellano. ¡Y eso que tengo el mismo fenotipo! Pues, si no tienes el mismo fenotipo, aunque seas catalán y empieces hablando en catalán, se te dirigirán en castellano. ¡Es irritante! Es muy difícil aprender un idioma, pero todavía más si tienes que enseñar a los hablantes de aquel idioma a hablarlo contigo. Eso va más allá de lo que una persona tiene que hacer con un idioma que está aprendiendo.

Foto: Sergi Alcàzar

Es muy difícil aprender un idioma, pero todavía más si tienes que enseñar a los hablantes de aquel idioma a hablarlo contigo

Nos tendría que hacer pensar que, más allá de la inmigración, la comunidad gitana es víctima del racismo a pesar de su presencia de siglos en Catalunya.

Es deplorable. No es un tema que conozca con profundidad, pero las comunidades gitanas son catalanohablantes de siglos y han exportado el idioma más allá del país.

Si todos nos relacionamos más, los prejuicios duran el que duran.

Con el tiempo te vuelves daltónico y no reconoces a los fenotipos diferentes. Ahora cuando estoy con un amigo norte africano, amerindio o negro no es que no dé importancia al hecho de que tiene un fenotipo diferente, sino que ni siquiera pienso. Eso es porque ya estoy acostumbrado. Eso, a la generación de mis hijos cada vez será más normal. En Banyoles, donde medio vivo, es muy gratificante ver grupos de jóvenes que entre ellos ni se dan cuenta de qué color son. Han crecido juntos y son amigos desde hace años.

Quizás este libro dentro de unos años ya no será necesario.

¡Ojalá!