La cifra asusta. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. casi medio millón murieron por sobredosis de opioides entre 1999 y 2019. Desde que se popularizara su consumo a mediados de los 90, cada año mueren decenas de miles de personas adictas a estas sustancias. Los opioides son una clase de medicamentos analgésicos y se utilizan para reducir el dolor. La heroína es un opioide, pero no todos los tipos son ilegales. Muchos de ellos están disponibles legalmente y se consiguen fácilmente con la receta de un médico. De hecho, precisamente así fue como empezó la crisis de opiáceos que azota a los Estados Unidos desde hace casi tres décadas, haciendo que se haya cronificado en todas las esferas de las sociedad americana. En el principio de esta historia se centra Medicina letal, la nueva serie de Netflix que intenta arrojar algo de luz y consciencia a un mal endémico difícil de erradicar.

Este jueves la plataforma estrena ocho episodios para explicar cómo, cuándo y por qué se gestó esta catástrofe sanitaria y social en América. La serie está basada en el libro Analgésico: un imperio del engaño y el origen de la epidemia de opioides de Estados Unidos de Barry Meier y en el artículo de Patrick Radden Keefe La familia que construyó un imperio de dolor publicado en The New Yorker —que también se transformó en el libro El imperio del dolor (Reservoir Books)—, y ambos escritores han ejercido como asesores del guion de Medicina letal. Algo que, sin duda, inspira verosimilitud y confianza al espectador con un relato que se intuye fidedigno a la realidad. 

La historia de la familia Sackler

La serie de Netflix se centra en la historia de la familia Sackler, propietaria de la compañía Purdue Pharma e impulsores de la comercialización al alza del OxyContin, un analgésico que empezó a recetarse de forma masiva en estados en los que había una población susceptible de padecer fracturas y dolores, y que acabó convertido en un nido de adicciones sin precedente, pese a que la farmacéutica sabía de los efectos secundarios y era plenamente conocedora de que creaba adicción en los pacientes. Los Sackler iniciaron así una crisis que acabó siendo declarada emergencia de salud pública en Estados Unidos en octubre de 2017, más de 20 años después de su comienzo. 

Los Sackler iniciaron una crisis que acabó siendo declarada emergencia de salud pública en Estados Unidos en octubre de 2017, más de 20 años después de su comienzo. 

En medio de una enorme crisis por el consumo de fentanilo en Estados Unidos, la producción de la plataforma pretende ofrecer una mirada transversal y desde varios focos con la intención de que el espectador pueda entender todos los matices de una situación que todavía está lejos de acabarse. Según la sinopsis difundida por Netflix, Medicina letal “explora, desde la ficción, algunos orígenes y consecuencias de la crisis de los opiáceos en Estados Unidos, y se inspira en las experiencias de responsables, víctimas e investigadores cuyas vidas se vieron irremediablemente afectadas tras la invención del OxyContin”. Se presenta como una reflexión sobre el crimen, la responsabilidad y los sistemas que han demostrado en reiteradas ocasiones su incapacidad para ayudar a los cientos de miles de estadounidenses afectados.

No es la única ficción que ha explorado el origen del desastre social acaecido por culpa de los opiáceos. En 2021, Disney Plus estrenó la serie Dopesick: historia de una adicción, protagonizada por un maravilloso Michael Keaton que se llevó el premio Emmy por su interpretación en la miniserie, que competía en ocho categorías más. En esta propuesta, también de 8 episodios, el actor se pone en la piel de un médico de familia de una zona minera que empieza a recetar estos analgésicos sin saber que muchos acabarán dependiendo de ellos en forma de adicción. Dirigida por Danny Strong, Dopesick también analizaba la problemática de los opioides desde varias perspectivas, tanto la de los Sackler como la de los médicos, los comerciales o los pacientes, generando un circuito cerrado que demuestra, lamentablemente, que las ansias de poder y dinero están por encima de las personas.