El Fossar de la Pedrera, en el cementerio de Montjuïc, es la mayor fosa de represaliados franquistas de Catalunya. Nadie sabe cuántos fusilados hay entre los cadáveres enterrados en la fosa, que podrían alcanzar una profundidad de 15 metros (explican que lanzaban los cadáveres con una especie de tobogán). Se tiene constancia que buena parte de los fusilados en el Campo de la Bota acabaron en esta fosa, ya que no se solía devolver los cadáveres a sus parientes por miedo a que recibieran homenajes fúnebres. Así, en el lado de indigentes, cadáveres no identificados y gente sin recursos para un entierro más digno, centenares de ejecutados están en el Fossar de la Pedrera, convertida ahora en un monumento a los ejecutados por el franquismo. Ha investigado con profundidad este espacio el historiador Ricard Conesa, investigador adscrito al EUROM, el Observatorio Europeo de Memorias de la Fundació Solidaritat de la Universitat de Barcelona. Conesa, que en ocasiones guía algunas rutas por la memoria histórica con el equipo de EUROM, ha mostrado los memoriales del cementerio de Montjuïc a El Nacional.

 Ricard Conesa fossar de la Pedrera memoria historica cementiri montjuic - Sergi Alcazar

La paz tras la guerra

El Fossar de la Pedrera en los años sesenta había sido un auténtico estercolero, explica Conesa, que muestra algunas fotos del lugar. Era la parte más oculta del cementerio, la más abandonada, y desde las chabolas que la rodeaban, en la montaña de Montjuïc, le lanzaban basura y escombros. En los años setenta, la Associació Pro-Memòria dels Immolats per les Llibertats de Catalunya (APMILC) pidió que allí se construyera un memorial, donde se depositaran también los restos del presidente Companys (que estaban en un nicho familiar). El proyecto se hizo realidad en 1985 Aunque no había experiencia en Catalunya en monumentos de este tipo, la arquitecta Beth Galí intentó integrar el memorial a la naturaleza, dejado intactos los muros de la cantera y preservando algunas características del lugar, pero transformándolo en un espacio laico de reposo. Consiguió hacer un espacio imponente, pero al mismo tiempo agradable, al que se accede a través de unas escaleras de piedra que, tras una curva, dejan paso de repente en unas columnas con los nombres de los represaliados. Detrás las columnas ya se entrevé la explanada donde está la fosa, cubierta parcialmente de cemento y parcialmente de hierba, una especie de "jardín secreto". El visitante camina sobre los cuerpos de todos aquellos que fueron ejecutados. A un lado, en un espacio de sombra atemperado por un pequeño lago artificial recubierto de vegetación, está la tumba de Companys. El espacio se cierra en una pequeña plaza donde se colocó el Monumento a los Inmolados por la Libertad de Catalunya, encargado mediante suscripción popular; más tarde, cuando este fue desplazado a la entrada del Memorial, fue sustituido en la placita por el monumento anarquista en recuerdo de las víctimas de la revolución (una alegoría de un ciprés hecha en acero).

memoria historica cementiri montjuic Sergi Alcazar 13

¿A quién incluir?

Pero este espacio funerario no ha sido exento de conflicto. Conesa explica que en las columnas de la entrada del Cementerio se tenían que incluir, inicialmente, los nombres de todos los presos políticos ejecutados por el régimen franquista en Barcelona (porque es imposible de saber cuáles fueron enterrados aquí y cuáles en otros lugares). Pero en la práctica no se respetó este principio. Entre los inscritos está Manuel Carrasco i Formiguera, el líder democristiano, ejecutado en Burgos en 1938 y no enterrado en la fosa (aunque en 2001 sus restos fueron trasladados a Montjuïc, donde tiene una tumba y un pequeño monumento conmemorativo fuera del Fossar de la Pedrera). En las columnas también están inscritos los nombres de algunos muertos tras el fin del franquismo, como Gustau Muñoz, militante del PCE (I) muerto por la policía española en la manifestación del 11 de septiembre de 1978 cuando tan sólo tenía 16 años, o Martí Marcó, militante del grupo armado independentista Exèrcit d'Alliberament Català, muerto en un tiroteo con la policía en 1979. Sus nombres fueron añadidos a las columnas a petición de sus familiares, pero no despertó consenso su inclusión. También fue muy controvertido el gravador en las columnas del nombre del pistolero cenetista Justo Bueno. Este había sido uno de los asesinos de los hermanos Bahía (polémicos líderes de Estat Català) y más tarde, durante la guerra, participó en las patrullas de control durante la guerra civil, siendo acusado de varios crímenes por las autoridades republicanas. Se fugó a Francia y al volver a España fue liberado por los franquistas. Más tarde fue encarcelado y ejecutado. La presencia de su nombre en las columnas del Cementerio despertó mucha controversia y en varias ocasiones fueron borradas por simpatizantes de Estat Català (siendo repuestas por el Ayuntamiento). Conesa recuerda que la memoria no es inamovible, sino que nos interroga, y apunta que el ejemplo de Bueno nos obliga a reflexionar sobre quien es una víctima y como se tiene que tratar, un problema que sigue siendo de la máxima vigencia en unos tiempos de ebullición de la memoria histórica. "La memoria es conflictiva", concluye.

Columnes Fossar de la Pedrera noms guerra civil Memoria historica cementiri montjuic - Sergi Alcazar

Los muertos que están y los nombres que no están

Ricard Conesa explica que Pasqual Maragall, siendo presidente de la Generalitat, declaró que algún día habría que añadir a las columnas del memorial del Fossar de la Pedrera los nombres de los muertos en la retaguardia republicana, ejecutados por las patrullas de control o por las autoridades legítimas, unas declaraciones que provocaron malestar entre los que querían que este fuera un espacio dedicado a la memoria del antifranquismo y de homenaje a la democracia. Es probable que en el Fossar de la Pedrera haya ejecutados por la República o por las patrullas de control, ya que muchos de los cadáveres de represaliados eran lanzados a alguna de las diversas fosas comunes del cementerio (también debe haber en ellas víctimas de los bombardeos de la ciudad). De la misma forma que es probable que haya republicanos ejecutados, y fascistas represaliados, mezclados, en otras fosas donde no hay ningún monumento conmemorativo (en los registros del cementerio no consta en qué fosa se lanzan los muertos, sólo se registra que son destinados a una fosa). Conesa, a pesar de todo, se inclina por no mezclar las memorias de los diferentes bandos de la guerra civil, y recuerda que los que murieron por la república defendían las libertades de las que nos consideramos herederos. Prefiere que los muertos del bando rebelde tengan sus propios espacios de memoria, separados de los de sus adversarios. Y apunta que a nadie se le ocurriría mezclar en un memorial a los terroristas kamikaze del 11-S y a sus víctimas. Conesa quiere recordar que al reducir a la gente a simples "víctimas" los descargamos de todo su bagaje político y social, y que eso también es aniquilarlas póstumamente.

Columna noms guerra civil Fossar de la Pedrera Memoria historica cementiri montjuic - Sergi Alcazar

Compañeros aparte

Sin duda, una de las partes más bonitas del memorial republicano es la tumba de Companys. Beth Galí la situó en medio de un pequeño estanque... El agua del sitio contrasta con la sequedad del resto del espacio, y las ranas, los árboles y las algas dan frescor al visitante. Pero también hay a quien se pregunta porque esta visión tan elitista... Porque se separó el presidente de los ciudadanos que, como él, fueron fusilados por los mismos ejecutores.

Tomba Lluis Companys fossar de la pedrera memoria historica cementiri montjuic - Sergi Alcazar

Todos en el Cementerio

Conesa explica, con documentación, que cuando se empezó a plantear la remodelación del Fossar de la Pedrera (conocido, hasta entonces, sencillamente como "la fosa del cementerio"), en el espacio había algunas lápidas aisladas (metidas por parientes de los allí enterrados) y también numerosas cruces de madera (colocadas por parientes de la gente que no tenía recursos). Había dedicadas a represaliados políticos, pero también a otros muertos. Las lápidas en piedra se conservaron y se situaron en un rincón de la cantera, en recuerdo de todos los muertos allí enterrados. Más tarde, con posterioridad a la inauguración del Cementerio, llovieron las lápidas conmemorativas: a los brigadistas internacionales, a los brigadistas judíos caídos en combate, a los guerrilleros antifranquistas... La Gran Logia de Catalunya incluyó un monumento "a todos los seres humanos que acusados de ser masones fueron perseguidos o asesinados" (incluía, pues, a los represaliados por Franco, pero no sólo a ellos). También añadieron lápidas a particulares, como el brigadista alemán Hans Beimler (que incluso fue visitada, en 1988, por Erich Honecker, el presidente de la República Democrática Alemana). Hay una dedicada al conseller comunista Joan Comorera, aunque Comorera murió en la prisión de Burgos y no fue enterrado en Montjuïc. La proliferación de placas hizo que el Ayuntamiento, al fin, decidiera no permitir nuevas, porque consideraba que desvirtuaban la finalidad de ofrecer un memorial conjunto a todas las víctimas del franquismo.

tombes fossar de la pedrera memoria historica cementiri montjuic - Sergi Alcazar

La batalla de los judíos

En 1995 la comunidad israelí de Barcelona pidió que en la ciudad se instalara un memorial en recuerdo de los judíos exterminados en los campos nazis. El Ayuntamiento dieron el visto bueno, y lo instalaron, también en el Fossar de la Pedrera. El monumento, diseñado por Leonard Glasser, de gran belleza, está integrado por dos grandes estelas, y 10 rocas que representan los 10 campos de exterminación nazis, y encima de estas rocas, los que quieren recordar a algún muerto, colocan una piedra, siguiendo la tradición judía. Ricard Conesa explica que a los familiares de los represaliados del franquismo, a pesar de todo, no les gustó que este monumento se situara en el Memorial de la Pedrera, y menos en un lugar preeminente. Consideraban que así se diluía la significación antifranquista del sitio. Para reforzarla exigieron, y consiguieron, de situar el monumento pro inmolados, que estaba medio oculto, en primer término, al lado de las columnas.

memoria historica cementiri Montjuic Jueus fossar de la pedrera - Sergi Alcazar

Punto de peregrinación anarquista

A no mucha distancia del Fossar de la Pedrera, se encuentran, juntas, las tumbas del líder de la FAI Buenaventura Durruti (muerto en circunstancias no aclaradas a la guerra civil), del militante anarquista Francisco Ascaso (que murió el 18 de julio de 1936 en el asalto al cuartel de Drassanes, donde se habían hecho fuertes los militares sublevados) y del pedagogo Francesc Ferrer i Guàrdia (ejecutado en 1909, acusado de promover la Semana Trágica). Hay, a pesar de todo, algunas dudas sobre si el cuerpo de Durruti está en su tumba; Conesa explica que según Abel Paz fue desenterrado para evitarle profanaciones de los franquistas. En cualquier caso, las tres tumbas son punto de peregrinación de muchos anarquistas, que les quieren rendir homenaje de una forma especial: poniendo adhesivos anarquistas encima de la lápida y los paneles explicativos.

Anarquista Buenaventura Durruti guerra civil Memoria historica cementiri montjuic - Sergi Alcazar

Algunos días los adhesivos anarquistas también se pegan sobre la lápida del abogado laboralista Francesc Layret, colocada por la UGT: parece ser que los anarquistas no llevan mucho bien que la central sindical socialista quiera monopolizar el recuerdo de un abogado que no parecía estar ni con los unos ni con los otros.

Anarquistes memoria historica cementiri montjuic Sergi Alcazar 14

Las otras memorias de Montjuïc

En Montjuïc hay otras tumbas que son frecuentadas para homenajes políticos. La más famosa es la de Macià, ahora completa (se le extrajo su corazón a su muerte y en 1979 se devolvió a la tumba). Pero Montjuïc es también un lugar clave de la memoria de los nostálgicos del franquismo. En realidad, algunos partidarios de la sublevación militar y miembros de la quinta columna fueron ejecutados en el castillo. Tras la demolición completa, en 2005, del Monumento a los Caídos de la Diagonal (situado frente al Palau Reial), en la actualidad se conserva, con algunos retoques, el monumento a los caídos del Foso de Santa Helena, en el castillo de Montjuïc. Hasta 2015 todavía se celebraban allí misas de claro regusto franquista, que el Ayuntamiento bloqueó en virtud de la Ley de la Memoria Histórica. Pero también en el mismo cementerio de Montjuïc también hay recuerdos para los sublevados muertos. Ricard Conesa ha localizado, bastante discretas, algunas placas franquistas en el Jardín del Mediterráneo, donde hubo otra de las fosas comunes del cementerio.

 

Los olvidados

El Fossar de la Pedrera es uno de los principales espacios conmemorativos del país, pero no es nada popular (quizás porque está bien lejos de las zonas turísticas, como el Fossar de les Moreres). El espacio en recuerdo de los asesinatos por el franquismo está en el rincón más escondido del cementerio de Montjuïc, un cementerio invisible desde buena parte de la ciudad, porque nuestra sociedad oculta a los muertos. Si bien el monumento conmemorativo es visitado por las autoridades el 15 de octubre, en el aniversario de la muerte de Companys, y por los familiares de los represaliados en su encuentro anual (que también se celebra en otoño), generalmente está vacío. Casi nadie lo conoce (nada que ver con los memoriales alemanes que son visitados por escuelas e institutos). Ricard Conesa cree que habría que reflexionar sobre qué hacer con el memorial y si este ha tenido la utilidad social que debería tener. Piensa que hoy en día podría ser un elemento educativo de gran potencial. "No es suficiente con construir un memorial, se tiene que saber que hacer con él y darle el máximo potencial", explica el investigador de l'EUROM.