Si tenéis un bebé en casa, seguro que ya habéis comprobado que tener a una criatura en brazos despierta en nosotros un instinto inexplicable y ancestral: la necesidad de cantarle canciones, ya sea por entretenimiento o por desesperación. El problema llega cuando una servidora se da cuenta de que no recuerda ninguna canción entera de cuando era pequeña y que solo se sabe de memoria canciones de Manel y Pau Vallvé. Si sois como yo y os negáis a cantar Baby Shark y La vaca Lola, y si también queréis evitar la extinción de esta tradición musical popular, a continuación, os ofrezco un repaso de las canciones catalanas populares imprescindibles para acompañar la infancia de vuestro pequeño.
Imperativos y básicas
Sol, solet es un imperativo, un básico. Le pedimos al sol que venga a vernos y es una canción perfecta para acompañar los días soleados de paseos con el cochecito. La lluna, la pruna también es una canción tierna y dulce que invita a dormirse plácidamente, una pequeña maravilla musical corta, fácil de recordar y que suena casi como un encantamiento mágico. Y si lo que queremos es hacer trotar a la criatura… Arri, arri, tatanet! Una canción de juego de falda que, por cierto, me hizo mucha gracia descubrir que tiene diferentes versiones del estribillo. Mi pareja canta “anirem a Maçanet” y yo, en cambio, canto “anirem a Sant Benet”… Y, de hecho, he comprobado que en otros territorios dicen que irán a “Mollet”. Esto es fantástico, ¿verdad?
Tenemos que hablar de Mireu allà dalt… sí, hombre, esa del elefante en las estrellas que va en bicicleta… ¡y que tiene una cola detrás y otra delante! Y tampoco podemos dejar de lado ni obviar los hits más clásicos: Cargol treu banya, El gegant del pi… No hay criatura catalana que no haya cantado nunca estas canciones mientras hacía los cuernos del caracol o bien levantaba los brazos y hacía como si fuera un gigante. Además, son de esas canciones que se pueden ir cantando con más y más entusiasmo hasta que el bebé quede embelesado o bien estalle en risas. Si no nos la sabemos entera, se puede repetir el estribillo y ya está. Otra canción muy extendida que también permite la interacción de la criatura es El lleó no em fa por (sí, esa de: “pam i pipaaaaa, pam i pipaaaaa!”). Os aseguro que cuando la recuperas de mayor, te transporta inmediatamente a la infancia. ¡Y no me quiero dejar En Joan petit quan balla! Si la cantáis, la tararearéis en bucle durante días… ¡Os lo aseguro y os lo advierto!
Otro clásico es El gall i la gallina, que nos recuerda que la música infantil también puede ser un poco surrealista. Además, hay quien dice que hoy en día se trataría de una agresión, ya que relata un beso no consentido (en fin, dejémoslo aquí, que ahora no quiero meterme en ningún lío de esos). ¡Ahhhh! Y quizá no llega a ser una canción… pero Ralet, ralet también me encanta y es perfecta para los que olvidamos las letras. Es probablemente la primera mini canción con coreografía que todos hemos aprendido: y, mientras la cantamos, damos palmas tal como dice la canción. ¡Es corta, pero simple y efectiva!
Si sois muy fans de las canciones populares como mi madre (maestra jubilada), también podéis cantar Al pati de l’escola, con aquel estribillo tan pegadizo: “Al pati de l’escola, hi havia un ocellet… Oé! Oé! Es deia Pica-soques, i feia el seu niuet… Pica-soques, Pica-soques, Pica-soques… pica bé!”. Y seguro que también conocéis L’esquirol (“Plim, plim, plim, plim… salta l’esquirol, agafa una pinya, plim, plim, plim, plim… i se la menja tot sol”). ¡Esta también es genial!
En definitiva, acabo de ofreceros un repertorio de referencia (y de lujo) para cantar a vuestro bebé. Y si termináis el repertorio popular y queréis canciones en catalán más modernas, que sepáis que siempre podéis improvisar e investigar en Spotify y YouTube, donde también hay una gran oferta de grupos y música en catalán para niños. “Soc un micoo micooo micoooooo, soc un mico molt divertitttttt”... Si habéis leído esto cantando, ya sabéis que hablo de El Pot Petit. ¡Qué proyecto tan redondo! Y no lo digo solo por los espectáculos, sino también por las visitas en YouTube y las reproducciones en Spotify. ¡Un caso de éxito! Y también hay otros grupos y proyectos buenísimos para el público infantil en catalán: La dona del Sac, Xiula, Reggae per Xics… ¡Y todos los que aún no conozco! Madre mía, quién me ha visto y quién me ve…
Bueno, ya habéis visto que lo más importante es la intención. Así que: cantemos, desafinemos, inventemos la melodía y, sobre todo, disfrutemos del momento, que dentro de cuatro días nuestros bebés ya nos pedirán reggaetón. Va, ahora en serio: las canciones de siempre tienen la magia de conectar generaciones, de despertar recuerdos y de crear nuevos momentos compartidos. Lo que realmente cuenta es el vínculo que se crea a través de la música y de estas canciones. Os lo digo yo, que ahora mismo, mientras escribo estas últimas líneas del artículo, observo emocionada a mi madre en el salón cantándole Cargol treu banya a mi hijo (y él la mira y se ríe).