Ni pastillas ni psicólogos; necesitamos más risa para sentirnos mejor. Fue lo que dijo el monologuista Toni Cano en la inauguración del nuevo Teatre Muntaner, reabierto seis años después del cierre de la mítica Sala Muntaner. El espacio nace de nuevo reconvertido en la que pretende ser "casa de la comedia" de la ciudad, con una programación basada en el humor y varios espectáculos con programación fija, que podrán verse desde ya en la mítica sala ubicada en la calle Muntaner número 4. Algunos de ellos pudieron testearse en el acto inaugural, con algunas píldoras que entretuvieron al público y le dejaron con ganas de más: el monólogo Traficante de endorfinas, del mismo Cano, el montaje poético musical Nozing o el impro show Corta el cable rojo, que ya lleva dos años en Barcelona, pero que puede presumir de haberse convertido en el espectáculo más longevo de Madrid con 13 años en escena, superando El rey león —que paró dos años en pandemia—.

Precisamente es la productora Corta el Cable Rojo la que ha decidido recuperar el espacio para convertirlo en otro pequeño enclave de las artes escénicas de Barcelona. Serán Sandra Reyes y Toni Cano los que estarán al frente de su dirección, después de negociar con el dueño del local, Pau Solé, quien también lo es de la emblemática sala de baile La Paloma, también reabierta hace un par de años. "Nos pusimos a negociar en la sala de la Paloma, debajo de esa lámpara preciosa y enorme, y mientras hablábamos, las luces empezaron a parpadear; nos estaban diciendo algo", explicaron ambos subidos al escenario de su teatro. A la inauguración también acudió Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, que pasó a saludar al nuevo equipo antes de que empezara el acto y paseó por las instalaciones del local.

Inauguració Teatre Muntaner / Foto: Carlos Baglietto
Foto: Carlos Baglietto

Después de más de 20 años en funcionamiento, la sala hacía seis años que estaba cerrada por problemas económicos. Los anteriores gestores atribuyeron el cierre de este teatro al impacto del IVA cultural (del 21%) y a la bajada del número de espectadores, que sufrieron todas las salas barcelonesas aquellos años. Aunque esta era una sala con el reconocimiento de la crítica, el público no acompañó, aunque ahora vuelve para coger el relevo de lo que siempre fue: un espacio de Barcelona para la gente de Barcelona. Y es que el número 4 de la calle Muntaner es un local con cerca de un siglo de historia. Durante décadas, acogió la Sala Emporium (1927-1979), una mítica sala de fiestas en la cual se programaban conciertos en directo y espectáculos de variedades. Ahí actuaron figuras reconocidas como Josephine Baker, Charles Aznavour, Tete Montoliu, la orquesta de Xavier Cugat  o Pedro Ruiz en sus inicios como monologuista.

Después del incendio de la sala Scala, sus propietarios, los hermanos Riba, se instalaron en este local, que llamaron Muntaner 4 (1979-1985). Funcionaba como discoteca a las tardes y por las noches ofrecía espectáculos humorísticos y de variedades. Más tarde acogió las discotecas Shadows y Metrópolis, hasta que en 1994 se transformó en la Sala Muntaner. En sus más de dos décadas de actividad pasaron por ahí los actores y directores más conocidos de la escena teatral catalana. Reconvertida ahora en el Teatre Muntaner, y con el humor en el ADN desde el inicio, la comedia está servida.
 

Inauguració Teatre Muntaner / Foto: Carlos Baglietto
Foto: Carlos Baglietto