Marc Serena i Edu Bayer publican Microcatalunya. Un viatge pels pobles més petits (Edicions Sidillà). Se trata de un recorrido literario por 45 localidades catalanas de menos de 500 habitantes, que se corresponde a un viaje realizado por los autores durante siete meses. Con una furgoneta blanca y naranja de los años ochenta, Serena y Bayer han pasado por 80 pequeños pueblos de montaña y de la llanura, desde el Delta del Ebre hasta la Val d'Aran, en busca de la Catalunya menos conocida: la que está más alejada de las grandes ciudades. 14.000 kilómetros de ruta por pueblos como Gallifa, Bausen, Alpens, Freginals... Los autores no han pretendido hacer una descripción de todos estos pueblos, sino simplemente ofrecer una pincelada sobre la vida en estas localidades a partir de la experiencia de unos cuantos personajes. Todo acompañado por unas fotografías que nos sitúan los paisajes y las gentes de esta Microcatalunya.

Edu y Marc en la furgoneta de los años ochenta con la que hicieron 14.000 kilómetros. Foto: Edu Bayer.

Gente

Una de las principales aportaciones de este libro es que asocia los territorios con gente. Los textos son sobrios en la descripción de los paisajes y prefieren dedicar más atención a que los habitantes de estos territorios expliquen sus experiencias. Las fotografías también rehúyen la simple postal, y prefieren encarar los rostros de los habitantes de los micropueblos. Gente con perfiles bien diferentes: autóctonos y ciudadanos trasladados al pueblo, personas mayores y jóvenes, mujeres y matrimonios, revolucionarios y reaccionarios... Una pequeña representación de las 80.000 personas que viven en micropueblos, municipios de menos de 500 habitantes. Y a través de unas decenas de entrevistados, y de la observación presencial de los pueblos, los autores pretenden averiguar qué quiere decir, hoy, vivir en un pueblo, pero también averiguar quiénes viven en zonas rurales, porque viven allí, qué perspectivas de futuro tienen... En el fondo, Marc Serena y Edu Bayer, además de explicar la sociedad de los micropueblos, también pretenden reflexionar sobre cómo es la vida de los que no viven en estos pueblos, de los que hemos pasado los últimos años sometidos a la tormenta de las nuevas tecnologías y de los cambios que estas han comportado. La sociedad rural refleja, como un espejo, los vacíos de nuestra realidad.

Los niños de la escuela de Mura (Bages) dan clases en el bosque. Fotografía: Edu Bayer.

Contra el estereotipo

Serena y Bayer rehúyen la visión simplista de unos pueblos hundidos en una tradición inmutable. En su relato explican el caso de campesinos que hacen yoga, pero también describen a la abuela curandera que cura a los enfermos como lo hacían sus antepasadas, con hierbas y oraciones. Tampoco quieren presentar una visión miserabilista de pueblos dejados de la mano de Dios y sin servicios, aunque dejan muy claro que en algunos casos la vida no es fácil en estos micropueblos. Serena y Bayer prestan especial atención a las relaciones entre los autóctonos de estos pueblos y los forasteros que se han instalado allí. Hablan, obviamente, de los neo-rurales que han huído de la vida urbana y que en los pueblos fabrican quesos y confituras o se dedican a las artes plásticas. Pero también habla de otros recién llegados a los pueblos, menos vistosos: los ciudadanos que se han trasladado a la zona para trabajar en servicios, como enfermeros. Y no olvidan a un nuevo perfil de neo-rurales, que no han llegado a los pueblos en busca del mito de una sociedad rural idílica: la gente que ha salido de la ciudad porque la crisis no les permite pagar las viviendas a precio urbano, y que prácticamente se dedican a actividades de autosubsistencia, en situaciones de extrema pobreza: auténticos expulsados de las ciudades.

Florenci Torrent del restaurante Cabrit de Sant Esteve de Llémena (Garrotxa). Foto: Edu Bayer.

Tristeza

Aunque los autores retratan personas muy diferentes, al fin en muchos casos hay una cierta tristeza de los entrevistados, que ven como su mundo se hunde irremediablemente. En algunos pueblos ya ni vive el alcalde. En otros no hay nacimientos: hace años que ningún niño viene a renovar la población del lugar. Hay fiestas que se han perdido porque ya no hay nadie que quiera celebrarlas. En algunos pueblos todas las casas antiguas las han comprado forasteros adinerados... Si dicen que un país se ama pisándolo, Microcatalunya es un libro que ayuda a conocer y a amar el país y que recuerda, con sus imágenes y sus textos, que tenemos un territorio y unos habitantes que tenemos que proteger y potenciar. Porque cada pueblecito que desaparece es una pérdida irreparable para el país.

 

Imagen de portada: El pueblo de Arres (Val d'Aran), junto a Francia. Fotografía: Edu Bayer.