"El cadáver surgió de la fosa entre un rumor profundo e inhumano, en el que las exclamaciones temerosas se mezclaban con los versitos coránicos y los tacos". Un cadáver, una fosa, un vídeo viral y un profesor de literatura francesa en la Universidad de Dakar que se obsesiona con la identidad de la persona que acaban de encontrar asesinada, así empieza la historia el libro de Mohamed Mbougar Sarr. Publicado en 2018 y editado este año en catalán por Més Llibres, Purs homes es una de las traducciones más esperadas después del éxito de La más recóndita memoria de los hombres (Anagrama, Més Llibres), premio Goncourt 2021, premio Transfuge a la mejor novela en lengua francesa y Premio del libro Hennessy.

El autor senegalés nos lleva de la mano de Ndéné Gueye, profesor de literatura francesa, que hastiado por la hipocresía moral de la sociedad observa reiteradamente el vídeo de una exhumación de un cadáver en el cementerio. ¿Quién era este hombre? ¿Qué le había sucedido? ¿Lo habían asesinado? ¿Y porque lo estaban desenterrando? Muchas preguntas a resolver y un hombre con el objetivo de resolverlas todas. La prosa ágil y a dentelladas de esta propuesta literaria nos golpea no solo por las descripciones gráficas, sino por la incandescencia de los adjetivos, de las palabras y frases cortas que se intercalan y nos enganchan a la trama. El hombre muerto resulta ser un góor-jigéen, un hombre-mujer, una persona gay.

puros hombres

En Senegal, un país de los más democráticos de la África Occidental, la homosexualidad es un crimen y se penaliza lo que nombra "actos contra naturaleza". Durante el relato, el profesor se convierte en una especie de detective y empieza a enfrentarse a esta realidad de su país, que antes ignoraba por completo. Gueye desgrana las contradicciones donde la persecución de la comunidad LGBTIQ+ es patente y a la vez se sitúa delante de un espejo, se destripa y nos muestra la incomprensión de sus propios sentimientos, de sus deseos, de sus propios prejuicios. Gracias a los personajes como Rama, amante del protagonista, el señor Coly, la madre del muerto o situaciones como la prohibición de la obra de Verlaine en la Universidad entendemos la dificultosa tarea a la cual se enfrenta para comprender aquel asesinato.

La torrencial humanidad con la que Mohamed Mbougar Sarr desafía el texto es un compromiso con sus lectores, con las buenas letras y con los derechos humanos

Mohamed Mbougar Sarr dibuja, como un buen artista, todas las aristas de la represión contra la homosexualidad en Senegal y es fiel a sus palabras recogidas en el 2017, un año antes de su publicación: "La literatura no puede cambiar el mundo, pero desafiar el mundo es su belleza". La torrencial humanidad con la que desafía el texto es un compromiso con sus lectores, con las buenas letras y con los derechos humanos. Se confiesa siervo de Roberto Bolaño, un "escritor y lector universal", según él mismo, un hombre que lo liberó como escritor y le enseñó que la novela es "orgánica", viva, y donde, como comprobamos en este relato, encontramos sensualidad, crudeza, profundidad y dolor. Y es que en Senegal "los hombres puros" están privados de una tumba y de un entierro digno. Leer a Mbougar Sarr es leer sentencias, a veces, de muerte: "Todo el mundo aquí está dispuesto a matar para ser un apóstol del Bien. Yo estoy dispuesto a morir para ser la única figura todavía posible del Mal".