El diario francés Le Monde ha denunciado las oscuras desapariciones de libros en la Biblioteca Nacional española, entre ellas obras de Galileo.
Según Le Monde, una de las obras de Galileo desaparecidas es el tratado astronómico Sidereus nuncius (El mensajero de las estrellas), publicado en 1610, que describe sus primeras observaciones sobre la Luna. Fue sustituido por una falsificación vulgar. "Peor todavía, después de que el diario El País reveló el robo, el Ministerio de Cultura realizó su propia investigación y concluyó que también faltan otros cuatro trabajos del famoso astrónomo y físico italiano. La Biblioteca opina que los libros desaparecidos serían nueve", señala.
Todo ello está lleno de hechos misteriosos, y vacíos sin ninguna explicación. "El robo se descubrió por casualidad en 2014, cuando dos restauradores se comprometieron a tratar el libro y se dieron cuenta de que era demasiado nuevo y demasiado limpio para haber sido editado en el siglo XVII. Los restauradores informaron a sus superiores, que afirman haber avisado a la dirección. No obstante, no se presentaron quejas hasta 2018, cuando un prestigioso investigador británico, Nick Wilding, profesor de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, comunicó directamente a la directora de la BNE, Ana Santos, que el manuscrito digitalizado era falso, y cuando un profesor de historia de la ciencia en la Universidad Nacional de Educación a distancia (UNED), el español Carlos Solis, insistió en saber dónde estaba el original", apunta el diario.
Según Le Monde, desde 2018, la brigada del Patrimonio Histórico de la policía española investiga en secreto el robo de los libros pero sin éxito. Y existe el problema de que han pasado muchos años. "El engaño se descubrió en 2014, y las primeras investigaciones sugieren que el robo se podría haber cometido diez años antes. La última consulta de la obra data de 2004, cuando un tal César Ovidio Gómez Rivero, uruguayo residente en Argentina, se presentó con la tarjeta de investigador en la BNE", apunta.
La Biblioteca Nacional española, que está ubicada en el paseo de Recoletos de Madrid, es la principal biblioteca española, y tiene un fondo bibliográfico de unos 17 millones de documentos. Tiene además una segunda sede en Alcalá de Henares.
El origen de sus fondos iniciales fue la biblioteca del arzobispo de València, Antoni Folch de Cardona, y otras bibliotecas de personas de ideología austriacista a causa de la apropiación de los bienes del bando perdedor en la Guerra de Sucesión de 1701-1715.