El monasterio de Poblet ha inaugurado esta mañana dos nuevos espacios para mejorar la visita al recinto, un nuevo centro de visitantes y la renovación y ampliación del museo, después de una inversión de 1.750.000 euros. La incorporación de estos dos nuevos espacios hará más atractiva a la visita a este edificio monacal cisterciense que forma parte de la lista de monumentos declarados Patrimonio Mundial para|por la UNESCO desde 1991.
El nuevo centro de visitantes apuesta por|para las nuevas tecnologías audiovisuales para garantizar una experiencia mucho más enriquecedora a aquellas personas que visiten el monumento. De esta manera, proyecciones envolventes y pantallas interactivas explican la historia, la evolución y la actualidad del monasterio, así como los orígenes del orden del Cister y su implantación en Europa.
El acto inaugural de los dos espacios ha contado este miércoles con la presencia de la consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, y del presidente de la Diputación de Tarragona, Josep Poblet, entre otras autoridades. El abad Octavi Vilà ha hecho de anfitrión.
La renovación del museo del monasterio ha supuesto la incorporación de 115 nuevas piezas que han sido restauradas por la Unidad de Conservación y Restauración de la Diputació de Tarragona.
Además, se han incorporado dos nuevas salas al museo, las del Abad Copons y del Abad Mengucho, cosa que ha duplicado la superficie expositiva. La sala del Abad Copons está dedicada al símbolo de la cruz. Se muestran ocho crucifijos que van desde el siglo XIII al XXI, además de una de las principales joyas del museo, el Cristo de marfil que Pedro Antonio de Aragón, virrey de Nápoles, entregó en el monasterio dentro del conjunto funerario del exequias de Alfons el Magnànim.
Por su parte, la sala Abat Mengucho propone un recorrido a través de diferentes ámbitos relacionados con la liturgia y sus objetos, entre ellos, un lipsanoteca (objeto para guardar reliquias). Se trata de un vaso de cristal del siglo XIV único en toda Europa y que estaba situado en la base del altar de la basílica.
El coste del nuevo centro de visitantes y de la renovación del museo ha sido de 1.750.000 euros, cantidad sufragada por la Diputación de Tarragona (1.300.000 euros) y por La Caixa a través de la Generalitat mediante el programa Patrimonio en acción, que ha aportado 450.000 euros. La Diputació también se ha hecho cargo de la dirección de las obras, así como de los arquitectos, que son personal de la citada administración provincial, con un coste estimado de unos 200.000 euros.