Hubo un tiempo, menos lejano de lo que parece, en el que podías mirar una serie sin tener que pedirle que fuera el mejor producto televisivo nunca concebido. Mirabas un episodio semanal con ganas, pero sin angustias, disfrutando de una historia que, fuera conclusiva o no, te daba exactamente lo que le pedías. En el caso de los thrillers o las historias policíacas, solo querías un buen caso, un poco de sentido del humor y unos personajes carismáticos. Este tipo de producto todavía existe, pero queda constantemente eclipsado por la serie con ínfulas y con vocación de alargarse. Ya no nos entretenemos como antes, porque las ficciones nos tienen que generar adicción, les exigimos que hagan pasos adelante que pocas veces consiguen hacer. Por todo eso Mono malo, estrenada en Apple TV+ es un pequeño milagro.
Una serie que te alegrará el día
Esta adaptación de los libros de Carl Hiaasen no inventa nada: hemos visto infinidad de relatos televisivos con un detective poco convencional que trabaja en un escenario exótico con una colega que no sabe si verlo como un genio o como una estafa. Pero es que tampoco lo pretende. Se dedica, a ratos con brillantez, a reformular los viejos clichés dotando a los personajes de entidad y regalándoles (y regalándonos) unos diálogos impagables que siempre te dejan con ganas de más. Si se hubiera estrenado en los años 80 ahora sería de culto desatado.
Se dedica, a ratos con brillantez, a reformular los viejos clichés dotando a los personajes de entidad y regalándoles (y regalándonos) unos diálogos impagables
La trama de Mono malo, ocurrente y juguetona, es una mezcla de muchas cosas. Andrew Yancy, un policía suspendido que malvive haciendo de inspector de restaurantes al sur de Florida, recibe el encargo de llevar el brazo amputado que han pescado unos turistas a una forense, Rosa Campesino, para que determine si es o no la prueba de un crimen. Aunque el examen no es concluyente, una vez conocen la identidad del muerto tanto Yancy como la misma Rosa se embarcan en una investigación para entender por qué todos los que se relacionan con la presunta víctima se comportan de una manera tirando a extraña.
A partir de aquí, sin revelar más del necesario, Mono malo se salta las reglas de la típica serie procedimental para erigirse en un thriller mejor trenzado de lo que parece. Por descontado que Yancy y Rosa son el foco principal de la narración, pero la historia se vuelve más coral para mostrar las diferentes perspectivas sobre el mismo caso, dándole un aire de "noir" clásico muy agradecido.
La abrumadora personalidad de Vince Vaughn acaba siendo la clave de la serie y lo que compensa las ocasionales bajadas de ritmo
Contribuye decisivamente el inteligente uso del narrador, impagable cuando se dedica a torpedear los tópicos estructurales del género; un humor punzante que se ríe de todo y de todo el mundo, incluso de los mismos giros de la trama; y el gran trabajo de Vince Vaughn, que ha nacido para interpretar Yancy. La abrumadora personalidad del actor acaba siendo la clave de la serie y lo que compensa las ocasionales bajadas de ritmo, pero sería injusto no destacar las aportaciones de la espléndida Natalie Martínez y la divertidísima Meredith Hagner. Hay series que tienen el extraño don de alegrarte el día y Mono malo es una de ellas.