Un musical atípico en clave de comedia en que se cuestiona qué es la normalidad. Esto es Monster, de prop ningú és normal, un espectáculo basado en un texto del dramaturgo escocés David Greig, que se presenta en el Teatre Tantarantana hasta el 17 de febrero, en un montaje a cargo de Roberto Romei. Una historia en que tres actrices se han visto obligadas a reconvertirse para interpretar el papel de las jóvenes integrantes de un grupo de música.

monster de cerca de ningu tantarantana

Lanzarse a la piscina

Blanca Garcia-Lladó, Clara Manyós y Berta Pipó, las tres jóvenes actrices que interpretan esta obra, afirman que tenían algunas nociones de música, pero que han tenido que hacer un esfuerzo de adaptación para llevar a cabo este espectáculo. Por eso, llevan meses preparándose, no tanto para representar la obra en sí, como para hacer el papel de integrantes de un grupo musical: "No es fácil tocar y cantar al mismo tiempo. Y hacerlo tres. Y además afinar", se lamentan. La solución, para ellas, ha sido formar un grupo, y seguir la estela de los personajes que representan: "Este espectáculo nos ha regalado un grupo musical", aseguran.

monster trío tantarantana

Alejarse del drama

Monster es la historia de Cati, una chica que quiere vivir en un mundo de color rosa y que escribe una novela para describir el mundo perfecto en que le gustaría vivir. Pero su realidad es muy diferente; los problemas se le acumulan. Lo peor es que tiene que venir a ver su situación una trabajadora social y ella tiene miedo de que la aleje de su padre, enfermo de esclerosis múltiple. Pero el día que la asistente tiene que llegar, durante la espera, habrá un montón de situaciones excepcionales que cambiarán completamente el guion de lo que se podía esperar. Al fin, la obra quiere discutir el concepto de normalidad y quiere ser un canto en la resistencia de la gente frente a la adversidad. "La mayor dificultad era no caer en el drama", explican Clara Manyós y Berta Pipó. Pero Romei tenía claro que no quería hacer una obra dramática: "Lo que en principio puede parecer un problema después puede resultar que no lo es". Lo peor en la vida, para él, es intentar adaptarse a la normalidad, y afirma que siempre ha habido presiones para eso, pero que con las redes sociales se han agudizado y que ahora es más necesario que nunca resistirse a ello. Asegura que es posible.

La vida con ritmo

El grupo de la obra de ficción es The Prinzelles. Pero, en realidad, las canciones que interpretan son del grupo The Mamzelles, que ha elaborado nueve temas especialmente para la obra. Se trata de una "locura trepidante", según el director Roberto Romei. Son nueve temas muy variados, porque las canciones, dentro del espectáculo, reflejan el estado de la protagonista, y las actrices adoptan un género musical diferente a medida que el estado de ánimo de la Cati evoluciona. De esta forma transitan del reggaetón hasta el punk, pasando por el pop. El escenario, como no, está ambientado como una sala de conciertos, con un bajo, una guitarra y una batería, que serán los instrumentos que tendrán que tocar las actrices, aunque algunas de ellas los han descubierto recientemente. Y son las mismas actrices las que instalan los instrumentos y los aparatos técnicos. Con la dificultad añadida de que en esta obra, mientras actúan, las actrices se dirigen directamente al público, tal como le gusta a Romei. Todo un reto.