A menudo se ha tenido la idea de que la alta montaña siempre ha sido virgen y que el hombre tiene una tendencia natural a vivir en la llanura. Las investigaciones en arqueología que se han llevado a cabo desde 2004 en el Parc Nacional d'Aigüestortes desmienten por completo esta interpretación. Ahora, una exposición en Esterri d'Àneu, que se inauguró este viernes en el EcoMuseu de les Valls d'Àneu, muestra la riqueza de estos hallazgos que obligan a cambiar nuestra idea de la prehistoria catalana: Montañas en la Prehistoria. La arqueología en el Parc Nacional de Aigüestortes i l'Estany de Sant Maurici.

La exposición de Esterri d'Àneu.

Fenómeno común a Europa

En los últimos años las evidencias de poblamiento antiguo en la alta montaña se multiplican, no sólo en Catalunya, sino también en muchos otros puntos de Europa. La investigación del Parc Nacional de Aigüestortes i l'Estany de Sant Maurici ha sido llevada a cabo por el Grupo de Arqueología de la Alta Montaña, de la Universitat Autónoma de Barcelona y la Institució Milà i Fontanals del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Catalunya. Se han documentado 350 yacimientos arqueológicos, desde cuevas ocupadas por humanos, hasta construcciones al aire libre o monumentos funerarios, pasando por grabados sobre piedra o carboneras (unos datos espectaculares, porque hasta 2004 no se había documentado científicamente ningún resto arqueológico prehistórico en la zona). La exposición de Esterri ha sido comisariada por el arqueólogo Ermengol Gassiot, quien explica que en esta muestra se quieren interpretar los vestigios humanos más antiguos encontrados en el parque, de hace 10.000 años, y que recoge piezas de hasta hace 3.000 años.

Herramientas de piedra de la cueva del Sardo. A la izquierda, fabricadas con materias primas de los alrededores de la cueva. A la derecha, cuchillos, puntas de proyectil y fragmentos de hoz cortadas en sílex.

En crestas situadas a 2.800 metros de altura se encuentran herramientas de sílex

Ötzi abrió los ojos a los arqueólogos

La repercusió mediática del hallazgo en 1991 de Ötzi, el célebre "hombre de hielo" del Tirol muerto hace 5.300 años por una flecha a más de 3.000 metros de altura, obligó a los arqueólogos a revisar sus teorías sobre el poblamiento de la alta montaña. Hasta aquel momento se habían hecho muy pocas excavaciones en zonas de alta montaña, porque se daba por supuesto que no se encontrarían restos humanos. Gassiot está convencido de que esta visión se derivaba de los estereotipos de la sociedad industrial sobre las zonas de montaña. Pero a partir del año 2000 se multiplicaron las investigaciones en estos territorios, y enseguida se hicieron muchos hallazgos. La presencia humana, en el Parque Nacional d'Aigüestortes, es intensa. Los arqueólogos han encontrado, en crestas situadas a 2.800 metros de altura, herramientas de sílex procedentes de unos 30 kilómetros de distancia (no hay sílex, en el Parque Nacional), lo que muestra que las zonas hoy visitadas sólo por los alpinistas habían sido pobladas hace miles de años. Se han documentado numerosos asentamientos permanentes a una altitud de entre 2.000 y 2.500 metros de altura. Y pequeños abrigos rocosos, que actualmente sólo sirven como vivacs para los escaladores, habían experimentado una ocupación sistemática hace 5.000 años... En realidad, hay algunos asentamientos humanos prehistóricos que han sido habitados durante milenios, con mucha continuidad.

Documentación de un muro en el Abric de les Obagues de Ratera (Espot).

El paisaje del Pirineo no es natural

A menudo se tiene la idea de que la alta montaña catalana tiene unos paisajes naturales que no han sido alterados nunca por la mano del hombre. Nada más lejos de la realidad. Gassiot explica que el actual paisaje del Pirineo ha sido conformado, justamente, por la intervención humana: comenta que hace 2.000 años la mayoría de los bosques de la vertiente sur del Pirineo tenían un componente muy grande de hayas y robles, y que actualmente en algunas zonas han sido sustituidos por pino rojo y pino negro; su hipótesis es que la sustitución fue producida por la explotación forestal en busca de leña. Por otra parte, el hecho de que el bosque desaparezca hoy en día a una cierta altura, para Gassiot, es consecuencia de la práctica de la ganadería durante un largo periodo de tiempo, que habría hecho retroceder las zonas forestales. Afirma que en Núria habría bosque si no fuera por la acción humana a lo largo del tiempo. Recuerda que desde hace unos 5.300 años ha habido cremas continuadas de zonas forestales para formar claros para pastos, y que eso ha ayudado a configurar el paisaje actual. Y añade que las ovejas eran animales importados del Oriente Próximo, porque no había ovinos para domesticar en la zona (al igual que al Pirineu llegó de fuera el cultivo de cereales, también procedentes de Oriente Próximo). Gassiot argumenta que en las últimas décadas, con la decadencia de la ganadería no estabulada, los bosques empiezan en crecer a mayor altura.

Dolmen de la Cabaneta d'Envall, en la zona de influencia del Parque Nacional.

Conocimientos e incógnitas

Los restos más antiguos localizados en la zona son del Mesolítico, de poblaciones cazadoras-recolectoras, pero también hay yacimientos del Neolítico y de la Edad de los Metales. Gassiot explica que las pruebas arqueológicas muestran que las tecnologías de los habitantes de la alta montaña son "plenamente asimilables a las de la gente de la llanura del mismo periodo". La principal diferencia es que cuando empiezan a aparecer las primeras ciudades en el llano, no hay pruebas de un fenómeno similar a la montaña. Apunta, a pesar de todo, que harán falta más exploraciones arqueológicas para acabar de verificar este dato. Ahora bien, hay cuestiones que intrigan a los arqueólogos, como el hecho de encontrar recipientes cerámicos del Neolítico escondidos entre los canchales. Piensan que podrían haber sido usados como reserva de comida, pero no excluyen otras hipótesis.

El arqueólogo Ermengol Gassiot.

Una revolución que sólo empieza

Ermengol Gassiot promete que esta exposición sólo es el principio de una investigación que tiene que ir todavía mucho más adelante. Hasta el 15 de julio Montañas a la prehistoria se podrá ver en Esterri d'Àneu, y más adelante circulará por los pueblos de la zona del Parque Nacional. Pero también se divulga este conocimiento con rutas sobre prehistoria por Sant Maurici, con la colaboración del Parque Nacional, que se ha involucrado en profundidad en la iniciativa de los arqueólogos. Pero está previsto continuar con las investigaciones sobre el tema.