Montserrat Roig es eterna y una de las imprescindibles. Periodista, escritora, cuentista, novelista, su aportación en el campo de las letras es increíble. Se declaró feminista en los años 60 en una España franquista, donde la lectura que se hacía de este movimiento era la de un colectivo de “desviadas ávidas de vicio”, maravilloso, ¿no creéis? La cuestión era que, en aquellos años, a excepción de ciertos círculos militantes de Barcelona o Madrid, no era común declararse feminista. Ella se convirtió en una figura clave del feminismo antifranquista y más tarde de la vanguardia que pondría las bases para la creación de colectivos y jornadas. Republicana, socialista, sus ideas decía que bebían de los valores republicanos y no de mayo del 68. La Roig, que así la llamaban, tenía muy claro de dónde venía y quién eran sus referentes y en Món Hetero, la teoria feminista de Montserrat Roig, publicado por Edicions 62 y editado por Betsabé García, nos nutrimos de su universo.

Montserrat Roig se declaró feminista en los años 60 en una España franquista, donde la lectura que se hacía de este movimiento era la de un colectivo de “desviadas ávidas de vicio”

El recopilatorio de textos ya fueron publicados el año 1980 en un volumen titulado ¿Tiempo de mujer?, donde encontrábamos desde conferencias a entrevistas. Como en Món Hetero, los escritos sobre la mujer de Montserrat Roig reflexionan sobre qué es ser mujer en un sentido existencial, teórico y, por supuesto, político. Los textos se han organizado a través de tres temas. La heterosexualidad como problema marca la introducción, un título que dista del contenido, ya que no problematiza la orientación sexual de las personas, sino que problematiza y teoriza acerca de la superestructura política de la dictadura franquista (fascismo) y su infraestructura cultural católica. Es a través de esta infraestructura cultural católica que se modelan los valores de las parejas heteronormativas. Así pues, El patriarcat catòlic, Follar i estimar, Un segrest ontològic, Feminisme: aquella filosofia de segona y Transhistòric son las categorías que apuntan las principales temáticas. 

Montserrat Roig-Manel Armengol / Archivo

Montserrat Roig, un referente eterno del feminismo y el periodismo. Foto: Manel Armengol / Archivo

La Roig siempre será necesaria

En Transhistòric encontramos las entrevistas y los retratos de dos mujeres trans: Samantha y Kati. Unos testimonios muy valiosos en una época donde la categoría trans era muy nueva y no se daba voz a las disidencias sexuales y de género. Montserrat Roig marcó las bases del pensamiento feminista en catalán, pero también destacó con libros como Los catalanes en los campos nazis, una investigación que supuso un antes y un después en la sociedad de la época. Una faceta poco conocida de Montserrat Roig fue la de entrevistadora; en el programa de Personatges entrevistó a Neus Català, deportada catalana en el campo de concentración nazi de Ravensbruck; la Bella Dorita, cantante de cabaré, o Marta Mata, pedagoga e impulsora de la renovación de la escuela pública de la Transición. Creo que es muy difícil definir a Montserrat Roig porque fue una gran cronista, novelista, articulista, entrevistadora… Fue una trabajadora incansable y tenía ese espíritu que, sinceramente, ya no encontramos en las hornadas de periodistas de hoy en día… Era una persona comprometida con su tiempo: para Roig, la memoria, el antifascismo y el feminismo eran caminos por los que había que transitar para escribir una sociedad mejor. 

Cuando te topas con artículos como Una assegurança d’amor entiendes que estás leyendo una pluma afilada, audaz, osada, pero diestra y sobre todo inteligente y culta

Cuando te topas con artículos como Una assegurança d’amor entiendes que estás leyendo una pluma afilada, audaz, osada, pero diestra y sobre todo inteligente y culta. “La inseguretat del món actual reclama com a contrapunt vincles sòlids i duradors. I l’únic vincle sòlid acceptat i esperonat socialment és el del matrimoni, el de la parella”. Esto lo escribió hace más de 33 años, y es más actual que nunca, quizás no el matrimonio, pero sí la necesidad de emparejarnos para sobrevivir a una sociedad nuclear, donde la idea de la inseguridad social promovida por el capitalismo depredador nos hace anhelar, sin saberlo, formas clásicas y normativas de relacionarnos. Ojalá haber conocido a Montserrat Roig, entrevistarla, observar mientras conversa, disfrutar de un 8 de mayo, ir juntas a una manifestación. Pilar Aymerich, cuando se inauguró su exposición Memoria vivida, dijo que hay personas que le faltan, como Montserrat Roig.  No me extraña, porque La Roig siempre será necesaria.