Se ha muerto Alice Munro, premio Nobel de Literatura, a los 92 años. Así lo ha comunicado la familia a medios de comunicación canadienses como The Globe and Mail, que ha añadido que la escritora traspasó el lunes noche en una residencia de personas mayores en la provincia canadiense de Ontario. Munro sufría demencia desde hace al menos una década. La autora destacó sobre todo por sus relatos cortos y es considerada una de las escritoras más importantes en lengua inglesa, motivo por el cual fue galardonada con el Nobel en 2013 y el Premio Internacional Man Booker en 2009.
Nacida en julio de 1931 en Ontario, hija de una profesora y de un granjero, empezó a estudiar periodismo y filología inglesa en la Universidad de Western Ontario —que abandonó en 1951—. Empezó a escribir de bien joven, publicando en varias revistas. Su primer libro de cuentos fue editado en 1968, Danza de las sombras felices (Dance of the Happy Shades), que tuvo una buena recepción en Canadá. En 1971 publicó una exitosa colección de historias, Las vidas de las mujeres (Lives of Girls and Women), antes de otras obras como ¿Quién te crees que eres? (Who don you think you are?, 1978), Las lunas de Júpiter (The Moons of Jupiter, 1982), Escapada (Runaway, 2004), La vista desde Castle Rock (The View from Castle Rock, 2006), Demasiada felicidad (Too Much Happiness, 2009) y Querida vida (Dear Life, 2012).
Fue aclamada por su manera fina de relatar, caracterizada por la claridad y el realismo psicosocial, hasta el punto que algunos críticos la consideran la Anton Chéjov canadiense. Sus historias a menudo se desarrollan en pequeñas localidades, donde la lucha por una vida socialmente aceptable provoca relaciones tensas y conflictos morales. De la misma manera, a menudo cuentan representaciones de la vida cotidiana, afrontando acontecimientos decisivos.
Munro ganó el Nobel en 2013 como "maestra del cuento contemporáneo" y se convirtió en la primera canadiense a recibir este premio. El profesor David Staines, exeditor general de la Nueva Biblioteca Canadiense, la conoció durante más de cuarenta años. "Ella era una de las grandes escritoras de cuentos del mundo actual y, en su vida, evidenció la belleza de la palabra", ha recordado, afirmando que, igual que Chéjov, "sobrevivirá sus tiempos".