El cineasta Francesc Betriu, director de la adaptación cinematográfica de La plaza del Diamante, ha muerto a los 80 años según ha informado la Filmoteca de Catalunya. Betriu recibió el Premio Gaudí d'Honor de l'Acadèmia del Cinema Català.
Nacido en Organyà (Alt Urgell) en el año 1940, aunque en un principio empezó a estudiar Farmacia por tradición familiar, acabó decantándose por las Ciencias Económicas, disciplina en la cual se licenciaría en la Universidad de Barcelona, antes de trasladarse en Madrid donde estudiaría Ciencias Políticas y Sociología y empezaría los estudios de Dirección en la Escuela Oficial de Cinematografía, donde coincidiría con una generación de oro del cine español, como Víctor Erice, José Luis García Sánchez, Manuel Gutiérrez Aragón y Ángel Fernández Santos, y de donde curiosamente sería expulsado por falta de asistencia.
Acostumbrado a compaginar varios trabajos, como crítico de cine y corresponsal de Fotogramas, director y guionista de diversos cortos, documentales y series, debutó el año 1973 con Corazón solitario, un melodrama protagonizado por un hombre sencillo que desea tener pareja, en la que seguirá la película Furia española, protagonizada por Cassen y Mònica Randall, donde ofrecía una visión satírica del mundo futbolero que a pesar del título –o quizás justamente por eso– sufrió la mutilación de la censura.
La película más conocida de Paco Betriu, sin embargo, sería la adaptación cinematográfica y televisiva de La plaça del Diamant, la novela de Mercè Rodoreda, protagonizada por unos entonces jovencísimos Sílvia Munt y Lluís Homar. La adaptación por televisión, un antiguo sueño del director, contó con la aprobación de la escritora que después de ver en resultado participó en la promoción del filme que adaptaba la vida de Natàlia, renombre por Quimet, Colometa, y fue un éxito dentro y fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, últimamente, Betriu consideraba que la versión que se estrenó en los cines no estaba a la altura de la serie.
Betriu también adaptó la novela Réquiem miedo un campesino español, del escritor aragonés Ramón J. Sénder, en una película protagoniza por el actor valenciano Antonio Ferrandis, como Mossèn Millán, y un entonces poco conocido Antonio Banderas, en el papel de Paco el del Molino, y Sinatra, Premio Nacional de Cinematografía, basada en la novela de Raül Núñez, con un Alfredo Landa que, en plena revalorización de su carrera después de los años del landismo, sería nominado al Goya como mejor actor. Pionero en el uso de géneros y actores a menudo menospreciados por demasiado populares, dirigió a José Sazatornil y Antonio Resines en la película Una pareja perfecta, y a Míriam Díaz Aroca en El paraiso ya no es lo que era.
Autor de varios documentales de la Transición, sobre el retorno del Presidente Tarradellas, el Estatuto o el Parlamento de Catalunya, firmó varias series, como la adaptación televisiva de Vida privada, de Josep Maria de Sagarra, o Un día volveré, de Juan Marsé, antes de cerrar su carrera con el documental de ficción Monica del Raval y la crónica negra de El día que murió Gracia Imperio. El 19 de enero pasado, con 80 años recién hechos, recibió el homenaje del cine catalán con el Gaudí d'Honor de l'Acadèmia del Cinema Català.