Susana María Alfonso de Guiar tenía un nombre largo que en su faceta artística quedaba reducido al de Mísia, como fue conocida internacionalmente por haber sido una fadista innovadora, con más de treinta años de carrera. Susana nació en Oporto en 1955 y ha muerto este sábado en Lisboa a los 69 años, por las complicaciones de un cáncer con el cual convivía desde que le fue diagnosticado en el 2016. Hija de padre portugués y madre catalana, que se separaron cuando ella tenía cuatro años, pasó tiempo viviendo entre Madrid y Barcelona, donde residía su abuela, Lolita Vélez, que había sido artista de El Molino. Por eso, hablaba (y cantaba) en catalán, y estas raíces catalanas también influyeron en la elección de su nombre artístico, inspirado en Maria Zofia Olga Zenajda Godebska, conocida por el diminutivo polaco de Mísia, que fue musa del pintor catalán Josep Maria Sert, una figura de quien quedó fascinada después de leer su biografía. Misia reconocía en una entrevista en Catalunya Ràdio, en un perfecto catalán, que su voluntad era ser enterrada en el cementerio de Montjuïc.

Durante los sus primeros años de vida artística, convertida en Mísia, trabajó en un cabaré, formó parte de la movida madrileña, hizo revista en el Apolo y participó también activamente en la corriente cultural del momento. Pero ya de adulta, en su treintena, volvió a Portugal para dedicarse al fado, y lo hizo de una manera innovadora y original, por eso, en su país fue reconocida sobre todo por la renovación que hizo de este género.

En 1991, Mísia se estrenó con el primer álbum de la quincena que publicó, que llevaba su nombre, Mísia, y que incluía canciones escritas por compositores como José Niza o José Carlos Ary dos Santos. Aunque el género por el cual fue conocida es el fado, la artista portuguesa de raíces catalanas tuvo un repertorio que incluye tangos, boleros, habaneras y una mezcla de géneros, sonidos y tendencias musicales. Mísia cantó en diferentes idiomas, desde el portugués al catalán, el castellano, el francés, napolitano, y versionó con el estilo fado canciones de artistas como Amàlia Rodrigues, Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute o Marina Rossell. Precisamente participó en el 2007 en el disco del Maratón de TV3 con una canción de Serrat, Plou al Cor, que ya incorporó siempre a su repertorio cuando cantaba a Catalunya. También colaboró con artistas como Maria João Pires, Isabelle Huppert, María de Medeiros o Maria Bethânia, con la que realizó una gira por el Brasil en 1998.

Mísia, cantando 'Llueve en el Corazón|Coro', de Serrat
Mísia, cantando 'Plou al cor', de Serrat

 

Otro de su faceta era el de cantar poesía y otras composiciones literarias, poniendo voz a letras de José Saramago, Fernando Pessoa o António Lobo Antunes, Vasco Graça Moura, Sérgio Godinho o Pedro Tamen. Pero no solo cantaba, también fue actriz de teatro y de cine, participando en el documental Passione, dirigido por el norteamericano John Turturro, filmado en Nápoles.

Entre sus álbumes más relevantes se encuentra Drama Box, una selección de tangos, boleros y fados cantados en portugués y castellano, su proyecto Lisboarium, un concierto acústico de fado tradicional contextos de grandes poetas, el disco Tourist, donde homenajeó en grupos y artistas tradicionales como Chavela Vargas, Camarón, Dalida o Maria Bethânia. En el 2015 lanzó un disco doble dedicado a quien fue su mayor referencia al fado, Para Amália, en que cantaba muchos de sus grandes éxitos y algunas composiciones originales. Un año después fue diagnosticada con un cáncer, pero siguió con su carrera musical de forma intermitente y publicó los álbumes Pura vida (2019) y Animal sentimental (2022), siguiendo con su carrera, pero cantante de manera intermitente.

Mísia ha sido reconocida no solo en Portugal, también en Francia, Alemania o Argentina, y a lo largo de su vida recibió numerosos premios y distinciones, como la Orden del Mérito otorgada por el Gobierno portugués, la Gran Medalla Vermeil de la Ciudad de París, y fue nombrada Caballero del Orden de las Artes y las Letras del Gobierno francés. También fue galardonada con los premios Amália Rodrigues (Portugal), Carossone (Italia) y un 'In Honorem' a su carrera de la Academia Charles Cros (Francia).