Mujeres se habían tomado un tiempo. Había llegado la hora de analizar en qué punto estaban como grupo y (diría más) como personas. Como banda, como colectivo, suman ya seis discos y tienen una premisa: no van a dejar de aprender. Y cuanto más compartas con los tuyos, mejor te va a ir en la vida. El trío catalán está más cohesionado, son más perfeccionistas, tienen mucha ambición. Eso sí, no pierden el oremus, tocan con los pies en el suelo. El resultado a todo esto es Desde flores y entrañas, un total de diecisiete canciones que tienen una clave: cada una de ellas esconde un detalle, una sorpresa. Y como con ellos todo queda en familia, el plan ahora mismo es perfecto e inmejorable.  

Foto: Carlos Baglietto

Para empezar, la semana pasada tocasteis en el Festival B. ¿Cómo fue?
Pol:
Pues muy bien, con mucho público. Además nosotros veníamos de un año de parón con la formulación del disco y todo esto. De hecho, el año pasado teníamos que tocar allí, y fue como saldar la deuda. Salieron las Cariño a tocar en un tema, también Carolina Durante. Y todos ellos son unos amores, fue una fiesta.

Ya que citáis a Carolina Durante, ¿creéis que ellos han cogido de alguna manera ese testigo de Mujeres? Sobre todo, en cuanto al funcionamiento y como suenan. Siempre he visto esa conexión.
Pol:
Como llevamos ya bastante tiempo en esto y hemos vivido distintas escenas, hubo un momento en que influenciamos a bandas de Madrid como Parrots Los Nastys, y vimos como toda esta panda nos pasaban por delante y tocaban en sitios más tochos, y con Carolina también puede ser. Hay gente que nos escucha y dice: vosotros habéis aprendido mucho de Carolina. Y claro, nosotros llevamos mucho más tiempo en esto, en todo caso sería al revés.

Yago: Yo creo que esta es más una pregunta para ellos. Y a ver, y más aún tras la colaboración, se sabe que les gusta mucho el grupo. Es más, pasa con otros grupos del sello, y eso nos parece súper bonito.

Eso es súper interesante, tener esa identidad y crear algo que os pertenece. La marca Mujeres, ¿no?
Pol:
Nosotros hicimos ese gran cambio que fue pasar del inglés al castellano, fue un giro importante. Y de paso coger la estética unido a unos eslóganes. No solo es la música, es la forma de aproximarse y comunicar. 

Exacto, es el camino que eliges para llegar a la gente. Y más ahora con las redes sociales. Tener clara la fórmula es clave.

Arnau: Antes, cuando hablábamos lo de Carolina en cuanto a maneras de hacer las cosas, nosotros siempre hemos tenido ese sello de hacerlo todo nosotros mismos, y que creo que todas estas bandas más jóvenes no lo han vivido. Claro, en su caso pasaron de 0 a 100 en un instante y ya no tuvieron que autogestionar según qué.

Yago: También es el grupo más grande de esa generación. Obviando grupos de otros géneros, pero en cuanto a grupos de guitarras, si lo son.

Siempre hemos tenido ese sello de hacerlo todo nosotros mismos

Yo los vi este verano en el Cruïlla y la verdad es que tienen un directo muy potente.
Arnau:
Tardará años en que pase algo así, es un oasis. Todo pasa por algo, pasar de una sala pequeña a grandes recintos. También es cierto que se han perdido muchas cosas y también puede llevar al grupo a la destrucción por toda esa presión.

Yago: Ese no es nuestro mundo ni al que hemos aspirado nunca. Cuando pensamos en referentes, al principio eran los Black Lips. En el fondo era tocar en salas y en ambientes que te molasen.

Bueno, es una cuestión de filosofía. Es como Idles, que hace nada les vi anunciados en un Sant Jordi Club, y me pareció raro y al mismo tiempo alucinante. Tú también creces en función de como tu publico responde.
Arnau:
Estamos en esa extraña cultura de que todo tenga que hacer un sold out.

Yago: Y parece que, si no creces, esto no tenga sentido. Nosotros no lo vivimos así. Yo puedo estar cómodo tocando en salas de 500 personas. Y esa, ha sido la realidad de mogollón de grupos.  

Hablando ya de vuestro nuevo disco, os quería felicitar por el mismo. Llevo unos días escuchándolo en bucle. Y una de las cosas que me ha llamado la atención es el poder y el peso que tienen las letras, creo que más que en ninguno de vuestros trabajos anteriores. Son muy vivenciales, y además me identifico al 100% con todo lo que contáis. Y ese inicio, Las victorias y derrotas, Se avecina una herida o No puedo más.
Pol:
Menudo drama (risas).

Arnau: A ver, siempre hemos sido un grupo que hemos jugado con esa parte irónica. Y sí, abro comillas, creo que es un disco más serio que hemos hecho en cuanto a letras. El sonido también, que varíe tanto de canción en canción, de alguna manera es seriedad, que no suene todo el rato igual. Al empezar un disco nos planteamos de qué vamos a hablar; de que la vida sigue y tú igual no te adaptas, cosas que no entiendes, afrontar una nueva realidad. Y eso nos ha ayudado a hacer un disco mejor.

Estamos en esa extraña cultura de que todo tenga que hacer un sold out

En cuanto al sonido, lo que decíais, en cada canción hay un detalle, un algo que la diferencia del resto. Para mí eso es un plus. Por ejemplo, las guitarras. Hay tres o cuatro temas en que están muy presentes y esto te coge por sorpresa.
Arnau:
También están las voces de Yago, siempre son distintas. Y de repente, hay un cambio de ritmo, un detalle. Todas tienen un algo, una idea que destaca. O esa línea de bajo que no sabes de donde sale.

Yago: Es ir aprendiendo. No sé, el uso de pedales, pensar en algo que ya habías hecho antes. Por qué no grabas con dos o tres micros diferentes. Esto le dio a Sergio (Pérez) una capacidad muy grande para mezclar. Nosotros al principio, cuando grabábamos discos, no nos planteábamos nada de eso. De principio a final era la misma guitarra. Y sí, hablábamos y nos fijábamos en que era un disco de sonido. Hasta aquí yo veo que hemos crecido muchísimo en el estudio.

Y se nota, el crecimiento es brutal. Además, una cualidad del disco es que son diecisiete canciones y mantienes todo el rato la atención.
Pol:
Marcó mucho el disco que íbamos a hacer de diez o doce canciones y después a la vieja usanza, sus tres singles con sus caras B en las que experimentábamos un poco y nos salíamos de nuestra zona de confort. Pero en el sello les gustaron todas mucho, y nos dijeron que adelante, que las pusiéramos todas.

Arnau: Yo creo que, con el plan inicial, hubiese sido un disco menos variado. Con este de repente tienes ahí más timbales, en otra un poco más de Velvet. Por ejemplo, una canción como Como una bendición no la hubiésemos hecho hace dos discos.

Yago: Para mí la más radical es la última, Horizontal en llamas. Es más sostenida, casi electrónica.

Foto: Carlos Baglietto

Quería acabar con esto. Siempre decís que vuestros fans no son fans, sino que son amigos. Y eso de alguna manera os convierte en el grupo perfecto. Creáis una especie de comunidad.
Arnau:
Nunca hemos escondido que estamos aquí porque somos un grupo de amigos que nos hemos movido por el amor a la música. Si vemos a alguien con una camiseta nuestra vamos a hablar, nos mostramos en los stories como somos.

Lo hacéis porque en parte os veis en ese otro lado.
Arnau:
Exacto, tal cual.

Yago: Es que el rollo ese de la estrella del rock no va mucho con nosotros, ni los camerinos. Queremos que todo sea muy colectivo. Incluso tocar con el escenario más bajo.

Pol: Y hemos hecho el Club de los Sentimientos que acaba de unir todo esto.

Arnau: Es la relación directa con la gente que nos escucha, compartimos bares de carretera que nos gustan, hacemos sorteos, damos ideas. Y nos abrimos a la gente, en parte el resultado es este disco. Todo lo que tenemos lo compartimos, no nos guardamos nada. Celebramos los malos momentos, pero también las alegrías.