En 1910, una tarde, cuando estaba en Florencia, Giorgio de Chirico (Volos, Grecia, 1888 - Florencia, Italia, 1978), creó la llamada "pintura metafísica", que tenía en los paisaje desiertos y en los maniquíes uno de sus elementos más característicos. En la obra de De Chirico, la realidad se vuelve enigmática, y se confunde con el sueño y con la memoria. Y este tipo de creación tuvo una influencia decisiva en los surrealistas (como André Bréton, Paul Éluard, Guillaume Apollinaire o incluso Salvador Dalí) y en otras corrientes artísticas. A Giorgio de Chirico nunca se le había rendido una gran exposición en el Estado español. Ahora, con cierto retraso, esta deuda se cubre con El mundo de Giorgio de Chirico: Sueño o realidad, una exposición que se presenta en el CaixaForum de Barcelona y que se podrá visitar hasta el 22 de octubre. Posteriormente, itinerará por Madrid, Zaragoza y Mallorca.
Todo De Chirico
La exposición agrupa a 142 obras del periodo 1913-1976, y representa a grandes rasgos un panorama bastante completo de la obra de De Chirico. En su mayoría son pinturas, pero también incorpora dibujos, litografías y esculturas. Esta concentración de tantas obras del maestro italiano ha sido posible gracias a la colaboración en el proyecto de la Fundación Giorgio e Isa de Chirico. Tan sólo hay cierta falta de pinturas del periodo anterior a la Primera Guerra Mundial, porque en aquellos momentos el pintor no pudo pagar el alquiler de su vivienda y fue desahuciado y los cuadros desaparecieron. Paolo Picozza, presidente de la Fundación, asegura que la mayoría de estas pinturas han salido de Italia y, en la actualidad, están "en Suiza". La muestra ha sido comisariada por Mariastella Margozzi, historiadora del arte en el Ministerio de los Bienes y Actividades Culturales de Italia, y por Katherine Robinson, del Consejo Directivo de la Fundación De Chirico. Picozza ha felicitado su trabajo, tanto por la elección de obras, que ha calificado de óptima, como por el peculiar montaje de la exposición. En el centro de la Sala 3 del CaixaForum, donde se ha ubicado la muestra, se han colocado unas arcadas y unas columnas que recrean un "entorno metafísico", similar al que aparece en tantos cuadros de De Chirico. Picozza ha elogiado la idea, y ha asegurado que a De Chirico le hubiera gustado mucho. Por otra parte, el presidente de la Fundación De Chirico también ha querido elogiar el catálogo, con participación de las comisarias y de dos especialistas españoles: María Dolores Jiménez-Blanco y Eugenio Carmona. Picozza ha celebrado que, una vez acabada la exposición, la magnífica tarea del catálogo perdurará.
Autor prolífico
Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundación Bancaria "la Caixa", en la presentación de la exposición, ha querido destacar que De Chirico era un hombre con "actitud rebelde", un "artista que no se deja encasillar en una estética o en una corriente", y que por eso era muy próximo al arte contemporáneo. Picozza ha coincidido con Durán, y ha añadido que el pintor italiano "Hizo en la vida lo que quiso". Ha destacado que después de un periodo de pintura metafísica, en los años 1940 decidió recrear la pintura del Renacimiento y del Barroco, que él admiraba mucho, y llegó a retratarse con un traje del XVII, o se pintó al estilo de Velázquez (un pintor que admiraba mucho a partir de una visita de juventud al Prado). Más tarde volvió a la pintura metafísica. Picozza ha destacado que hay algunas pinturas suyas que escapan a cualquier corriente, como la serie de los "Baños misteriosos", que "yo mismo no entiendo". Y ha recordado que es muy difícil hacer una exposición completa sobre este artista, porque De Chirico creó, a lo largo de su vida, más de 4.000 obras (y, además, el mercado está lleno de falsificaciones de obras suyas). De algunas de estas obras hizo decenas de versiones, en fechas diferentes (y, en algún caso, para mayor confusión, las fechó en un momento anterior a su realización).
De la Plaza de Italia a los interiores metafísicos
La exposición se estructura en seis ámbitos. Los dos claves, los que definen mejor al artista, son los correspondientes a "Plaza de Italia y maniquíes" e "Interiores metafísicos". La Plaza de Italia fue el tema principal del arte metafísico, y nació una tarde de 1910. Durante algunos años Chirico seguiría haciendo pinturas de escenarios vacíos, con elementos típicos de la geografía urbana italiana (balconadas, columnas, torres, chimeneas...) organizados según la perspectiva renacentista, pero sin nada de la objetividad renacentista. Con estas pinturas De Chirico quería expresar sus lecturas de Nietzsche. Los espacios vacíos, sin personas, marcan un tiempo parado, que se ve roto por el chorro de una fuente o por el paso de un tren (parece que este elemento es también una referencia paterna, porque su padre era ingeniero ferroviario). Simultáneamente, mientras las personas desaparecen a las obras de Chirico o se convierten en simples sombras difuminadas, y adquiere protagonismo el maniquí, un ser con cabeza ovoide y lisa y el cuerpo hecho de elementos geométricos. Este maniquí sin rostro, sin identidad, será la base de algunos personajes claves de De Chirico como el trovador, las musas inquietas, o los arqueólogos. El maniquí será un elemento recurrente en la obra de De Chirico, presente tanto en su pintura como en sus esculturas, pero irá evolucionando: con el tiempo se irá humanizando. Junto a la Plaza de Italia el tema principal de la pintura metafísica serán los "Interiores metafísicos". Se trata de un escenario interior en que se acumulan objetos incoherentes junto con instrumentos de dibujo, pero que al mismo tiempo tiene una apertura al exterior, sea en forma de ventana o de cuadro. Esta contradicción entre espacios interiores y espacios exteriores también se encuentra, de forma simétrica, en algunos cuadros de De Chirico en que se representan muebles al aire libre.
Del autorretrato a los gladiadores
De Chirico cultivó con frecuencia el retrato y el autorretrato, y la exposición del CaixaForum nos muestra retratos suyos de diferentes estilos y periodos. Desde el retrato metafísico de la Sra. L. Gartzen, hasta el Isa, retrato de odalisca, de estilo renacentista. También se exponen numerosas muestras de los llamados "Baños misteriosos", aparecidos en 1934 y realizados por el artista en varios momentos de su vida. Estas obras representan a hombres sumergiéndose en un baño al aire libre, rodeados de elementos arquitectónicos y de hombres vestidos que no parecen quererse bañar. También se puede ver una muestra amplia de los cuadros de De Chirico basados en la naturaleza, inspirados en Rubens y los grandes artistas del Renacimiento y del Barroco. Entre ellos las peculiares naturalezas muertas, en las que las frutas se presentan con un trasfondo de un amplio paisaje natural. Cierra la exposición una amplia sección dedicada a las obras centradas en los gladiadores y en el mundo clásico, una de las obsesiones de De Chirico.
De Chirico al alcance
Picozza explica que De Chirico era un pintor tan apasionado, que incluso ingresado en el hospital, gravemente enfermo, siguió pintando. Su hermano, Andrea, también era pintor, pero fue más conocido como escritor, con el seudónimo Alberto Savinio. Dos grandes creadores en una misma familia. Según Picozza, De Chirico podría ser comparado con Pablo Picasso: dos genios muy diferentes, pero que desde ópticas contradictorias y complementarias hicieron progresar el arte del siglo XX. Barcelona tiene un buen conocimiento de Picasso. Ahora, gracias al El mundo de Giorgio de Chirico. Sueño o realidad, los barceloneses también tienen la ocasión de conocer a este pintor italiano. Como Picasso, un gran amante del Mediterráneo.