Seguro que decís o habéis oído todo tipo de refranes. ¿Pero os habéis preguntado por qué se emplean? Hoy os lo cuento. Los refranes (o dichos) son enseñanzas, o sea, descripciones de formas de hacer de la gente (de entrada generalizables) o de cosas que suelen suceder a menudo, o hechos que tienen lugar de manera inevitable (básicamente de la naturaleza). Ayudan a entender por qué ocurren las cosas y también si es mejor hacer una cosa y no otra. Este recurso va muy bien para la juventud. En efecto, la gente mayor ya sabe cómo va la vida, pero la gente joven no lo sabe, y entonces los mayores pueden soltar un refrán y, con ello, la juventud aprende sobre la vida.
Los refranes tienen una estructura fija, o sea, siempre se dicen igual, con las mismas palabras (si bien de una región a otra puede cambiar algún vocablo). Como la forma de un refrán suele mantenerse inalterada con el paso de los años (incluso de los siglos), si un dicho contiene una forma lingüística que ha dejado de decirse en el habla general, aquella forma lingüística permanece tal cual en el refrán, al margen de si en el habla general ha desaparecido. Así, los posesivos átonos
antiguamente se decían en más contextos que hoy; ese retroceso, sin embargo, no ha afectado al dicho Cada terra fa sa guerra 'cada tierra hace su guerra'. que sigue diciéndose como se decía antiguamente. De modo similar, en la mayoría del dominio lingüístico catalán se ha dejado de decir el pasado perfecto en forma flexionada y se usa la perífrasis verbal con va (antiguamente era plogué y hoy va ploure 'llovió'); pero, en esas mismas hablas que han perdido la forma del pasado perfecto, se sigue diciendo el refrán Hostes de fora vingueren que de casa ens tragueren 'vinieron huéspedes de fuera que nos echaron de casa'.
Las rimas, esenciales en los refranes
Por otra parte, los refranes suelen rimar. La estructura fijada y la rima tienen razón de ser para facilitar el aprendizaje del dicho y, por ello, también facilita que sea reproducido en un futuro diciéndolo a otras personas. He aquí algunos ejemplos: Fent i desfent aprèn l'aprenent 'haciendo y deshaciendo aprende el aprendiz'; A l'estiu tota cuca viu 'en verano todo bicho vive'; El que no vols per a tu no ho vulgues per a ningú 'lo que no quieres para ti no lo quieras para nadie'; Com més anys, més desenganys 'a más años, más desengaños'; A sants i a minyons, no els prometis si no els dons 'a santos y a niños, no les hagas promesas si no vas a darles nada'; Una flor no fa maig ni una gota raig 'una flor no hace mayo ni una gota chorro'; A la plana de Vic, nou mesos d'hivern i tres d'infern 'en el llano de Vic, nueve meses de invierno y tres de infierno'; A la vora del riu no hi facis el niu 'en la orilla del río no hagas el nido'; Qui savi es vulga dir molts llibres ha de llegir 'quien sabio se quiera decir muchos libros debe leer'. Pero no todos riman, como vemos en Més val boig conegut que savi per conèixer 'más vale loco conocido que sabio por conocer'. A veces para conseguir la rima se cambia la forma de las palabras. Así, Qui arrisca no pisca (por Qui no arrisca ni pesca 'el que no arriesga no pesca') o Robatòrum per menjatòrum no és pecatòrum 'robatorum para comedorum no es pecadorum'.
Además, en algunos dichos hay incluso un poco de humor (Qui vulgui peix que es mulli el cul 'el que quiera pez que se moje el trasero'; Home casat, burro espatllat 'hombre casado, burro estropeado'; Es barallaven dos i va rebre el que feia tres 'se peleaban dos y recibió el tercero'; Cap geperut no es veu el seu gep 'ningún jorobado ve su propia joroba'). En artículos siguientes iremos viendo detalles sobre el refranero.