La crisis derivada del paro de la actividad económica a consecuencia de la pandemia del coronavirus ya es un hecho y las mejores previsiones apuntan que se tardarán al menos dos años a superarla. Ante esta situación, las administraciones tienen la responsabilidad de trabajar para minimizar al máximo posible el impacto de la crisis. En este contexto la presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, hacía un llamamiento a no dejar perder para Barcelona, y también para Catalunya, la inversión que puede suponer la apertura en la ciudad del Museo Hermitage.
El equipo de gobierno de Ayuntamiento de Barcelona, en contra de la opinión de todos los grupos de la oposición, decidió este enero rechazar el proyecto para instalar el museo en la nueva bocana del puerto de Barcelona, un proyecto privado que cuenta con un amplio apoyo político, empresarial y ciudadano. Un proyecto privado que si ya era considerado una oportunidad desde el punto de vista cultural y económico para la ciudad cuando empezó a ser impulsado, ahora gana importancia con la crisis del coronavirus.
Apoyo empresarial y ciudadano
Desde el Govern de la Generalitat en la Cambra de Comerç, pasando por la Asociación de Vecinos de la Barceloneta han mostrado su apoyo al proyecto, que ahora sería un revulsivo para la economía de la ciudad. Hasta una cuarentena de entidades y asociaciones reunidas en la plataforma Más Cultura para Barcelona avalan la iniciativa. El proyecto prevé una inversión acumulada de 154,4 millones de euros que se financiará exclusivamente con recursos propios y creará 377 puestos de trabajo directos e indirectos.
El impacto en la economía va pero más allá. Al ampliarse la oferta cultural de la ciudad, se contribuirá a la atracción del turismo, así como a la atracción de otras inversiones y proyectos. El Museo Hermitage Barcelona puede contribuir a reforzar el atractivo de Barcelona en los dos aspectos mejor valorados por los visitantes: la arquitectura y la cultura. Eso puede atraer, al mismo tiempo, nuevas inversiones y nuevos proyectos. Desde el punto vista cultural, puede contribuir proyectar internacionalmente la ciudad con la producción de exposiciones , incidiendo deforma positiva en el crecimiento de la actividad cultural en la ciudad.
Es ante la magnitud del proyecto, y vistos los efectos en la economía de la crisis sanitaria del coronavirus, que crecen las voces que reclaman el consenso necesario para sacar adelante el proyecto en la bocana de Puerto de Barcelona. Así lo ha reivindicado el director del Museo del Hermitage de San Petersburgo, Mikhail Piotrovsky, que sostiene que el proyecto es una oportunidad para Barcelona. La cultura como remedio para la crisis, afirma.