El Museu de Lleida Diocesà i Comarcal mantiene una dura polémica con el obispado de Barbastro-Monzón por la propiedad de más de un centenar de obras de arte procedentes de iglesias de la Franja de Ponent que eran exhibidas en el Museu de Lleida. Cuando se está pendiente de una decisión de los juzgados para la restitución, el Museu de Lleida ha recibido la cesión de una obra procedente de las parroquias de esta zona: se trata del retablo gótico de Sant Bartromeu, procedente de la iglesia de Sant Martí de Capella. Es una obra de Pere Espallargues, artista discípulo de Pere Garcia de Benavarri, y habría sido realizada a finales del siglo XV. El empresario Tatxo Benet, propietario de la obra, lo ha cedido en depósito al Museu de Lleida. Se podrá ver allí hasta finales de septiembre.
A la presentación de de la exhibición del retablo han asistido el presidente Quim Torra; la consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga; el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo; la presidenta en funciones de la Diputación de Lleida, Rosa Maria Perelló; el director del Museu, Josep Giralt y el propietario del retablo, Tatxo Benet.
Tatxo Benet, socio de Mediapro, ya promovió la exposición de la obra Presos Políticos en la España contemporánea, de Santiago Sierra, justo en el mismo lugar en que había las piezas de Sixena que se llevaron aprovechando el 155. Benet había comprado la obra de Sierra tras la censura de ARCO y la ha paseado por numerosos centros culturales catalanes.
El Sant Bartomeu de Sant Martí de Capella salió de la Franja a principios del siglo XX y fue a parar a Estados Unidos, donde estuvo en una colección particular. Volvió al Estado español en algún momento de la segunda mitad del siglo XX. El 22 de diciembre de 2017 se subastó y fue comprada por su actual propietario. La Generalitat procedió a incoar un expediente para incorporarla al Catálogo de Patrimonio Cultural y declararla inexportable.
La disputa por los bienes de La Franja
El Museu de Lleida mantenía una disputa con Aragón por los bienes del Monasterio de Sixena, depositados en la capital del Segrià hace décadas y que fueron retirados de Lleida aprovechando el 155. Sin embargo, además, hay una segunda polémica con bienes aragoneses, que afecta a un centenar de objetos. Estas piezas en disputa son originarias de parroquias de la Franja de Ponent, que hasta 1995 habían formado parte de la Diócesis de Lleida, hasta que esta se dividió y los fieles de lado aragonesa pasaron en la diócesis de Barbastro-Monzón. El conflicto se intentó resolver por la vía eclesiástica pero la parte leridana no ha hecho caso las tres resoluciones vaticanas que dan la razón a Aragón. En 2017 el obispado aragonés denunció al ilerdense ante la justicia civil. El pasado más de mayo empezó el juicio sobre la propiedad de estos bienes, que ahora está pendiente de sentencia.