El 27 de agosto de 2024 se vivió un tipo de despertar colectivo. Vuelven Oasis. Medio planeta enloqueció. Hombres de mediana edad, con sus familias, trabajos serios y hobbies respetables descubrieron las endorfinas que se liberan cuando tu artista preferido decide salir de gira. Para que nos entendamos, experimentaron la euforia que miles de swifties -las y los fans de Taylor Swift para los que habéis evitado Internet el último año- hacía meses que vivían. Pero no fueron los únicos que fueron sacudidos por el retorno. Un montón de jóvenes, que ni siquiera existían cuando la banda publicó sus dos primeros -y mejores- álbumes, también querían asistir a tal hito histórico. Eso no gustó a los más próximos a la edad de los hermanos Gallagher. E internet se llenó de comentarios edadistas, y en muchos casos misóginos, en los cuales se quejaban de que no había derecho a que chicas jóvenes con sus sombreros de cowboy y sus lentejuelas quisieran ir a ver Oasis en concierto.
Pero muchos parecen haber olvidado quiénes eran gran parte de los fans de una de las bandas más grandes del britpop. Por suerte, la hija de Noel Gallagher no lo ha hecho, y salió en defensa de todas ellas. Al fin y al cabo, Oasis puso la banda sonora a toda una generación de jóvenes y adolescentes, hombres y mujeres, que transitaron los 90' como si fuera su propia pista de baile. Y eso mismo es lo que vivió Rae, la protagonista de My Mad Fat Diaries, la serie de Channel 4 basada en el libro My Fat, Mad Teenage Diary, de Rae Earl, que justo ahora aterriza en Movistar Plus+.
Calidoscopio de vivencias
Situada en la Inglaterra de mediados de los 90', concretamente en Stamford, sigue la vida de Rachel Earl y sus amigos. Ser una chica adolescente nunca es fácil, y sino que le pregunten a su protagonista, que conocemos saliendo del hospital psiquiátrico donde ha pasado los últimos meses. Lejos de ser un drama pesado, un peregrinaje de emociones oscuras o un relato psicotrópico de la adolescencia, como lo podría ser Skins, la serie mezcla una aguda comedia con pasajes de auténtica realidad y delirios de imaginación púber. Y por si no tuviéramos suficiente, todo queda marinado con una banda sonora exquisita que haría la boca agua al más lad de Oxford Street con temas de los ya citados Oasis, Blur, The Stone Roses, Pulp, Radiohead, Björk, Mazzy Star, o, como no podría estar de otra manera en una producción británica, Los Del Rio con la Macarena.
La serie mezcla una aguda comedia con pasajes de auténtica realidad y delirios de imaginación púber
Las tres temporadas se articulan a partir del monólogo interno que plasma en su diario Rae, una chica gorda, con una gran pasión por la música, los chicos y una incansable búsqueda de su lugar en el mundo. Por suerte, a pesar de tratar sus problemas mentales, y los de sus amigos de la clínica, no los convierte en el único rasgo de su personalidad, ni en el motor exclusivo de la narración. Gracias a eso, el relato que encontramos se vuelve tan realista como volver a ser adolescentes, con sus días, buenos, malos, brillantes y conmovedores a partes iguales. Y lejos de abstraerse en una visión viciada de la protagonista, nos proporciona un calidoscopio de vivencias donde no hay buenos o malos, sino personas que lo intentan hacer lo mejor que pueden.
La utilización de un humor elaborado y la contraposición de vivencias hiperbolizadas, con momentos de extrema crudeza, la hacen ágil, despierta y absolutamente adictiva
Quizás leyendo eso, pensaréis que se trata de una serie buenrollista y blanda. Pero, a pesar de resultar ciertamente esperanzadora, la realidad es que la utilización de un humor elaborado y la contraposición de vivencias hiperbolizadas, con momentos de extrema crudeza, la hacen ágil, despierta y absolutamente adictiva. Comprendiendo así temas sobre los cuales todo el mundo se puede sentir reflejado hoy día.
Una chica muy confundida
Evidentemente gran parte de la narrativa sucede en torno a sus problemas mentales, donde destaca el TCA. Pero lejos de victimizarla, muestra los altibajos con los cuales siempre tendrá que luchar. Gracias a los diálogos con sus compañeros y con su psicólogo, conseguimos comprender, más allá de una visión condescendiente, su mundo interior y que nadie es la víctima perfecta.
El patetismo inocente se mezcla con el dolor que solo se puede sentir en estos primeros años, generando una balanza tierna donde, quien más y quien menos, ha estado
Quizás una de las cosas más interesantes de esta historia son las diferentes relaciones que establece con otras mujeres. Por una parte, destaca la relación con su madre. Con un padre ausente, nos encontramos con una mujer fuerte, y tierno a su manera, que intenta buscar siempre lo mejor para las dos. Pero a pesar de ser una mujer madura, no renuncia a buscar el amor y su propia felicidad. Llevándolas así a tener confrontaciones, que aunque muchas negamos de puertas hacia afuera, todas hemos podido tener con nuestras madres.
Y, por otra parte, las relaciones que establece con otras chicas de su edad. Si en la segunda y tercera temporada se basa en las relaciones que inicia cuando entra en la universidad, y la figura de las "mean girls", apoyada en un montón de inseguridad; en la primera temporada, explora las rivalidades y amor incondicional con su mejor amiga. Posiblemente, una de las más complejas que se pueden tener durante aquella edad. Para que nos entendamos, hoy en día hubieran puesto Girl, so confussing de Charli XCX en esta parte. Viviendo en una constante comparativa con ella, y acentuados por los problemas de autopercepción de Rae, vemos cómo nada en una amistad es blanco y negro. Cosa que se ve amplificada cuándo irrumpe en la trama el otro gran tema de la adolescencia normativa: los chicos. La preocupación por gustar, y conseguir estos pequeños hitos en la vida sexual, nos llevan a las escenas mentales más delirantes y divertidas de la protagonista. El patetismo inocente se mezcla con el dolor que solo se puede sentir en estos primeros años, generando una balanza tierna donde, quien más y quien menos, ha estado.
Con un humor fino, y una muestra sin condescendencia de los momentos más duros de una adolescente gorda, se convierte en una serie que pasa la prueba del paso del tiempo con muy buena nota y mejor banda sonora
En general, My Mad Fat Diares nos muestra el camino que transita Rae para saber quién es ella verdaderamente. Con un humor fino, y una muestra sin condescendencia de los momentos más duros de una adolescente gorda, se convierte en una serie que pasa la prueba del paso del tiempo con muy buena nota y mejor banda sonora.