Nimes, año 719. Hace 1.306 años. Las tropas del general árabe Al-Ghafiqi ocupaban Nimes, la plaza más septentrional y la última resistencia de la monarquía visigótica, y completaban la conquista de las provincias Tarraconense y Narbonense, iniciada una década antes (habían saltado el Ebro en el 714). Poco antes de la ocupación de la ciudad, los restos del ejército del difunto rey Ardón (el último caudillo hispanovisigodo del cuadrante nordoriental peninsular) y un colosal contingente poblacional procedente de las provincias Tarraconense y Narbonense, habían pasado por la ciudad, camino del exilio al reino de los francos, un fenómeno que, posteriormente, tendría una importancia primordial en la recuperación y restauración del territorio.
![Mapa de los conventus romano visigotics de la península ibérica. Fuente Universidad de Berlin Mapa de los conventus romano visigotics de la península ibérica. Fuente Universidad de Berlin](/uploads/s1/51/18/37/07/mapa-dels-conventus-romano-visigotics-de-la-peninsula-iberica-font-universitat-de-berlin.jpeg)
El final de una etapa y el principio de otra
Tras cinco años de guerra devastadora (714-719), la vieja Nemausus romanovisigótica que encontraría Al-Gafiqui era una triste sombra de lo que había sido durante siglos. Nimes, una ciudad que, en su plenitud demográfica, había albergado a una población de 20.000 personas, había quedado prácticamente despoblada y en un decrépito estado de ruina y de abandono. Pero el transcurso del tiempo —de las décadas inmediatamente posteriores— nos diría que eso no era el final definitivo de nada, sino una rotura del hilo de la historia, que marcaba el final de una etapa (la antigüedad que contiene nuestra protohistoria) y el principio de nuestra historia (la alta edad media que crea la raíz más remota de la futura nación catalana).
Ardón, el último caudillo de la resistencia visigótica
Tradicionalmente, la historiografía española ha situado el inicio de la resistencia a la conquista árabe en el episodio bélico de Covadonga, en Asturias, protagonizado por el caudillo Pelayo y sus huestes(722). Pero la realidad es muy distinta. La resistencia empezaría mucho antes y se desplegaría a través de varios focos diseminados por el territorio. Después de la derrota y muerte del rey Rodrigo en la decisiva batalla del río Guadalete —en la Baja Andalucía— (711) y de la interesada dimisión de su sucesor Agila (713), las clases dirigentes de la Tarraconense y la Narbonense crearían un importante foco de resistencia y elegirían al magnate Ardón para dirigirla (713), que logró contener el avance árabe durante cinco años (714-719).
![Mapa de la monarquía visigótica hispánica. Fuente Enciclopedia Catalana Mapa de la monarquía visigótica hispánica. Fuente Enciclopedia Catalana](/uploads/s1/51/18/37/49/mapa-de-la-monarquia-visigotica-hispanica-font-enciclopedia-catalana.jpeg)
Focos de resistencia aislados e inconexos
La importancia de este foco resistente nos la da la propia cronología: los árabes tardaron tres años en conquistar el territorio entre el estrecho de Gibraltar, en el sur, y la raya del Ebro, en el norte (711-714). En cambio, tardaron cinco en ocupar la cuarta parte restante de esta superficie; es decir, el territorio entre el Ebro, en el sur, y el Ródano, en el norte (714-719). Pero lo que ahora nos ocupa es la existencia de estos distintos focos de resistencia totalmente inconexos y el porqué de su aislamiento: las montañas cantábricas del conventus Asturum (el foco protoleonés), el cuadrante nordeste del conventus Cluniacense (el foco protovasco) y el frente marítimo de los conventus Tarraconense y Narbonense (el foco protocatalán).
El reino de los visigodos de Septentrión
Y la respuesta la tenemos en la composición del paisaje social, político y cultural de la monarquía visigótica. Durante el siglo que precedió a la invasión árabe (centuria del 600), aquel edificio político estuvo permanente amenazado por los enemigos externos (los francos, los ostrogodos y los bizantinos) y por las fuertísimas tensiones territoriales internas. En el 673 (38 años antes de la aparición de los árabes), las clases dirigentes de la Tarraconense y la Narbonense, lideradas por el general Flavius Paulus y por los arzobispos Cebrian de Tarragona y Argebaud de Narbona, habían proclamado la independencia de su territorio y lo habían llamado reino de los visigodos de Septentrión.
![Representación medieval de la batalla de río Guadalete. Fuente Blog Archivos de la Historia Representación medieval de la batalla de río Guadalete. Fuente Blog Archivos de la Historia](/uploads/s1/51/18/37/91/representacio-medieval-de-la-batalla-de-riu-guadalete-font-blog-archivos-de-la-historia.jpeg)
Flavius Paulus y la memoria de su proyecto
El proyecto de Flavius Paulus fracasó. El poder central de Toledo, representado por el rey Wamba, concentraría todas sus energías en la liquidación de dicho movimiento. Y en ese episodio, Nimes y su traspaís de la Camarga serían las últimas resistencias de los independentistas. Flavius Paulus y sus leales serían brutalmente humillados y asesinados, y eso explicaría que, transcurridas cuatro décadas, la memoria de ese proyecto todavía estuviera viva. En el enfrentamiento de río Guadalete (711), que tenía que detener la invasión árabe, se puso de manifiesto esta memoria. El ala del ejército de Rodrigo formada por los magnates de la Tarraconense y la Narbonense se retiró de la batalla, lo que precipitó la derrota más absoluta del ejército y del estado visigóticos.
La conquista carolingia de Nimes y la Camarga: el inicio de nuestra historia
Transcurridos 35 años desde la conquista árabe (719-754), las tropas del rey franco Pipino el Breve (padre y antecesor de Carlomagno) entraban en Nimes y la convertían, a propósito, en la punta de lanza de un ambicioso proyecto expansivo: la conquista de la cara sur de los Pirineos hasta la raya del Ebro. Esa iniciativa, denominada Marca Hispánica, nunca pasó de la categoría de proyecto político por la falta de entendimiento con el foco de resistencia del Pirineo occidental (los protovascos). En cambio, la progresión territorial hacia el sur a partir de Nimes —la última plaza de Flavius Paulus y la primera de Pipino—, conduciría a la creación y consolidación de un distrito político y militar que sería la verdadera raíz de nuestro país: la Marca de Gotia.
![Mapa de la etapa de resistencia en el cuadrante norte oriental peninsular. Fuente Wikimedia Commons Mapa de la etapa de resistencia en el cuadrante norte oriental peninsular. Fuente Wikimedia Commons](/uploads/s1/51/18/38/33/mapa-de-l-etapa-de-resistencia-al-quadrant-nord-oriental-peninsular-font-wikimedia-commons.jpeg)
¿Por qué la proyección por el Pirineo oriental tuvo éxito?
La empresa carolingia hacia el sur de los Pirineos culminaría con un resultado desigual. Y esta diferencia, entre el fracaso de la proyección por el Pirineo occidental y el éxito de la expansión por el Pirineo oriental, se explicaría por la existencia de un hecho diferencial fundamental: los aliados del ejército franco. La operación de penetración por el territorio vasco se saldaría con un fracaso absoluto y con una derrota colosal en Roncesvalles, debido a los estrepitosos desacuerdos con sus propios aliados (778). En cambio, la proyección expansiva —a partir de Nimes— siempre contaría con la activa participación de los descendientes del exilio de la Tarraconense y la Narbonense, refugiados y acogidos en el reino de los francos tras la invasión árabe del territorio (714-719).
Nimes y los pantanales de la Camarga, la raíz más remota de Catalunya
La raíz más remota de Catalunya no está en el Pirineo, sino en la ciudad de Nimes y en los pantanales de la Camarga, en la orilla derecha del Ródano. En el 754, hace 1.271 años, la tercera y cuarta generación del exilio protocatalán y protolanguedociano (719-754) contribuyeron decisivamente en la empresa militar de conquista de Nimes y en la de restauración del aparato productivo de la ciudad y el campo. Aquella alianza entre el ejército franco y las huestes particulares de los magnates descendientes del exilio, se convertiría en una constante en todo el proceso de recuperación del territorio, desde la raya del Ródano (754) hasta la del Llobregat (801). Sería la formación del territorio y de la sociedad de la Marca de Gotia, la raíz más remota de Catalunya.
![Mapa de la Marca de Gótia. Fuente Universidad de Barcelona Mapa de la Marca de Gótia. Fuente Universidad de Barcelona](/uploads/s1/51/18/38/75/mapa-de-la-marca-de-gotia-font-universitat-de-barcelona.jpeg)
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