Amadeo Gracia Bamala es el niño mutilado de todavía no cuatro años que aparece a la fotografía. Un bombardeo el penúltimo año de la guerra civil española le hizo perder la pierna. El protagonista de la imagen ha muerto este pasado 1 de noviembre, según ha podido saber el Independant.

La escena, obra de la fotoperiodista belga Helène Roger Viollet y publicada el 18 de febrero de 1939 en El Illustration, se ha convertido con el tiempo en una de las imágenes más simbólicas y conmovedoras de la tragedia del exilio hacia la Catalunya Norte. Amadeo aparece con el resto de su familia, que como 475.000 personas más cruzaron en febrero de 1939 la frontera cabe en Francia huyendo de las tropas franquistas. En primer plano está el padre, Mariano Garcia, con una hija coja, Alícia. Los siguen dos hermanos más, Antonio -que es lo único que salió ileso del bombardeo- y el pequeño Amadeo. A causa del bombardeo, el 20 de noviembre de 1937, murió la madre de todos ellos.

En la fotografía, Amadeo da la mano a Tomàs Coll, vecino de Prats de Molló que ayudó al niño a cruzar la frontera con unas condiciones físicas deplorables y bajo temperaturas invernales. A él también le faltaba una pierna, que perdió en un bombardeo de la Primera Guerra Mundial. Coll, al saber que había una familia con dos niños cojos en un establo de una masía que no se atrevía a bajar hasta Prats de Molló, decidió irles a buscar, según explica según explica el documental Pequeño Amadeo, producido por TV3 y Parallel 40 y dirigido por Dani Feixas, Aymar Durlan y Guillem Lafoz. Juntos pasaron la frontera a pie desde Camprodon, cruzando por Coll de Ares y bajaron a Prats de Molló.

Los tres hermanos fueron conducidos en el refugio de Caussade, en la zona de Bergerac, mientras a Mariano, el padre, lo derivaron en un campo de concentración, dónde murió un año y medio después víctima de la reclusión y la tristeza.

A los tres hijos los volvieron en un vagón infestado de piojos en Huesca -dónde nacieron según explica el documental -y dónde seguían viviendo sus abuelos. Antonio se puso a trabajar inmediatamente y Alicia y Amadeo pasaron doce años en un orfanato del Auxilio Social, donde fueron humillados y golpeados como hijos de los vencidos. Allí pasaron hambre, hasta que los 18 años Amadeo entró a trabajar en el Azucarera Espanyola, de donde se jubiló como administrativo, ya en Madrid.

El año 2003, El País semanal publicó un reportaje recuperando la historia de la fotografía por el mismo Amadeo Garcia Bamala, que entonces vivía en Alcalá de Henares, cerca de Madrid. Esta entrevista fue clave para acabar de responder muchas preguntas que siempre se habían planteado tanto a su familia como a los descendientes de Tomàs Coll de Prats de Molló.

Unas 100.000 personas de todas las edades atravesaron la frontera de Coll d'Ares, de Camprodon a Prats de Molló, entre el 27 de enero y el 17 de febrero de 1939, huyendo de las penurias de la guerra. La mayoría fueron mujeres, niños y personas mayores, que cruzaron el puerto a pie, por encima de los 1.500 metros. Al otro lado de la frontera los recibieron a los dos mil habitantes de Prats de Molló, que se organizaron para recibir a los exiliados con enorme solidaridad.