Un aplauso para la persona a quien se le ocurrió la etiqueta de "lecturas obligatorias" que se gasta (o se gastaba) en las escuelas y en los institutos. Como diría aquel del APM: "es lamentable y es lamentable". Leer no puede ser nunca una obligación y todavía menos un sufrimiento, una frustración, un tormento o un suplicio. No digo ninguna mentira si afirmo que para muchos niños y para muchos jóvenes leer es una cruz que les supone un esfuerzo tan grande que directamente ni hacen el intento.
Como docente, he oído taaaaantes veces aquello de "es que a mí no me gusta leer". De hecho, también es una creencia compartida para muchos adultos. No vengo a venderos nada. Si no os gusta leer, lo entiendo. De verdad, ¡os entiendo!, pero estáis muy equivocados. No habéis encontrado lo que os gusta leer (ni a quién). Sé muy bien lo que digo y tengo pruebas.
Bri, nuestra tía, seguramente es la persona más leída del Pla de l'Estany. Lee de todo, aunque prefiere las novelas de estas de no poder parar de llorar. Mi tío, Lluís, se puede considerar un lector-coleccionista, ya que me ha conseguido ejemplares muy curiosos de las primeras recopilaciones ortográficas y léxicas del catalán. Siempre descubre tesoros escondidos en librerías o en tiendas de segunda mano. Mis abuelos siempre han leído el diario y cuando pienso en mi yaya Carmelita, me la imagino leyendo el diario con el cajón de la cocina abierto haciéndole de soporte (yaya, te quiero, sé que me leerás). A ella le gusta leer un poco de todo: entrevistas, hojas parroquiales, nuestros libros y lo que haga falta.
Si no os gusta leer, lo entiendo, pero estáis muy equivocados; no habéis encontrado lo que os gusta leer (ni a quién)
Mi padre no lee ni ha leído nunca ninguna novela, pero lo hemos visto leyendo revistas de motociclismo y restauración de motos antiguas toda la vida. Eso sí, cuando éramos pequeñas, nos explicaba los mejores cuentos de la historia. Mi madre, en cambio, sí que es lectora. De hecho, es ella quien nos ayudó a leer el primer volumen de Harry Potter y la piedra filosofal a mi hermana y a mí. Júlia, mi hermana, ha hecho como mi padre: lee revistas de diseño, como la revista Arrels, y otras publicaciones singulares, pero nunca había leído "libros" por gusto. Y no los leía porque no había encontrado el formato, el tema, al autor, hasta que hace unos años hizo match con la editorial Males Herbes y ahora la podemos considerar una "persona lectora".
Ya lo veis: hay muchas relaciones con la lectura y cada relación es diferente. Os animo a todos a ayudar a nuestros hijos, sobrinos, primos, nietos, alumnos, parejas, amantes, padres, hermanos o compañeros a saber y a descubrir lo que quieren leer. Quizás es un cómic, quizás les va el manga, quizás se harán fans de una revista o quizás con la lectura semanal de un artículo ya tendrán bastante. Lo que sea, pero ayudémoslos a encontrar su gusto por la lectura.