Hasta el 19 de noviembre, el Palau Solterra de Torroella de Montgrí (Baix Empordà) alberga la exposición Tots els dies són meus, una crónica fotográfica de las vivencias de Marta Sentís organizada por la Fundació Vila Casas. La artista barcelonesa ha dedicado veinte años a fotografiar sus impresiones por todo el mundo. Así, la exposición muestra 200 instantáneas que recorren África, Oriente, la Barcelona y Nueva York de los setenta y ochenta. Son instantáneas que muestran las vidas que tienen personas que viven en diferentes lugares del mundo y en contextos muy diversos.
Sentís pasaba un tiempo con estas personas, convivía con la comunidad y, mediante su cámara, ilustraba la cotidianidad de aquellas personas que no viven en las condiciones occidentales de bienestar económico y consumo. Personas que, según explica la fotógrafa, "tienen tiempo". De aquí, pues, sale el título de título la exposición.
Entre otras cuestiones, Tots els dies són meus aborda situaciones como la que vivió en El Cairo (donde tenía libertad de movimientos, pero las mujeres tenían que recluirse en casa) o la vida en las calles del Yemen, el Caribe o el Brasil. La mayoría de fotografías que expone son en color, pero también se puede encontrar alguna en blanco y negro. De sus fotografías se puede extraer la conclusión que se siente muy atraída por la cultura afro.
Marta Sentís, una artista nómada
Durante más de veinte años Marta Sentís fotografió sus impresiones mientras viajaba por todo el mundo. Su obra se empieza los años setenta y acaba a finales de los años noventa, cuando decidió abandonar la fotografía coincidiendo con el auge de la digitalización. "A muchos de los países fui porque tenía un trabajo, y después me quedaba un tiempo", explica Sentís en la ACN. "Me interesa mucho la vida doméstica, saber cómo y de qué vive la gente; las culturas no las aprendes si no convives", añade. Y remarca que su interés era "entrar en las casas", "enseñar el día a día de las familias" y ver que "también la gente es la misma en todas partes".
El comisario de la muestra, Alejandro Castellote, señala que la retrospectiva que le ha dedicado la Fundació Vila Casas quiere expresar Sentís "no es una fotógrafa de viajes, sino una mujer que viajó mucho, y ha hecho fotografías con la voluntad de sentir que pertenecía a aquellas culturas". "La suya es una fotografía eminentemente en color, caracterizada por una multiplicidad de planes dentro del rectángulo que le daba el objetivo, y por el contraste de luces y sombras", indica.
La muestra también dedica un apartado al collage, técnica que la artista exploró a finales de los años setenta. Además, el visitante también podrá observar una serie de fotografías hechas durante el periodo de la covid-19. Entonces, después de haber abandonado la fotografía cerca de 1996, la pandemia la impulsó a volver a fotografiar. De las fotografías que hizo con su móvil en su casa de Ibiza ha salido Reclusió.
Todos los días son míos
Concretamente, la muestra está dividida en cinco bloques. Empieza con un conjunto de fotografías de las mujeres de El Cairo, donde trabajaba como intérprete para el Ministerio egipcio de agricultura y ganadería, estudiaba árabe por las tardes y fotografiaba por la noche. Ser foránea le permitía tener cierta libertad de movimiento, todo lo contrario de lo que pasaba con las mujeres árabes. Esta es la razón por la cual hizo esta serie, basada en la manera como las mujeres de El Cairo veían la vida de la calle: desde las ventanas o los terrados.
La muestra continúa con Oficis, una serie de retratos de personas barcelonesas de finales de los años setenta y principios de los ochenta que ejercían oficios urbanos. Y continúa con un apartado llamado La meva generació sobre la Barcelona de los años setenta y ochenta. "Ciutat Vella conservaba un encanto de villa medieval y mediterránea. Sus calles, semidesiertos, eran de colores apagados y, por la noche, oscuros. Los alquileres eran baratos y los pisos grandes y descuidados, lo cual nos permitía arreglarlos, dividirlos e instalar talleres. Comíamos en restaurantes baratos donde compartíamos vivencias e información. Conseguíamos trabajos de subsistencia y realquilábamos nuestros pisos; eso nos ofrecía la libertad de escaparnos a las Baleares, en la India o en París," explica Sentís.
Después, viene una serie denominada Visió urbana i collages. En ella, expone fotografías de postales típicas de Barcelona que hizo, aprovechando la aparición de la tendencia creativa de utilizar fotocopiadoras a color. Y los collages son fruto de una necesidad que sintió, a finales de los años setenta, de experimentar con diferentes maneras de expresión.
En último lugar, encontramos Reclusió, una serie de fotografías hechas durante el periodo de la covid-19. Después de haber abandonado la fotografía cerca de 1996, la pandemia la incitó a volver a fotografiar. De las fotografías que hizo con su móvil en su casa de Ibiza ha salido un juego de postales colgadas que muestran cómo la primavera se abría paso en su jardín.
Hasta el 19 de noviembre, tienes tiempo de descubrir las experiencias vitales de Marta Sentís y realidades de personas de todo el mundo que, de otra forma, seguramente nunca llegarías a conocer.