El Museo Carnavalet de París se despide de las cifras romanas. Después de cuatro años de trabajo, la institución dedicada a la historia de la capital francesa adoptará la numeración arábiga por un motivo bien simple: algunos visitantes no entienden los números romanos.
"Los números romanos pueden ser un obstáculo para la comprensión", explica la comisaría del museo parisino Noémie Giard en el rotativo italiano Corriere della Sera. Así, cuando las medidas anticovid lo permitan, el Carnavalet reabrirá las puertas al público con una novedad: los escritos explicativos abandonarán los números romanos en favor de los árabes. Esta medida, sin embargo, no es exclusiva del museo de historia, y es que el Louvre –uno de los recintos más importantes y visitados del planeta– ya no utiliza números romanos para indicar los siglos y sólo los utiliza para reyes o reinas.
"En tiempos de Luís XVI-16 le habrían cortado la cabeza"
La medida del Carnavalet, como no podía ser de otra manera, ha generado debate y controversia entre los círculos académicos. En un artículo al mismo medio de comunicación, el escritor y periodista italiano Massimo Gramellini no se corta ni un pelo: "Con todos los respetos a madame Giard, en tiempos de Luís XVI-16 le habrían cortado la cabeza por mucho menos. Esta historia de los números romanos es la síntesis perfecta de la catástrofe cultural en curso: primero no se enseñan las cosas y después se eliminan para no hacer que los que los que no las conocen se sientan incómodos. Una educación plana no es un objetivo, sino una desgracia", dice. "El paso de IV a 4 se convierte en el símbolo de la renuncia progresiva a la enseñanza de la cultura clásica", apunta el medio.
El Museo de Bellas Artes de Rouen resiste
"Es la historia del huevo o la gallina", apunta François Martin, presidente de la Coordinación de Profesores en Lenguas Antiguas en el rotativo. "Cuanto menos números romanos se utilizan, menos gente los puede entender. Pero es una pena, porque a los niños de la escuela primaria les gusta aprender números romanos, para ellos es como un juego".
La medida del Carnavalet y el Louvre también estuvo a punto de aplicarse en los museos de Normandía y de Bellas Artes de Rouen, pero en el caso de este último, su director, Sylvain Amic, se negó y mantendrá los romanos en la próxima exposición sobre Salambón, de Gustave Flaubert.