Adolfo Obiang Bikó (Mbini, la Guinea Espanyola, 1940) es el presidente del Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial (MONALIGE). Actualmente vive en Virginia, en Estados Unidos, donde trabaja como profesor de matemáticas, aunque dice, en broma, que debería haberse hecho pastor protestante, "que son los que en Estados Unidos ganan dinero". Su partido, el MONALIGE, fue un partido prohibido durante el período colonial por sus posiciones independentistas. Y Obiang Bikó participó activamente en el proceso soberanista de la Guinea Española. Incluso fue a la ONU para reclamar la independencia de su país. Ahora es un firme opositor a la dictadura de Obiang Nguema. Ha visitado Barcelona, invitado por el CSIC - Institució Milà i Fontanals, para presentar su libro Guinea Ecuatorial: del colonialismo español al descubrimiento del petróleo, editado por SIAL Ediciones.
¿Cómo fue la colonización española en Guinea?
Fue fatal. Fue justamente el preludio de lo que está pasando ahora… No se podía salir de aquí al restaurante: en todas partes había barreras. En todas partes habías de presentar el salvoconducto a la Guardia Colonial. Yo estuve en la cárcel en Río Benito, por ser rebelde y lo vi todo… Vi como maltrataban a los presos. No hubo ninguna diferencia entre los oficiales belgas del Congo belga y todos los militares que yo menciono. Hasta el Comisario General, Víctor Suances, era un torturador, un campeón de la tortura… O el capitán Diego Medina Gavilán, que yo conocí bien en mi juventud: este tío era un loco, iba por las playas pegando a cualquiera. La colonización fue mala, malísima. En los años 30, cuando yo todavía no había nacido, a un africano, si daba cualquier paso en falso, le daban un tiro allí mismo.
Estoy seguro que Luis Carrero Blanco está en el infierno
Pero la colonización se presentaba como una obra cristianizadora...
Yo vi ejecutar a gente en la colonia, con tiro de gracia y todo. Yo era un niño de 10 años y esto me impactó mucho. No era normal que la gente tuviera tanto sufrimiento. Yo estoy seguro de que Luis Carrero Blanco, el presidente del Gobierno, que es quien manejaba todo esto, está en el infierno. En el purgatorio no debe estar.
¿Usted se integró muy pronto al MONALIGE?
Me apunté al MONALIGE y formé parte de su estado mayor. Esta organización, el partido de la independencia, se fundó el 10 de junio 1959, y lo dirigía mi medio hermano. Fue el partido que en 1962 fue a la ONU y reclamó la independencia. Su líder en el interior era Abilio Balboa Atkins, que era un fernandino, un guineano anglófono, que se había criado en Barcelona y que hablaba catalán. En el año 1966 me detuvieron y me metieron en un calabozo porque me faltaba un papel. Y decidí irme a Gabón, y de allí a Estados Unidos. Y, al fin, he vivido buena parte de mi vida en América.
En la ONU le dábamos duro a España
¿Qué papel jugó usted en la descolonización de Guinea Ecuatorial?
Todo. Yo no estuve en el interior, pero sí en el exterior. Estuve en Dar Es-Salam, en Camerún, en Nigeria… Más tarde, representé al MONALIGE en Congo Kinshasa. Como yo estudiaba y tocaba el piano, un señor de la embajada americana en Kinshasa me prometió una beca para ir allí. Y cuando fui a EE.UU., el partido me encargó que representara al MONALIGE en Naciones Unidas. Más tarde vinieron a apoyarme Rafael Evita, José Loeri Combá, Saturnino Ibongo, Armando Balboa… Hicimos un buen trabajo en la ONU… En la ONU le dábamos duro a España. Seis estudiantes y un político resolvieron el bacalao. Yo fui uno de los siete firmantes de la primera Carta Magna de Guinea Ecuatorial.
¿Cómo fue la descolonización?
En los años sesenta, Guinea era formada por provincias de España, era como Catalunya. Pero en la Organización para la Unidad Africana aseguraron a España que, si daba la independencia a Guinea, ayudarían a España a recuperar Gibraltar. Y el ministro de Exteriores español, Fernando María Castiella, aceptó la propuesta y con el tiempo aplicó la fórmula de la Autonomía, pensando que con ello conseguiría el Peñón. Castiella era nuestro amigo, nosotros somos españoles de corazón; queríamos una Guinea progresista, en estrecha colaboración con España. Éramos gente de Castiella, que fue quien consiguió la independencia. Pero Carrero Blanco, que era quien pinchaba y cortaba en Madrid, no estaba dispuesto a tolerarlo. Por eso se dedicó a boicotear nuestra trabajo y facilitó que un bruto, como Macías, subiera al poder. Macías y los suyos fueron sólo a continuar el trabajo que hacía la Guardia Colonial. Y son todavía los que están ahora.
¿Los catalanes participaron en la colonización de Guinea?
Los catalanes no pinchaban ni cortaban en Guinea. Estaban allí, pero no eran los que dirigían: eran hombres de negocios… Catalunya es el único sitio de España donde vinieron a estudiar los guineanos: los Jones, los Dougan, los Maho, los Balboa... No fueron a estudiar a Murcia, y por algo sería.
Guinea Ecuatorial es una empresa familiar con representantes en Naciones Unidas
¿Y cómo está la situación en Guinea Ecuatorial ahora mismo?
En Guinea está pasando lo mismo que cuando estaban los colonialistas: antes mataban y torturaban, pero la gente vivía, podía respirar. Ahora matan y torturan, y nadie vive. A pesar de los sufrimientos, vivíamos mucho mejor cuando estaba España. Si Guinea antes estuvo mal, hoy está peor. Con el dictador Teodoro Obiang Nguema la gente vive muy mal. En África, donde yo viajo bastante, dicen que Guinea Ecuatorial es una empresa familiar con representantes en Naciones Unidas.
Usted que vive en Estados Unidos, ¿piensa que la elección de Trump va a beneficiar o a perjudicar a los guineanos?
Yo llevo 52 años en Estados Unidos. Y he hecho allí mi vida. Y sé muy bien que Estados Unidos no quiere a Burundi, ni a España, ni a nadie… Le importa su petróleo y basta. Quien va a cambiar a Guinea son los guineanos. No será ni España ni Estados Unidos quien lo solucione. España tiene sus problemas. Los guineanos tienen que resolver sus asuntos y si no se ponen en serio a ello, esto va a continuar durante 40 años más. Es posible que si sale este Nguema, venga otro Nguema (Teodorín, el playboy internacional), y después otro Nguema, otro Nguema…
¿Cree pues, que no hay alternativa para Guinea Ecuatorial?
De haber habido gente seria en la estructura política guineana, hubieran acabado con Teodoro Obiang Nguema. Hubieran tardado diez minutos. Pero hay políticos que hacen guineanadas sin sentido. Tristemente es lo que le pasa en nuestro pequeñito país. No hay gente seria en la que se pueda confiar: no tienen credibilidad. Con 64 buenos militares profesionales puedes dominar Guinea. Los tipos armados que están allí son una panda de borrachos: si les atacan se fugarán en masa. Obiang Nguema no es un militar de verdad: se fue a la Academia Militar de Zaragoza sin tener ni siquiera el bachillerato.
El gobierno y los que están en las instituciones son una pandilla de gángsteres tropicales
¿Qué cree que puede pasar en Guinea en el futuro?
Algo se tiene que hacer. La esperanza es lo último que pierdes. Obiang Nguema va a caer. Puede caer en cualquier momento. El peligro de verdad, en Guinea, que lo ve muy poca gente, es que no hay ninguna estructura. El gobierno y los que están en las instituciones son una pandilla de gángsteres tropicales, de bandoleros que están haciendo el indio. Gobierno como tal no hay, en Guinea. No hay ejército, ni servicio de inteligencia… Son una pandilla de aventureros. Pero cuando caigan, esto puede ser muy peligroso, porque Guinea puede dividirse o ser invadida. Sólo espero que Dios salga de su escondite y salve a mis paisanos.