Este jueves ha arrancado en el Juzgado número 1 de Barbastro el juicio civil para decidir la propiedad de las 111 obras de arte parroquias de la Franja de Ponent que están en el Museu de Lleida. El Obispado de Barbastro-Monzón demandó el de Lleida y al Consorcio del Museu de Lleida, Diocesà i Comarcal para reclamar el retorno a Aragón de estas obras, pero el Consorcio recuerda que están protegidas por la ley del patrimonio catalán. Está previsto que la vista se alargue dos días ya que están citadas una decena de personas entre testigos y peritos.
El obispo de Lleida, Salvador Giménez Valls, ha defendido que un juez civil actúe como "árbitro" para decidir la propiedad de las 111 obras de arte procedentes de parroquias de la Franja, que se encuentran en el Museu de Lleida y que reclama el Obispado de Barbastro-Monzón. Aunque Giménez Valls ha reconocido que el Vaticano ordenó el retorno de las piezas a Aragón y que él "acata" las órdenes vaticanas, el Consorcio del Museo de Lleida no lo ha permitido. Sin embargo, el obispo de Lleida entiende que el litigio ahora "empieza de cero" por una vía diferente a la canónica, que es la civil, y con nueva documentación que no se tuvo en cuenta anteriormente y que estaba en el archivo de Lleida, que demostraría la legalidad de la adquisición por parte de la Generalitat de 83 de las 111 piezas, a través de ventas o donaciones.
Salvador Giménez Valls ha sido el primero a declarar en el juicio por la propiedad de 111 obras de arte. Ha negado haber recibido ninguna orden del Vaticano para abandonar al Consorcio del Museu de Lleida. "Sólo he recibido una sugerencia el verano del año pasado para que saliera del consorcio, pero no era una orden", ha asegurado. Además, considera que si saliera del Consorcio, no cambiaría nada ya que él sólo representa al 5% del Consorcio. Ha explicado que hizo llegar al Vaticano estas explicaciones pero que todavía no ha obtenido respuesta. Además, ha añadido, la Generalitat defiende que sólo si se devuelven las piezas, los obispados pueden disponer de ellas y que, por lo tanto, "creo que si yo saliera del consorcio no podría salir con los bienes", ha concluido.
El segundo a declarar ha sido el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, que ha dicho que le habría gustado llegar a un acuerdo y a un entendimiento entre el obispados. Ha añadido, sin embargo, que este no fue posible por "la cerrazón" del Consorcio y no por parte de los obispos, "que siempre han reconocido el retorno de las piezas". "¿Qué son 111 piezas para una Catalunya que tiene tantas?", se ha cuestionado.
Preguntado por el acto de conciliación celebrado 31 de octubre de 2017 en los juzgados de Lleida, Pérez Pueyo ha dicho que para él era una oportunidad para expresar que las obras son del Obispado de Barbastro-Monzón y que, por eso, "las queremos en nuestro Museo". Ha añadido que entonces, el obispo de Lleida reconoció que tenía que devolver las piezas pero que no podía porque el Consorcio no le dejaba. Es por eso, ha dicho, que le ha "sorprendido" que Salvador Giménez Valls haya defendido ahora, en su declaración en el juicio de este jueves, que 83 de las obras son propiedad de la Generalitat.
Las piezas en disputa son originarias de parroquias de la Franja de Ponent, que hasta 1995 habían formado parte de la Diócesis de Lleida, hasta que esta se dividió. La denuncia se hizo después de que el 31 de octubre de 2017 no se llegara a ningún acuerdo en un acto de conciliación celebrado al juzgado de Lleida y al cual no asistió ningún representante del Consorcio. Antes se había intentado resolver el conflicto por la vía eclesiástica pero la parte leridana no ha hecho caso las tres resoluciones vaticanas que dan la razón a Aragón.