Hay efemérides que duelen porque te hacen sentir viejo, pero también porque te hacen darte cuenta que ya no se hacen series como las de antes. Es lo que pasó en el homenaje que el Serielizados Fest hizo para celebrar los 30 años de Oh! Europa en el Teatro del CCCB. Lo definió muy bien uno de sus principales artífices, Joan Lluís Bozzo, al subir al escenario después de la proyección del (magnífico) capítulo en que los protagonistas visitan Italia: "qué mal rato que nos habéis hecho pasar, cabrones". Bozzo compartió mesa con otros miembros del equipo, como Anna Rosa Cisquella, Victòria Pagès, Genís Hernández, Joan Vives y Marçañ Cruz, moderados por Oriol Puig Taulé.

Más allá de constatar el inexorable paso del tiempo, sus protagonistas, con la complicidad de un público entregado y risueño, constataron que Oh! Europa forma parte de un estilo de hacer televisión que ya no se hace porque ahora, como dijo Victòria Pagès, "al cabo de un mes la gente ya no recuerda la serie". Era la primera serie de Dagoll Dagom y para muchos de los intérpretes era su primera experiencia televisiva. "Eran decorados de verdad hechos por los hermanos Castells. En cada capítulo todo era nuevo", recordó Anna Rosa Cisquella, al que Pagès añadió que "trabajábamos toda la semana juntos. Hicimos una unión muy grande que ahora es casi imposible que hacer".

Joan Lluís Bozzo explicó que Oh! Europa nació cuando se constituyó la UE, inicialmente con doce países: "nos encargaron hacer las campanadas de Fin de Año y presentamos un proyecto en que cada campanada sonaría en uno de los países, y habría canciones y esquemas. Les va gustada tanto la idea que quisieron hacer una serie". Su éxito fue inapelable, sobre todo porque hablamos de un tiempo en que cualquier programa que se emitía en aquella hora "tenía un 21 por ciento de share de base, y a veces mucho más". Eso pasó, por ejemplo, en el episodio situado en Holanda, que contó con la presencia de Ronald Koeman. "Hizo 1.200.000 espectadores", dijeron, aunque "Koeman se llevó la mitad del presupuesto".

Su éxito fue inapelable, sobre todo porque hablamos de un tiempo en que cualquier programa que se emitía a aquella hora "tenía un 21 por ciento de share de base, y a veces mucho más"

Entre las numerosas anécdotas del acto, el hecho de que el conductor del autobús, interpretado por Genís Hernández, no tenía permiso de conducir ("ni todavía tengo", subrayó), los festines que se regalaban durante los rodajes, la ilusión durante los castings que la serie les permitiría viajar de verdad (fueron "a Sant Just", indicó Bozzo) o que Marçal Cruz, técnico de sonido profesional, después trabajó en la posproducción de la secuela de la serie, Oh! España. Cuando la UE se amplió a 27 países, Dagoll Dagom planteó aprovecharlo para hacer más episodios, pero "pasaron de nuestra cara". "¡Me la imaginaba más mayor!" decía el Ampariues en la serie cada vez que se encontraba un monumento famoso. En el Serielizados Fest quedó claro que Oh! Europa es mayor de lo que nunca nos habríamos imaginado.