La cantante cubana Omara Portuondo, de 93 años, tuvo que ser desalojada del escenario en brazos por parte de miembros de su orquesta al principio del concierto que este miércoles tenía programado en el Palau de la Música, en el marco del festival Cruïlla Tardor, según ha informado el diario a El País. La cantante cubana solo pudo arrancar el principio del tema Lágrimas negras porque inmediatamente se quedó callada mientras el público lo observaba estupefacto. Según ha avanzado la agencia Efe este jueves por la tarde, después de sufrir este desmayo en la capital catalana, la cantante ha decidido retirarse de los escenarios.

 

Visiblemente desorientada

La artista cubana se ha mostrado visiblemente desorientada al salir del escenario, donde tenía que rendir un homenaje al popular conjunto cubano Buena Vista Social Club. Este era el disparo de salida del festival barcelonés que ha acabado con la presentación de decenas de quejas formales. La orquesta Failde que acompañaba Portuondo anunció el concierto como "un viaje a la música de ayer". El repertorio de la noche incluía clásicos de la música cubana como Chan chan, Tiene sabor, Donde estabas tú y El Manicero.

Después de que la orquesta hubiera interpretado media docena de temas, Portuondo subió al escenario. Allí se sentó en una silla mientras los asistentes al concierto la aplaudían y la vitoreaban al grito de "reina Omara". En aquel momento, según El País, el público todavía esperaba que la cantante se uniera al concierto, pero la estrella solo consiguió acompañar la orquesta en una pequeña parte del coro de la canción Lágrimas negras. La cantante se quedó en silencio mientras la orquesta continuaba.

Los músicos intentaron que la cantante se incorporara a la interpretación, sin embargo, según el cronista de El País, Portuondo solo fue capaz de interpretar la estrofa "contigo me voy mi santa, aunque me cueste morir". Finalmente, ha sido retirada del escenario en brazos por dos miembros de la orquesta, en medio de aplausos del público.

El concierto acabó con muchos espectadores enfadados, algunos incluso acabaron denunciando que la cantante era explotada: "Dejadla descansar". Estos gritos hicieron que director de la orquesta, Ethiel Failde, interviniera ante el público para decir que aquellas acusaciones eran "una falta de respeto a una leyenda, cuando ella misma en persona fue la que pidió cantar" y que "Omara siempre ha dicho que quiere morirse en el escenario". Algunos asistentes han reclamado el retorno de las entradas, que costaban 75 euros.