Actor, director y dramaturgo. Protagonista masculino de Creatura, película de Helena Martín que ha disfrutado de una recepción extraordinaria y de un fuerte reconocimiento en premios. Durante este febrero, exhibe Travy en La Biblioteca de Catalunya después de haberse estrenado hace cinco años en el Teatre Lliure. Muchos espectadores probablemente ya la han visto o han oído hablar de ella: Oriol Pla encarna a un personaje que tiene dudas sobre el espectáculo que tiene que hacer como encargo para un gran teatro público. Los actores serán los miembros de su familia. Este es el disparador para especular de forma ficcionada sobre la relación entre Oriol Pla y su familia, la familia Pla-Solina, de nombre artístico Travy. El texto es de Oriol y escrito con Pau Matas. En escena, encontramos a su hermana Diana Pla, y sus padres; Quimet Pla y Núria Solina.
Cinco años del estreno de Travy en el espacio Lliure.
El espectáculo se estrena en 2018, Lluís Pasqual acababa de dimitir. Después de la exhibición quisimos hacer gira y el teatro, con Juan Carlos Martel ya en la dirección, se negó. Defendían que la obra era suya, pero la obra es de sus autores. La ley de propiedad intelectual protege a los autores por delante de los empresarios, es importante saberlo, pero nos costó lo suyo. Costó mucho que pudiéramos hacer la gira, pero lo hicimos, y después estuvimos en la Beckett y ahora en LaPerla29.
Además, acabáis de publicar el texto del espectáculo en Dramaticles.
Ha quedado un objeto físico de la experiencia. Aunque yo quería hacer un libro más de artista, poner textos que no hemos puesto finalmente en el espectáculo, dibujos, imágenes. Pero finalmente salió la opción de publicar el guion y la gente se puede llevar un pequeño obsequio.
En todo proceso pasas por muchas fases. ¿Exhibiéndolo durante cinco años hace que cada función sea especial?
Ayer mismo, mientras estábamos calentando, recordé que con 23 años, cuando me puse a escribir con Pau Matas, me imaginaba un montaje como Travy. ¡Con la familia, y que pudiéramos vivir de él! Que a la gente le gustara y que funcionara. Y estamos aquí. Hace cinco años que la estrenamos, es nuestra tercera temporada en Barcelona. Hemos vuelto a agotar entradas. La gran exposición funciona por el boca a oreja y nos va muy bien y sí, la gente repite. Tenemos un público muy diverso.
Hay mucha gente que ya no me llama porque les he dicho que no muchas veces
Hablamos de espectáculos de creación, mayoritariamente es lo que has hecho. ¿No te ha llamado hacer de actor de texto?
Mi padre trabajó mucho con Sergi Belbel en el TNC, y con muchos otros directores. Con La calavera de Connemara es cuando he hecho más de actor tradicional. Había un texto y lo jugamos mucho, pero el texto venía dado y teníamos que interpretarlo. Ragazzo, eso mismo son montajes de creación, no había texto, nos hemos inventado el juego desde el inicio. No te digo que no me gustaría, hay mucha gente que me llama y mucha gente que ya no me llama porque le he dicho que no muchas veces. Ahora respondo más a mis necesidades y deseos.
En cine, sin embargo, todo funciona diferente.
En cine, como creador, puedes llegar a hacer cine. Pero necesitas unos equipos mucho mayores que no los que hacemos nosotros al teatro. Supone una cierta dificultad. Hay toda una industria que se puede explorar en el terreno del cine.
Sobre creación y espacios de creación. ¿Faltan espacios para producir primeras obras de nuevos dramaturgos?
Si alguien quiere representar su primer texto, lo tiene que hacer. Mi primera obra fue en un centro cívico, dos sillas, tres colegas y veinte minutos. El primer espectáculo, sin sumar cosas de calle. Si partimos que la obra de teatro tiene que ser con doscientas localidades, iluminación, taquilla... Qué estrés. Pienso en Sé de un lugar de Iván Morales, que en el fondo nació así, y lo podíamos hacer en el comedor de tu casa. ¿Quién dice que eso no es teatro? Nos merecemos un espacio mucho más creativo, por supuesto, y aquí fallamos. Falla el estado y la concepción de la cultura del país donde vivimos, pero si tú quieres hacer teatro nada te lo puede impedir. Si alguien quiere empezar, que se ponga, que escriba. El acto creativo, el proceso, eso es lo más bonito. Eso está mucho en Travy. Mi personaje es una persona joven que lo que quiere es hacer una obra moderna, que quiere ser intelectual. Sin embargo, la noción de pasárselo bien pasa por delante de cualquier otra pretensión.
Falla el estado y la concepción de la cultura del país donde vivimos, pero si tú quieres hacer teatro nada te lo puede impedir
¿Cómo os imagináis el post Travy?
Mi hermana ahora estrena un solo en La Badabadoc. Tiene cierto spin off de Travy, sin serlo. Hace un acto de desnudarse, y habla mucho de la institución, del teatro... Habla de la figura paterna, materna, de la rivalidad entre hermanos. Habla de la familia. Yo como actor estoy en un proceso que me permite descubrir nuevos caminos que no habría podido descubrir sin haber llegado a este momento vital. Por mi parte hay un cambio de percepción sobre lo que te ha atravesado.
¿Hablas de renuncias?
Ahora quizás me toca renunciar a ciertos juegos con la industria. Y renunciar a ciertos placeres individuales. Tiene que ver con el trabajo, la estabilidad, pero tiene mucho más que ver con crecer y con una indagación en lo que encuentro importante. Estoy en un momento que me gusta identificar qué es importante, aunque eso implique renuncias.
Para acabar, premios entregados, ¿qué percepciones tienes de la recepción de Creatura?
Solo puedo hablar desde el cariño. Veo el trabajo de mi colega, de mis amigos, la herida que se quiere explicar. Mi punto de vista no es de un espectador, sino que es de orgullo total. Y sí, en la industria del cine está la pomposidad de las grandes galas, que en el teatro no tenemos, pero lo que cuenta es ver la película y disfrutarla.