Si el alma de Plensa fuera como un virus contagioso, bien seguro que todos aquellos que hemos paseado últimamente por la Rambla habríamos tenido algún síntoma. El escultor barcelonés Jaume Plensa ha hecho realidad uno de sus grandes sueños, dirigir la escena de la ópera 'Macbeth' de Verdi, una de las más admiradas por el artista. Lo ha hecho entrante al Gran Teatro del Liceo por la puerta grande. Y ahora con más huella plensiana que nunca gracias al nuevo diseño que ha hecho el artista de las puertas de la Rambla y que invitan, desde septiembre pasado, los amigos de la música a tener una nueva mirada de "la clásica".
La experiencia Plensa, esperada con gran expectación por los amantes del formato, ha cautivado a un público que ha hecho agotar casi todas las entradas en las once funciones programadas. 'Macbeth', del compositor romántico italiano Giuseppe Verdi, se había representado en el Liceo casi 120 veces, pero en ninguna de ellas la escultura se había impuesto en el escenario. Desde que se levanta el telón, una gran pieza de metal confeccionada con multitud de letras (y mensajes ocultos) de un ser humano que se abraza a él mismo, acapara todas las miradas. La escultura, de espectaculares dimensiones, es al mismo tiempo el trueno del rey y el acantilado donde las brujas susurran el (mal) futuro de Macbeth y el barítono Željko Lucic, quien protagoniza la función en esta ocasión, empieza a atormentarse con el mensaje que a ningún hombre nacido de mujer podrá destronarlo.
Un juego de diálogos, silencios y pensamientos interiores
"Sleep no more" es precisamente la frase en qué se acaban materializando todos los quebraderos de cabeza del rey de Escocia y que da forma al pensamiento de que Macbeth ya no podrá volver a dormir tranquilo después de matar. Muchos objetos escultóricos están presentes en el debut del escultor también como director de escenografía y vestuario, como las tres cabezas doradas que miran la batalla monárquica con los ojos cerrados, emblema, ya imprescindible, que apela el artista. Los ojos cerrados invitan a mirar al interior más profundo de la mente humana y a dar voz a los silencios, momentos agradecidos de pausa sostenida por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo dirigida por Josep Pons. Estos silencios también toman el escenario en varias ocasiones cuando, por ejemplo, de sopetón la soprano Alexandrina Pendatchanska, que ha debutado con fuertes y largos aplausos como Lady Macbeth en el Liceo en la penúltima función, llena el escenario en solitario.
La lady de Plensa, una mirada femenina en la ópera de Verdi
Es ella, la reina, el personaje que da un paseo a la versión original de la ópera, disputando el protagonismo a su propio marido. Para el escultor, Macbeth es un hombre con una gran fragilidad y Lady Macbeth una mujer con las ideas claras. Así se dibuja a lo largo de la ópera con la intención de empoderar más que nunca a Lady Macbeth y dotarla, esta vez sí, del protagonismo que se merece. Ella es quien convence a su marido de matar también Banco y su hijo Fleanzio para evitar las predicciones de las brujas del bosque escocés de Birnam. Pero el cierto es que, vestida de un blanco traslúcido que hace rezumar pureza angelical, la lady de Plensa no es la esposa pérfida conocida en la ópera verdiana, sino la luz que lo ilumina el camino.
Una 'Macbeth' que espera gira
Mientras dure la espera, sin embargo, recordad que el aura de Plensa seguirá viviendo en el Liceo. Solo tendréis que abrir los ojos (rompiendo la regla del arte plensiana, eso sí) y fijaros en la fachada de un teatro que ya hace tiempo que intenta cautivar nuevas miradas en la ciudad, las de los más jóvenes, y romper aquellos clichés sociales que encorsetan "la clásica".