El final de Ozark promete ser uno de los mejores de la historia de Netflix. Porque con el movimiento de piezas y la tensión creciente sólo podemos esperar una conclusión explosiva. ¿Y si la serie no nos ha decepcionado en ninguna temporada hasta ahora, por qué lo tendría que hacer en su final? Para verlo, sin embargo, todavía tendremos que esperar unos meses. No hay fecha de estreno de la segunda tanda de capítulos de la última temporada, pero sí que hemos podido disfrutar de una primera tanda que no se ha limitado a frenar esperando la recta final, sino que ha acabado acelerando para irla a buscar con ganas, con un último episodio que podría haber cerrado una temporada, pero que, sobre todo, genera altas expectativas para lo que tiene que llegar.
Malabarismos para controlar los frentes abiertos
Llegados a este punto de Ozark, uno se da cuenta de que siempre acaba viendo lo mismo: Martin y Wendy Byrde haciendo malabarismos para controlar todos los frentes abiertos, y cuando cierran uno siempre se abre otro. Y lo que podría parecer una crítica es en realidad una virtud, porque consigue que la historia se mantenga siempre fresca y entretenida a través de cambiar estos frentes a cada temporada.
En esta cuarta y última, el principal conflicto a resolver es la petición que les hace Omar Navarro (Felix Solis). El líder del cártel más importante de México les ha encargado la difícil tarea de convencer al FBI para que lo dejen vivir en libertad, pero la aparición del impaciente sobrino de Omar, Javi (Alfonso Herrera), complicará mucho las negociaciones. La parte difícil para los Byrde, y la entretenida por el espectador, es tener que combinar esta misión imposible con negociaciones políticas para su fundación, intentar parar los pies a Darlene - que quiere vender droga en territorio del cártel - y mantener a la familia unida. Y todo eso con un nuevo detective, Mel Sattem (Adam Rothenberg), curioseando por el medio.
Nuevos caminos para los personajes
E igual que sus protagonistas, es cuando más enrevesada está la cosa que la serie más se luce. Porque por muy complejas que ocurran las tramas, Ozark demuestra tener dos grandes virtudes. Por una parte, que sabe andar en la fina línea de hacer un argumento lo suficiente complicado como para hacernos sentir inteligentes, pero no tanto como para hacernos sentir estúpidos. Y de la otra, que sabe encontrar nuevos caminos interesantes para explorar con sus personajes (y cuando ve que ya no hay, tiene la valentía de matarlos).
Ozark sabe andar en la fina línea de hacer un argumento lo suficiente complicado como para hacernos sentir inteligentes, pero no tanto como para hacernos sentir estúpidos
Es el caso del camino de Ruth, interpretada por una Julia Garner que si ya había ganado premios por este papel, después de esta temporada se llevará unos cuantos más. Golpeada por el dolor de la muerte de Ben, su personaje va encontrando su lugar en el mundo, a la vez que se siente cada vez más sola. El otro ejemplo es el del Jonah, el hijo pequeño de los Byrde, que en estos capítulos se ha convertido en uno de sus conflictos principales, rechazando a su familia por sus crímenes y trabajando para Ruth y Darlene. Y aunque muchos espectadores le tengan cierta rabia a este personaje adolescente y violento, alejarse del monstruo en qué se ha convertido su madre no parece nada desmelenado.
El descenso a los infiernos de Wendy Byrde
Porque sí, Wendy Byrde ahora es un monstruo. Su evolución a lo largo de la serie ha sido la más compleja y fascinante. Un descenso a los infiernos al estilo Walter White que ha llegado al punto de utilizar la muerte de su hermano, del cual ella es responsable, como herramienta política. Y todos los premios que Laura Linney se lleve por este papel también serán más que merecidos.
Lo mismo para Jason Bateman, interpretando a un Martin que parece perder cada vez más importancia ante la sombra creciente de su mujer, pero que no deja de sorprender con su capacidad de mantener la calma y utilizar la lógica para salir vivo de todos los callejones sin salida en que se ha encontrado. El matrimonio, pues, sigue en buena forma a pesar de las adversidades - como Ozark se mantiene a un nivel altísimo para seguir siendo una de las mejores series de la plataforma. Siete capítulos le quedan para consolidarse como tal. Y los esperamos con muchas ganas, porque prometen ofrecernos una traca final espectacular.