El 1 de mayo se denomina Día del Trabajo, pues se celebra una fiesta para reivindicar los derechos laborales. ¡No está de más!, porque la tendencia del poder económico es exprimir a los trabajadores, y se necesitan medidas correctoras; de ahí la existencia de sindicatos, convenios colectivos, sueldo mínimo interprofesional, legislaciones laborales... Y no será casualidad que el verbo catalán treballar (como el castellano trabajar o el francés travailler) provenga de una palabra latina, tripaliare, que significaba... ¡torturar! Su base era el término tripalium 'instrumento de tortura compuesto por tres maderas'. ¿Quién no se ha sentido camino de la tortura yendo a trabajar? De hecho, en catalán antiguo el nombre treball significaba 'situación complicada y dificultosa, tribulación' (Grans penes e grans trebals, leemos en las Homilies d'Organyà, del siglo XII), y todavía hoy pueden decirse las expresiones amb penes i treballs 'con muchas dificultades' y veure's en treballs 'encontrarse en una situación apurada o peligrosa'.

Si alguien pregunta cómo se decía en latín el concepto de realizar actividades productivas económicamente, era laborare (fijaos que tenemos el verbo col·laborar, que significa 'trabajar conjuntamente'; en italiano todavía dicen lavorare 'trabajar'). El verbo latino laborare dio en catalán llaurar, o sea, trabajar la tierra (en otros idiomas, lo mismo: fijaos en el francés labourer y el castellano labrar). A partir de ahí, lo que en Catalunya se llama pagès 'agricultor', en el País Valencià se llama llaurador.

El concepto 'faena': una palabra catalanísim

En catalán existe el término faena (forma original, que todavía la dicen valencianos y tortosinos) o feina (evolución del anterior, que en el Camp de Tarragona y Lleida todavía evolucionaría más, ya que en esas regiones puede llegar a decirse fenya). Ejemplos: Tota esta faena que has fet no servix de res 'todo este trabajo que has hecho no sirve de nada'; o: Ja he acabat la feina per avui 'ya terminé el trabajo por hoy'; o: Aquesta computadora ens treu molta de feina 'esta computadora nos quita mucho trabajo'. A menudo se le añaden sufijos aumentativos: Quina feinada, endreçar tot això! '¡cuánto trabajo, ordenar todo eso!; o: Has fet una feinassa enorme, et felicito 'has hecho un trabajo enorme, te felicito'. En cualquier caso, cuando le vinculamos la idea de 'ganarse la vida' se dice sólo feina, y nunca se dice treball (si alguien lo dice es que piensa en castellano): He trobat feina de fuster 'he encontrado trabajo de carpintero'; o: Cada dia arribes tard a la feina 'cada día llegas tarde al trabajo'; o: El mercat laboral està molt malament, no hi ha feina 'el mercado laboral está muy mal, no hay trabajo'.

Alguien puede pensar que faena es un castellanismo, ya que en castellano se emplea esta palabra (significando 'trabajo' pero sobre todo 'matar toros y vacas' y 'mala pasada'). Pero es a la inversa: el castellano tomó esta palabra del catalán, como tantos otros vocablos. Y es que la palabra faena proviene del latín facienda, que significa 'cosas que hacer'; y esta palabra latina dio el catalán faena y, a su vez, el castellano hacienda 'finca con casa' y 'conjunto de posesiones y riquezas'.

Y luego están las formas coloquiales para referirse a este concepto, como el verbo pencar 'currar' (y el derivado pencaire 'currante, persona que trabaja mucho'); también puede decirse fotre-li si alguien trabaja duro (Com li fot, aquell paleta: en un no-res t'ha alçat una paret! '¡cómo le da, ese albañil: ¡en una nada te ha levantado una pared!). Bueno, mientras vais pensando cómo os sentiréis mañana por la mañana al ir a currar, podéis amenizarlo con la genial canción Blues del dilluns, de Bars.