El Palau Macaya, de la Caixa, cumple siete años como espacio de diálogo y reflexión. El edificio del paseo Sant Joan tiene una larga historia: fue concebido por Josep Puig y Cadafalch, por encargo del industrial Román Macaya; sufrió desperfectos durante la guerra; fue adquirida por la Caixa, que a partir de 1949 ubicó el Instituto Educativo de Sordomudos y Ciegos; más tarde sería la sede del Centro Cultural de la Fundació La Caixa; e incluso durante un tiempo se instaló el Museo de la Ciencia, mientras se preparaba el Cosmocaixa. En 1976 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya. En 2012 el edificio tomó un nuevo rumbo, inspirado personalmente por el presidente de la Caixa, Isidre Fainé, y se convirtió en un espacio de reflexión y debate para el avance del conocimiento y locomotora intelectual de la sociedad, con el objetivo de erigirse como centro referente, comprometido con la sostenibilidad y el desarrollo humano.
Punto de encuentro y altavoz intelectual
Josep Ollé, director del Palau Macaya, explica que es "un centro de debate y reflexión sobre retos o cambios que hay en nuestra sociedad". Ollé apunta que el objetivo del Macaya es abrir nuevas vías de pensamiento fomentando el encuentro entre "gente de diferentes disciplinas y ámbitos (gobierno, academia, empresa, entidades cívicas)". La ventaja es que con esta participación variada se puede "enriquecer el debate y perfilar hipótesis para solucionar retos". El objetivo del Palau no es hacer investigación, sino difundir el conocimiento a la sociedad. "Nosotros no hacemos investigación; el Macaya no es ni un think tank ni un departamento de investigación", explica Ollé. Eso sí, lo que tiene el Macaya es una gran voluntad de divulgación: "En el Palau Macaya preparamos el conocimiento para que sea lo más comprensible posible". La alta participación en sus actividades indica que van por el buen camino.
Centro dinámico
El Palau Macaya ha conseguido convertirse en un referente a nivel catalán de la divulgación y la innovación. Se ha centrado en temas de sostenibilidad, paz mundial, ecología, ciencia... Durante el año 2018 recibió a casi 60.000 visitantes, batiendo récords de asistencia, con un total de 709 actividades en un año. Este año, a 31 de septiembre, ya se habían realizado 637 actividades, y se prevé que se supere el récord anual. Dispone de unas grandes instalaciones, en tres pisos, en las que se combinan las aulas y salas más modernas, con espacios históricos que conservan todo el encanto del modernismo. En las actividades del Palau Macaya han participado expertos extranjeros muy destacados, como Guy Standing (el gran teórico de la renta básica universal), Enzo Traverso (filósofo especializado en fascismo) o Christopher Clark (un historiador que ha reflexionado sobre los cambios en la percepción del tiempo). Por sus salas también han pasado pensadores catalanes como Josep Ramoneda, Rafael Argullol o Francesc Torralba.
Sede de la Escuela Europea de Humanidades y del Club de Roma
El Palau Macaya es la sede de dos iniciativas muy potentes en el ámbito de la reflexión sobre el mundo contemporáneo: la Escuela Europea de Humanidades (EEH), coorganizada con el equipo de La Maleta de Portbou y dirigida por el filósofo Josep Ramoneda; y el Club de Roma, presidido por Jaume Lanaspa. En el caso del EEH, un espacio para el debate intelectual y el movimiento cultural, se han trabajado diferentes niveles de actividad: ciclos de conferencias y debates públicos, cursos sobre humanidades y encuentros breves de dos días. El Club de Roma aborda la transformación y el conocimiento de los problemas del área de Europa, el Mediterráneo y Oriente Medio, especialmente en los temas relacionados con los recursos, la energía y el medio ambiente. En este marco, en el último curso, se ha desarrollado un programa continuo de conferencias sobre la democracia, la diversidad y la cohesión social, el transhumanismo, la economía y el cambio climático, la gobernabilidad y el desarrollo sostenible, entre otros temas.
En busca de nuevos formatos
El Palau Macaya tiene la voluntad de buscar nuevos formados que faciliten la divulgación del pensamiento en unos tiempos en que cambian continuamente las tecnologías de la comunicación y del aprendizaje. El año pasado inauguraron un nuevo tipo de experiencia, el Macaya 361º, que se valora muy positivamente. Se trata de una especie de Ted Talks, pero que van un poco más adelante, un grado más (por eso, el título, 361º). Al fin de las breves participaciones de pensadores, en el Macaya 361º se abre una tanda de debate, en la que el público puede participar. Ya se organizó un Macaya 361º sobre la relación entre automatización y empleo, y se prevé uno sobre cómo articular la solidaridad en un mundo urbano multicultural.
La bandera del modernismo en el Passeig Sant Joan
El industrial Román Macaya y Gibert, importador de algodón y fundador del Banco de Tortosa, se instaló, en 1901, la casa que le había construido Puig y Cadafalch para ir a vivir con su primera esposa. Los pisos superiores eran para sus hijos: Romà y Alfons. Enseguida se convirtió en uno de los edificios emblemáticos del Passeig Sant Joan, donde no había tantos edificios vistosos como el Passeig de Gràcia. El edificio se caracterizaba por los esgrafiados en ocre, la tribuna, el trabajo de forja y los acabados de las ventanas de la sobria fachada de estuco blanco. Uno de los capiteles de la entrada de carruajes incorpora a un personaje con bicicleta y sombrero de paja, obra de Eusebi Arnau, que parece ser que hace referencia al propio Puig i Cadafalch, que era aficionado a los paseos en bicicleta. En el año 1914 pasó a manos del reusense Juan Vilella Estivill. Pero resultó muy dañado durante la guerra civil y en 1947 lo vendió a la Caixa de Pensions, que la restauró y la destinó a finalidades sociales.
Modernismo con objetivos sociales
En 1949 se inauguraba en el Instituto Educativo de Sordomudos y Ciegos, dirigido por las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, y tenía cabida para unos 175 alumnos. En los años 1980, el Palau se convirtió el Centro Cultural de la Casa Macaya, en que se celebraban conferencias, exposiciones de arte, festivales de música y poesía, debates, talleres educativos... Fue la semilla de los que serían posteriormente los centros CaixaForum. Y durante un breve tiempo, ya en el siglo XXI, acogieron el Museo de la Ciencia, mientras se habilitaba el actual Cosmocaixa.
Una nueva vista de un edificio centenario
El Ayuntamiento ha decidido abrir al público el patio de isla situado entre Passeig de Sant Joan, Roger de Flor, Mallorca y Provenza. De esta forma, se permitirá al público ver la parte posterior del Palau y podrá contemplárselo desde una óptica que antes mucho pocos podían disfrutar. El Palau Macaya ha decidido que organizará actividades, por un público amplio, en estos jardines, con la finalidad de difundir el pensamiento y la cultura entre los barceloneses.