Los juegos de mesa modernos se han convertido en un auténtico fenómeno de masas. En un mundo cada vez más digitalizado, en el que el entretenimiento se ha individualizado, ya sea a través de un móvil o de un ordenador, los juegos de mesa se han convertido en un oasis para socializar, para divertirse en compañía. La eclosión de los juegos de mesa, que vivió un momento álgido durante el confinamiento por la pandemia del Covid-19, ha provocado un boom de novedades, mes a mes, un catálogo extenso en el que hay juegos para todas las edades y perfiles, desde auténticos retos que requieren tiempo y dedicación, a otros más sencillos con los que pasar un buen rato en un corto periodo de tiempo, los denominados party games.
Y en este último perfil se sitúa una de las grandes sensaciones del momento, el Oh My Pigeons! de Ravensbuger, un juego sencillo, con fácil salida a mesa, y con todos los ingredientes para ser una de las grandes estrellas de las sobremesas navideñas.
En busca de atraer a 30 palomas
Las grandes protagonistas del juego son las palomas. Hay 30 en total y el ganador será el que consiga tener a todas en su banco. Dicho así parece fácil, aunque el dinamismo del juego y la multitud de posibilidades para incordiar al resto de jugadores convertirá el reto en una auténtica hazaña. Y es que hay un sinfín de cartas con poderes especiales con los que robar cartas a los otros jugadores, hacerles perder palomas o atraerlas a su banco con comida, desde el centro de la pila, desde donde irán desapareciendo, poco a poco, para irse instalando en cada uno de los bancos de los jugadores.
Por otro lado, entrará también en juego un dado con varios poderes. El más importante será el de la caca de paloma, ya que permitirá catapultar el dado en contra de un banco enemigo, esparciendo todas las palomas por la mesa. Todas aquellas que salgan del banco volverán a la pila inicial.
Fácil de jugar, un reto dominarlo
La dinámica del juego es sencilla. Cada jugador empieza con 3 palomas en su banco y 3 cartas en su mano. En cada turno, el jugador puede emplear una carta, con su poder específico y, acto seguido, deberá robar otra de la pila, para seguir teniendo 3 en su mano. Y ya está, a partir de este momento empieza la magia, la lucha por controlar a todas las palomas y, lo que es más importante, el momento para disfrutar en grupo, con amigos o familiares. Un juego fácil de aprender, pero con una estrategia importante que seguir, justo lo que más ha sorprendido a los expertos.
Con un punto de partido desde los 8 años y con un baremo de jugadores de 2 a 5, Oh My Pigeons! se ha convertido en toda una sensación, un invitado estrella en un mundo cada vez más competitivo y con mayor calidad de productos como es el de los juegos de mesa modernos.