Marcel Costa y Jordi Mazon se han unido para escribir y plasmar 150 años de riadas, nevadas, aguaceros, sequías y tormentas por todo Catalunya. Con el libro que bautizan bajo el título Meteorologia extrema, los dos expertos y aficionados en este campo científico, encomiendan la pasión y las ganas de transmitir esta ciencia. Una ciencia que a menudo puede ser del todo imprevisible, cambiante y, al mismo tiempo, una ciencia que nos afecta a todos y que nos genera preocupación e interés en algunos momentos u otros de nuestras vidas.

Marcel Costa es biólogo, profesor, autor y coautor de varios libros y artículos de divulgación científica. Actualmente es vocal de la junta directiva de la Associació Catalana d’Observadors Meteorològics. Por otra parte, Jordi Mazon es físico, doctor y profesor en la Universitat Politècnica de Catalunya y, desde 2017, presidente de la Associació Catalana de Meteorologia.

Meteorologia Extrema Marcel Costa i Jordi Mazon - Sergi AlcàzarMarcel Costa y Jordi Mazon (Fotografia de Eulàlia Roger)

Con tantas responsabilidades y obligaciones, es difícil coincidir la agenda de ambos para reunirlos y conversar un rato, por eso, El Nacional ha encontrado un momento para hablar con Marcel Costa cuando finaliza su jornada laboral como docente en el Institut Obert de Catalunya.

Este podría ser un libro histórico, científico, divulgativo y, a la vez, informativo. ¿Una vez visto el resultado y a punto para encontrarse en las librerías a partir del 14 de marzo, a los autores, cómo os gusta definirlo?
Bien, este es un híbrido interesante en este sentido. El objetivo es divulgar y por nuestra parte ha sido curioso. El trabajo que hemos hecho a nivel editorial con Jordi sobre todo ha sido divulgación científica. Sí que es cierto que ha habido un momento en que hemos mezclado la historia, pero siempre hemos querido divulgar. La línea de la editorial en esta colección era una línea histórica y social, entonces para nosotros ha sido un reto conseguir un punto medio de divulgación y rigor al mismo tiempo. Lo hemos hecho contemplando todos los aspectos sociales e históricos.

¡150 años de fenómenos meteorológicos pueden dar para mucho! ¿Cuál ha sido el proceso de selección que habéis hecho a lo largo de la investigación y por qué os habéis quedado con los 15 fenómenos que detalláis y relatáis?
Una de las cosas que nos costó más a la hora de hacer el libro fue cuáles escogíamos. Teníamos unos treinta o más, pero lo que hicimos fue clasificarlos por episodios y, a partir de aquí, escoger con diversidad y pensando en el público potencial.

Podríamos decir que ha habido dos criterios. El primero ha sido que fueran los episodios más destacados, pero no en el periodo de estos 150 años, no el más grave, para decirlo de alguna forma. Si nombramos a los más graves, resulta que todos son sequías y aguaceros. Es decir, que fueran episodios importantes para la repercusión social, porque a veces puede haber fenómenos que a nivel meteorológico pueden ser muy interesantes y muy severos, pero que afectan a una zona montañosa del Pirineo y no tienen prácticamente repercusión, por lo tanto, en este caso, como sólo tendría interés científico, ya no los considerábamos. Por lo tanto, que hubieran tenido mucho interés social y una cierta huella histórica.

El segundo criterio clave era la diversidad. Poder escoger de la climatología y de la meteorología que tenemos en nuestro territorio, como mínimo, un episodio de cada. Por ejemplo, el último es un episodio de contaminación importante. Y a raíz de este, ahora tenemos un protocolo de actuación. Quizás no es un episodio a nivel meteorológico extraordinariamente severo, pero sí que tuvo una gran repercusión social.

Libro meteorología extrema

Portada del libro

Fenómenos variados, representativos y que, en su momento, generaron gran expectación, ya fuera por las afectaciones o, incluso, por las pérdidas humanas.
De hecho, uno de los episodios es a día de hoy el fenómeno natural más devastador que se ha producido en la península Ibérica desde 1755, donde hubo un terremoto en Lisboa, que son los aguaceros del Vallès. Algunos de los episodios, por suerte, no tienen ningún registro de víctimas pero otros lamentablemente son graves en este sentido...

Uno de los episodios que incluís es el de la gran nevada de 1962. La precipitación abundante y persistente colapsó sobre todo gran parte del litoral y prelitoral catalán, las zonas donde se acumula un porcentaje más elevado de población y, a la vez, la que menos acostumbrada está a sufrir los efectos de este fenómeno. ¿Estamos preparados los humanos y en conjunto como sociedad a sufrir los efectos de cualquier episodio meteorológico?
La respuesta es no. Lo que pasa es que es muy difícil que podamos estar preparados para todo lo que la meteorología nos puede ofrecer. Por ejemplo, sin ir más lejos, el 8 de marzo de este año, en Nueva York, tuvieron una gran nevada. El caos fue monumental. Delante de una gran nevada de dos palmos, tenemos que tener paciencia y está claro que con los medios que disponemos, la afectación es menor que la que hubo el año 62. Pero también se tiene que tener en cuenta que si se repitiera la nevada del 62, unos cuantos días entretenidos seguiríamos teniendo.

nevada 1962

Nevada de 1962, Barcelona (Eduard Molins)

El último episodio que relatáis en el libro es la contaminación y la tormenta política de febrero del 2011. Un interesante episodio que mezcla la meteorología y la política.
Fue un episodio interesante de hacer... De hecho, si ahora se produjera nuevamente un episodio como este o bien otro similar, en el cual hubiera repercusión social potente, es probable que hubiera un escenario de repercusión política de nuevo, porque ha llegado un punto en que, para decirlo de alguna forma, todo está lo suficiente removido para que cualquier hecho que sucede se pueda ver blanco o negro.

Aquí fue interesante porque en aquel momento había habido un cambio de gobierno hacía relativamente poco y, justamente, coincidiendo con la aplicación de nuevas medidas diferentes de las del gobierno anterior, se produjo este episodio. En el cual, obviamente, la oposición aprovechó para recriminar que estaban actuando mal y los otros intentaban defender sus posiciones.

Barcelona contaminada

Barcelona (Foto de Marcel Costa)

¿Desde 2011 a la actualidad, qué otros fenómenos meteorológicos se podrían haber incluido?
Últimamente y tan destacados como los que podemos encontrar en el libro, ninguno. Sí que ha habido alguno que puede tener ciertas connotaciones, por ejemplo, episodios de contaminación atmosférica hemos vivido alguno más. No tan severos como aquel, por el tiempo que duró, pero con respecto al resto, por ejemplo las sequías, ahora hace unas cuantas semanas parece que hemos salido del paso y la situación mejora.

Parece que los pantanos se encuentran al 50% de su capacidad...
Correcto, han vuelto a subir, pero estaban cerca del 30% antes de que empezara a precipitar. Entonces, no ha habido ningún episodio tan destacado, pero alguno sí que se puede haber aproximado.

¿De los episodios narrados y no narrados aquí en Catalunya, cuál consideráis que es el más peligroso o bien el que más afectaciones produjo?
Claramente, las riadas del Vallès de 1962. Fue un fenómeno muy severo a nivel meteorológico. También es cierto que había mucha gente que se encontraba donde no tocaba, y no por decisión suya, sino porque las autoridades habían permitido construir barrios enteros en zonas inundables. Este es un ejemplo muy claro de la prevención que podemos hacer al respecto.

riadas del vallès

Línea de Francia al paso por Can San Juan (Foto del archivo fotográfico de la Fundación cultural Montcada)

¿Haciendo el libro habéis notado alguna variación del clima o de la meteorología en esta evolución de años analizados?
Hay que destacar dos cosas. Hay una serie de tics propios de nuestro clima mediterráneo, como son las sequías y los aguaceros, que son fenómenos que se van repitiendo. En el libro no hacemos un análisis porque no era uno de los objetivos, pero sí que se observa que las dos tipologías de fenómeno, poco a poco, toman más severidad. Hablamos de periodos que no son muy extensos y que, por lo tanto, dificultan la comparación, pero eso es bastante coherente con todas las predicciones que hay sobre el cambio climático.

Por ejemplo, en el caso de las sequías se ve bastante bien. Es quizás lo que está dando más señales. Lo que se está observando, y al respecto hay estudios que así lo afirman, es que el agua que cae vendría a ser la misma, pero la forma como cae repartida no. Lo que está pasando es que cada vez llueve menos días, pero los días que llueve, lo hace con más intensidad. Prácticamente no ha variado demasiado la cantidad, pero sí cómo se distribuye, que es una cosa propia de nuestro clima, pero que se está acentuando.

¿Y nos tenemos que preocupar?
Yo creo que sí. No de hoy para mañana, pero observando el global y cómo inexorablemente las predicciones que se han hecho y que se van afinando pero que se han hecho desde hace mucho tiempo se van cumpliendo. Incluso se están superando las predicciones que había en los modelos más pesimistas. Yo creo que sí que nos tendríamos que preocupar.

¿Qué relación tiene el cambio climático con la meteorología y, explíquenos, qué papel juega el conjunto de la sociedad?
La primera cuestión es diferenciar muy bien los dos conceptos. Una cosa es el clima, que vendría a ser cómo acostumbra a ser el tiempo en una zona determinada y a lo largo de periodos largos de tiempo. Por ejemplo, podemos decir que en el litoral de Catalunya predomina el clima mediterráneo, por lo tanto, el invierno es suave, no es muy lluvioso y otras características. Entonces, tenemos el día a día que es la meteorología. Este año, por ejemplo, hemos tenido un febrero mucho más lluvioso de lo que es habitual, un enero más cálido y seco, como ya acostumbra pasar...

La relación es a medida que el clima a nivel global va cambiando, eso se manifiesta con cambios meteorológicos en el día a día y, por ejemplo, después de un verano muy caluroso, más de lo habitual por culpa del cambio climático, entramos en un otoño que es cuando se pueden producir aguaceros, si se dan las condiciones para que se pueda producir, este podrá ser más severo y más intenso que el que teníamos hasta ahora. Con respecto a aguaceros, llevamos "una temporada relativamente buena". Ha habido, pero ninguno como algunos que se narran.

nube

Marcel Costa

La meteorología no se podría entender sin la física. ¿Es complicado hacer una buena previsión meteorológica?
Sí. Es complicado, es cierto también que actualmente es una cosa que ha evolucionado de una forma extraordinaria desde hace unas pocas décadas a la actualidad. El salto es astronómico, a años luz. En este sentido, actualmente hay unos modelos de predicción muy complejos pero muy esmerados que cada vez contemplan más factores y que, por lo tanto, permiten hacer predicciones que si bien a largo plazo, una semana, cinco días, tienen una incertidumbre bastante grande, con plazos cortos, un día o dos, tienen una exactitud muy grande. También es cierto que después hace falta el ojo experto del meteorólogo, que conoce bien su territorio y que sabe que en aquel contexto general y con aquellos instrumentos de predicción, aunque muchos están ya regionalizados, acaba de pulir la predicción.

¿Cuáles son los ejes vertebradores básicos que se tienen que tener en cuenta para hacer una buena previsión meteorológica?
Hay dos tipologías de mapas a consultar para hacer buenas predicciones. Cuanto a información primaria, unos serían los mapas superficiales de presión y los otros los mapas de altura. La intersección de los dos, es la que ofrece la clave de qué tipo de situaciones tenemos y de cómo pueden evolucionar. Después, estos modelos informáticos también dan otros productos, como son directamente mapas que te dicen dónde lloverá y dónde no lo hará, un producto secundario podríamos decir. Pero la fuente de información primaria vendría de estos dos mapas que comentaba.

Mapes meteo exemples

Mapa de presión en superficie y mapa de precipitación (METEOCAT)

Los meteorólogos y los expertos coincidís en decir que hacer la previsión a Catalunya no es una tarea nada fácil. ¿Qué tiene este territorio de especial?
Correcto. Vivimos en un territorio pequeño, pero además, nos encontramos en una zona fronteriza, que por la latitud en la cual estamos, podemos tener influencias tropicales e influencias que vengan mucho del norte. Estamos al lado del Mediterráneo pero el Atlántico también nos influye en cierta manera y, sobre todo, tenemos una orografía muy compleja con muchas cordilleras orientadas de forma muy diferentes. Este conjunto de factores, hace que si comparamos Catalunya con un país como Holanda o Bélgica, más grande comparativamente, la diversidad de climas es absolutamente diferente.

Tenemos hasta 16 tipologías de microclimas, en un sentido amplio, ya que a veces afectan a varias comarcas en el contexto de Catalunya

¿Como miembro de la junta directiva de la Associació Catalana d’Observadors Meteorològics, qué trabajo lleváis a cabo?
Somos una asociación con una gran cantidad de socios, muy diversos. Desde catedráticos universitarios de meteorología hasta personas que saben muchísimo y que tienen mucha afición y quizás no han estudiado nada al respecto. Y con respecto a nuestra asociación, básicamente lo que hacemos es aglutinar iniciativas y actividades relacionadas con la meteorología. Cada año por ejemplo hacemos jornadas divulgativas al Cosmocaixa, el museo de la ciencia, y muchas otras a lo largo del año.

Jordi, en cambio, es el presidente de la Associació Catalana de Meteorologia.
Correcto, hay muchos socios que forman parte de las dos asociaciones, como es mi caso. Con dos asociaciones que tenemos en Catalunya es común encontrarnos a las mismas personas, porque nos interesa participar y decir la nuestra. Esta, sin embargo, aglutina el sector académico de la meteorología de Catalunya con una finalidad básicamente de realizar actividades divulgativas y aglutinar y hacer difusión de la investigación científica que se está haciendo en Catalunya.

¿Cómo se prevé el futuro meteorológico? ¿Nos vendrán muchos más episodios como los que narráis?
Seguro que sí. Está claro que la meteorología nos sorprenderá y que no sabemos exactamente cuándo ni en dónde, pero que la meteorología y la climatología mediterránea nos traerán sorpresas. Por lo tanto, sí. De aquí a unos cuantos años podríamos hacer una actualización incorporando algunos de los episodios que nos vendrán.

sagrada familia nevada

Fotografia de Pérez de Rozas en la Sagrada família, Barcelona

¿Nos podemos preparar, por lo tanto, de alguna forma para estos episodios que nos vendrán en un futuro?
¡Yo creo que sí! En algún aspecto sí. En el aspecto relacionado con el agua, claramente. Hay otras cuestiones que son más difíciles de predecir, pero aún así se podría hacer algún tipo de intervención.

Un episodio muy interesante es una especie de oleada —le hemos llamado oleada porque tornados y mangueras marinas aquí no estamos acostumbrados a tener, o sí, pero se ven desde la costa y no pasa nada— y, una vez, un 7 de septiembre del 2005, hubo un temporal que se produjeron bastantes en el Baix Llobregat. Curiosamente, el aeropuerto de Barcelona no paró su actividad, por lo tanto, quizás en este caso un protocolo sobre qué hacer ante estas situaciones haría falta.

Seguro que tendremos sequías muy severas en el futuro y tenemos que prever qué hacer con el agua

Quizás lo más crítico es tener en cuenta que seguro que tendremos sequías muy severas en el futuro y tenemos que prever qué hacer con el agua, porque nos encontraremos con episodios de sequedad. Y lo mismo pero al contrario, habrá casos de aguaceros muy fuertes y, por lo tanto, hay que tener claro dónde se puede construir, qué se puede construir y cómo hacerlo, porque las afectaciones varían mucho depende de cómo actuamos.

¿Alguna cosa que quieras añadir?
Una de las riquezas del libro es esta diversidad de episodios tanto locales como otros más generales. También es interesante cómo un mismo fenómeno o fenómenos parecidos puede afectar a una sociedad preindustrial o cómo nos afecta ahora actualmente. Un análisis interesante que en el libro se puede plasmar muy bien.

Prólogo de Francesc Mauri

Francesc Mauri hombre del tiempo Sergi Alcàzar 07

Francesc Mauri (Fotografia de Sergi Alcazar) 

El meteorólogo de TV3 y Catalunya Ràdio Francesc Mauri introduce con un prólogo sencillo y muy comprensible lo que se encontrarán los lectores al leer Meteorologia extrema: 150 anys de riuades, nevades, aiguats, sequeres i tempestes a Catalunya.

Mauri inicia el prólogo poniendo énfasis con la experiencia de los dos autores como buenos comunicadores y profesionales a la hora de tratar con datos y registros meteorológicos. Con respecto al contenido del libro, "los aguaceros del año 1940 en las comarcas gerundenses son probablemente, tanto por los registros alcanzados como por la pérdida de vidas humanas, el episodio más extremo de la primera mitad del siglo pasado", relata el meteorólogo.