Pau Vallvé es nuestro 'sad boy' de cabecera. Nadie ha cantado a la tristeza mejor que él. Sus canciones son un catálogo de añoranzas y melancolías en que nos gusta zambullirnos siempre que el alma se nos rompe. Una condición de cantautor de las penas de la que quiso huir con su último disco: ), emojitítulo sumamente gráfico, del que brotaba una (cierta) felicidad hasta ahora poco explorada en referencias anteriores como De Bosc (2012), Pels dies bons (2014), Abisme, cavall, hivern, primavera i tornar (2017) y La vida es ara (2020), todas ellas, obras bordadas entre un rock de experimental resonancia radioheadiana y el folk menos evidente, formando uno de los catálogos más fenomenales de nuestro ecosistema sonoro.
Como su casa
El cantautor graciense es como aquella cerveza, allí donde va triunfa. Lo hizo el pasado 2 de febrero agotando todas las entradas para el concierto que protagonizó en la sala Razzmatazz como despedida de la gira de presentación de su último disco (el álbum de la felicidad). Y lo ha vuelto a hacer este lunes en el Teatre Grec ofreciendo un único concierto exhaustivamente en solitario, sin compañía, del todo especial. Velada que aprovechó para presentar nos hemos ganado el verano, el primer single de su nuevo disco. Tema que oficialmente verá la luz este viernes y que formará parte de un trabajo en el que, siempre perfeccionista y meticuloso, todavía sigue trabajando. Está previsto que su octavo álbum de estudio se publique este otoño.
Hemos podido descubrir hechos inimaginables como los cuales muchas veces sus canciones nacen de noche mirando el 3/24
Eso de anoche de Pau Vallvé en el Grec fue una cosa que solo pueden materializar aquellos que son capaces de transmitir todo el pantone de sentimientos y estados con el único recurso escénico de voz y guitarra. O, cuando menos, este era el planteamiento inicial: un concierto acústico de verano (inspirado en la actuación de La Ludwig Band del año pasado en el mismo escenario). "Se me ha ido de las manos, y he acabado cogiendo un camión de mudanzas", ha bromeado para explicar que, como estaba en pleno proceso de grabación, ha decidido hacer del anfiteatro de Montjuïc un calco exacto de su estudio.
Plató que ha utilizado no solo para dar vida a su repertorio, sino a descifrar con aquel carisma socarrón que lo caracteriza (él insiste, y lo podemos certificar, que aunque no lo parezca por sus canciones, la mayor parte del tiempo es feliz), el proceso creativo de que han acabado surgiendo muchas de sus creaciones. Así hemos podido descubrir hechos inimaginables como los cuales muchas veces sus canciones nacen de noche mirando el 3/24 (un canal con adeptos entre nuestra escena musical, como La Iaia, que ya le dedicaron una canción).
Entre explicaciones y canciones, su colectivo de devotos ha disfrutado hasta quedarse boquiabiertos y sin aliento con un repertorio que habían podido escoger votando en una urna que había en la entrada del recinto
Y entre explicaciones y canciones, su colectivo de devotos ha disfrutado hasta quedarse boquiabiertos y sin aliento con un repertorio que habían podido escoger votando en una urna que había en la entrada del recinto. El resultado, un setlist que ha rehuido los hits más evidentes, aunque han sonado unos cuantos, para recrearse en muchas composiciones que normalmente quedan fuera de sus conciertos. Por cierto, por favor, Pau, no llames al teléfono que te apuntaron en una de las papeletas de votación. Como dijiste, podría ser Joel Joan.