Un año ha durado una de las grandes películas que Netflix había conseguido añadir a su cartelera, la ganadora de dos Oscars 'Joker'. La cadena norteamericana hacía tiempo que competía con HBO para conseguir incluir este título dentro su oferta y finalmente, en febrero de 2023 lo consiguió. Pero poco ha durado, este 31 de enero de 2024 dejarán de emitir la película de Joaquin Phoenix en la plataforma.

 

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El perfil psicológico del Joker

Es muy probable que ya hayas visto esta película, ya que tuvo mucho éxito el año de su lanzamiento. Pero es uno de aquellos filmes que se pueden ver una vez y otra, y más si nos la retiran de una de las plataformas que más utilizamos.

'Joker' es una de aquellas películas que te hacen pensar, ya que se adentra en el perfil psicológico del personaje, un perfil que fascina y te hace cuestionar muchos aspectos morales y sociales. Rápidamente, nos hace pensar en sí los monstruos nacen o se crean. Arthur Fleck, el nombre del protagonista antes de convertirse en Joker, es una persona que vive para hacer reír a la gente, pero se tropieza con una sociedad tanto cruel como oscura.

Ya se habían hecho anteriormente de películas sobre el malo de Batman, el primero fue Tim Burton el año 1989. Cierto es que el Joker nos lo habían presentado como un elemento creador de caos, o mejor dicho, un personaje que sabe aprovechar la maldad y la corrupción presente en la sociedad para poder exprimirla y llevar a un nivel de destrucción.

Pero en este último filme, lo que nos intentan transmitir es como se crea este malvado, como su interés y deseo de destrucción y venganza acaba siendo la razón de vida del personaje. El análisis del Joker revela una complejidad psicológica que suscita una intensa empatía. La película muestra cómo la sociedad y las experiencias traumáticas influyen en la transformación de Arthur Fleck en el Joker. La risa incontrolable del personaje se vincula con una enfermedad real denominada incontinencia afectiva, originada por daño neurológico.

Los trastornos del Joker

El perfil del Joker se conecta con el trastorno de la personalidad antisocial, caracterizado por la falta de adaptación a las normas sociales y la realización de actos violentos y delictivos. Los psicólogos destacan la predisposición a trastornos psicológicos, oscilando entre la psicosis y la esquizofrenia, agravados por el abandono del sistema de salud y el hostigamiento social.

El traumático descubrimiento de mentiras por parte de su madre y la humillación pública contribuyen a los "factores detonantes" de su condición. El Joker, encarnado por el actor Joaquin Phoenix, se distingue al mostrar crímenes no motivados por hasta materiales, sino ideológicos y filosóficos. Este enfoque revela la oscuridad surgida de una sociedad corrupta e indiferente. El personaje representa una parte de la sociedad que anhela desafiar las reglas y reaccionar.

La conexión con la teoría de la sombra de Carl Jung destaca como el Joker no solo libera su sombra, sino que lo abraza y la deja libre. El análisis subraya la advertencia y la invitación a la reflexión que ofrece el personaje, resaltando el impacto de la actuación de Phoenix al renacimiento del Joker.