¿Cómo nos sentaría que alguien que apreciamos nos dijera alguna cosa desagradable de aquello que más amamos? ¿Alguna cosa como que nuestro hijo recién nacido es muy feo? Pues eso es lo que pasa en La pell fina y desencadena un maratón de confesar verdades. Cuando se representa la obra en el Teatro Borràs todo el mundo ríe, pero a la salida la gente empieza a hablar sobre todos los pensamientos que les ha removido.

Ellos podrían ser nosotros

El guion es obra de Carmen Marfà y Yago Alonso, compañeros de trabajo y de vida. Escriben sobre sus vivencias y eso da como resultado un guion muy natural, que cuenta tanto con la mirada femenina como con la masculina sobre un mismo tema. Además, la interpretación está igual de compensada por dos parejas heterosexuales. Por una parte, Angela Cervantes y Francesc Ferrer hacen de Miranda y Nacho y, por otra parte, Biel Duran y Laura Pau encarnan a los personajes Eloi y Sònia, quiénes recientemente han sido padres.

La pell fina, la dramedia de hacerse adulto / Foto: Marta Caravaca

Se nota que entre ellos ha habido una gran conexión arriba y fuera del escenario y eso facilita que desde que se apagan las luces hasta el momento de aplaudir, sientes como si todos ellos fueran amigos tuyos. Pronto los conoces a los cuatro y empatizas con lo que sienten, pero sobre todo te ríes mucho, tanto de sus bromas, como de sus incomodidades. Además, se encuentran en la terraza del piso de Eloi y Sònia, un escenario que podría ser donde nos encontramos cualquiera de nosotros un viernes por la noche con nuestros amigos.

El gran mensaje de la obra lo da el personaje de Sònia al final de la función: recuerda a sus amigos que lo importante es cuidarse a uno mismo y a todas las personas que amamos y que nos aman

El acto de decir la verdad

Normalmente, se dice que La pell fina habla sobre el acto de decir la verdad y es muy cierto. Se plantean todas las posibilidades, desde ser un sincericida a omitir la verdad. Ahora bien, yo diría que la obra va más allá; también trata temas de la crisis que uno sufre cuando entra en la vida adulta; como ser padres, mudarse fuera de la capital o coger las críticas si eres director de cine, cosa que toca de cerca a los autores. Pero sobre todo, el gran mensaje de la obra lo da el personaje de Sònia al final de la función: recuerda a sus amigos que lo importante es cuidarse a uno mismo y a todas las personas que amamos y que nos aman. Y añade (sin citar palabras textuales) que está bien tener la piel fina porque demuestra que somos humanos.

La piel fina, una obra sincericida

Al fin y al cabo, es una comedia comercial que tiene todos los números para triunfar. Dicen que para que una comedia sea buena, tiene que tener partes de drama y creo que en este caso se cumple. Se tratan temas que hacen daño, como descubrir que habías estado idealizando tu pareja durante mucho tiempo y no es como tú creías, o bien confesar tus miedos y tus complejos como madre, o darte cuenta de que no has sido buen padre desde hace más de diez años. Es una obra que tiene ingredientes de comedia y de drama y cada uno selecciona cuáles quiere para hacer su viaje. Por lo tanto, es una obra que te invita a reír, a incomodarte, a cerrar heridas y a emocionarte.

Es una obra que tiene ingredientes de comedia y de drama y cada uno selecciona cuáles quiere para hacer su viaje

Todas estas emociones son gracias a un guion tan bien cosido, la interpretación tan aseada del reparto y la naturalidad de la escena. Así pues, el éxito está asegurado y la prueba es haber reprogramado dos veces la obra después del estreno en la Sala Flyhard y con una gira por Catalunya en la espalda. Además, casi cada día agotan las entradas. Un éxito que el dúo de dramaturgos ya vivió con la obra Ovelles, donde también contaban con Biel Duran en el reparto.