Los jardines del Castillo de Peralada se volvieron a llenar de invitados y espectadores para inauguración la 35.ª edición del festival musical de referencia del verano alto-ampurdanés. La incertidumbre cernía hasta el último momento en los nervios de los organizadores, a causa del aumento considerable de casos de covid-19 en esta quinta ola y las nuevas medidas aprobadas por la Generalitat.

Finalmente, sin embargo, Peralada ha podido volver a levantar el telón después de una edición 2020 que se tuvo que cancelar y reinventarse en formato streaming por culpa de la pandemia. Lo ha hecho con un aforo del 70% con respecto al habitual, que ha obligado a repensar la estructura auditorio del Castillo y bajo el asesoramiento del equipo del Dr. Antoni Trilla, del Hospital Clínico.

Ballet for life, un canto a la esperanza

Para esta inauguración tan especial, Peralada ha escogido una pieza icónica de la danza que habla de muerte, de amor y esperanza en un mundo turbulento, Ballet for Life, una de las coreografías más recordadas del desaparecido Maurice Béjart, estrenada en el Teatro Nacional de Chaillot de París en enero de 1997, y considerada una de las piezas más impactantes de la historia de la danza.

Con un año de diferencia, casi día por día, y todos con cuarenta y cinco años, habían muerto Freddie Mercury, líder de la banda británica Queen, y el bailarín Jorge Donn, primera figura del Ballet de Lausana, víctimas del SIDA. Dicen que un día, mientras Béjart se encontraba en Montreaux, vio el álbum Made in Heaven de la banda|lado británica, en cuya portada se veía el matei paisaje que podía ver desde su ventana.

Ante esta coincidencia inspiradora, Béjart se sumergió en la obra de Mercury, y del recuerdo por la pérdida de Donn y la tristeza y el dolor provocado por aquella enfermedad que se llevaba tantos jóvenes, salió esta obra también titulada "Presbytère en rien perdu de su charme, ni le jardin de su éclat".

Un grito de angustia que no ha perdido actualidad

La música de Queen y de otro genio muerto demasiado joven, Wolfang Amadeus Mozart, sirvieron al coreógrafo francés para transmitir a través del movimiento de los cuerpos todo este "grito de angustia de una juventud para la cual el problema de la muerte por el amor se añade al de las numerosas guerras que no han cesado en el mundo desde el llamado final de la última guerra mundial", tal como él definía su creación. Y es que como hemos podido ver las últimas semanas, con el repunte de la violencia contra el colectivo LGTBI+, la gran víctima de la pandemia del SIDA, al viejo fantasma de la homofobia no ha desaparecido.

Bajo la dirección artística de Gil Roman, los asistentes han disfrutado de este espectáculo con vestuario de Gianni Versace que, a pesar de todo, quiere transmitir optimismo y esperanza, mientras la noche iba extendiéndose sobre sus cabezas y la tramontana se añadía a las notas de los grandes temas de Queen y al Così fan tutte de Mozart. Al final, el saludo de toda la compañía y Roman encima del escenario con el Show must go on –"el espectáculo ha de continuar"– permitió al público soltar las emociones contenidas después de más de una hora y tres cuartos de danza.

Después de la inauguración de este viernes, está previsto que actúen en Peralada artistas como Jonas Kaufmann, Javier Camarena, Lise Davidsen, Sondra Radvanovksy, Iratxe Ansa, Lucía Lacarra, Rusfus Wainwright o William Christie, entre otros.