¿Habéis tenido alguna vez la sensación de querer coger un libro y que se os hiciera bola solo de pensar? ¿Os ha pasado que tenéis ganas de leer, pero os sentís incapaces de escoger el qué y acabáis haciendo otra cosa? O que lleváis toda la vida diciendo: ¿tengo que leer pero no encuentro el momento? Si la respuesta es afirmativa y os habéis sentido identificados, es posible que estéis viviendo un bloqueo lector. "El bloqueo lector ocurre cuando una persona que es lectora, que le gusta leer y que supuestamente disfruta de la lectura, de sopetón no puede leer o no se sabe sentar y concentrarse; y en principio deja de lado el libro o la lectura durante una temporada", explica Pilar Maurell, coordinadora de actividades de la librería Ona de Pau Claris y con toda una vida dedicada a los libros. Pero este bloqueo también se manifiesta en personas que, sin tener un hábito a las espaldas, siempre han querido adentrarse en la lectura sin saber cómo.
El bloqueo lector no es un estado permanente: hay varias formas de combatirlo y volver a disfrutar de la lectura, o introducirse por primera vez, en el caso de aquellos que nunca hayan encontrado el momento. Por ejemplo, coger algún libro que te haya gustado y releerlo o encontrar los espacios y momentos adecuados, que no son los mismos para todo el mundo. En este sentido, cada persona tiene que encontrar su manera de conectar con la lectura. Otra manera de empezar a leer, según explica Maurell, es hacerlo con cuentos. "Los cuentos son pequeñas píldoras que puedes leer de una manera totalmente autónoma cuando quieras, y no necesitas demasiado tiempo", explica, y también se muestra muy a favor de participar en clubs de lectura. "Siempre es una manera de volver a la lectura acompañado, porque también puedes hacerlo con un amigo", comenta.
¿Y qué piensa Pilar Maurell de abandonar los libros cuando no te están gustando? ¿Prefiere seguir con el compromiso o detener la lectura? "Yo lo dejo. Si un libro no te engancha, si has leído unas 50 o 100 páginas y no te ha enganchado, déjalo; déjalo porque quizás no es el momento de este libro y lo acabarás aburriendo", argumenta, "y habrá otros momentos u otra época en que tú estarás más focalizado para leer aquel libro". De la misma manera, la coordinadora de actividades de Ona también piensa que todos, a nuestra manera, somos lectores, y que no nos tenemos que obligar a leer grandes clásicos si no es que nos apetecen mucho, porque puede ser contraproducente cuando se está intentando volver al hábito de la lectura. "Sobre todo que empiecen con cosas que les apetezcan; es decir, que no empiecen con lecturas difíciles porque se tienen que leer; que empiecen con otros autores que son mucho más fáciles, interesantes o que te pueden atraer más", concluye.