Qué sí. Que Calella de Palafrugell es preciosa, y que la playa de Cadaqués es idílica. Lo sabemos y lo compartimos. Pero lo que también es verdad es que la Costa Brava empieza un poquito más abajo. Recordáis eso de 'nascut entre Blanes i Cadaqués...'? Pues en Blanes empieza la Costa Brava y como buena blandense, estoy aquí para reivindicar la Costa Brava Sur.
Exceptuando Tossa, los otros dos pueblos de esta zona quedan muchas veces eclipsados por las playas más famosas. Blanes y Lloret (sí, Lloret también, pero no lo diré muy fuerte) son más que turistas y fiesta, y cuentan con playas realmente preciosas que no tienen nada a envidiar en las calas del Alt Empordà ni las de Tarragona. Por eso, exceptuando aquellos rinconcitos que no se pueden desvelar para no ser desterrada, te dejo una lista para disfrutar de cinco playas preciosas de las que nadie habla.
Playa de Sa Palomera (Blanes)
Es una de las estampas más conocidas de Blanes: la playa con las barquitas en el centro de la vila. Es justo donde está el portal de la Costa Brava (que, hablemos, es una escultura de hierro que no tiene nada), pero lo realmente importante es la roca: Sa Palomera. Dicen que tiene forma de dragón, o que es la cabeza de un gigante. Sea como sea, es el sitio perfecto para los más pequeños y los mayores. Queda dentro de la bahía y el agua, normalmente, está muy tranquila. Es el típico lugar donde los abuelos llevan a los nietos a bañar porque tiene poca profundidad. Si no quieres criaturas corriendo a tu alrededor, ve al principio o al final de día.
Cala Bona (Blanes)
Si quieres marcharte un poquito más lejos de la civilización pero sin pasarte, esta playa puede ser la ideal para ti. La Cala Bona, de Sant Francesc o de Sant Fransciscu, se encuentra en medio de los acantilados y es ideal para ir a pasar una mañana o una tarde. Tiene dos zonas, en función del tipo de playa que prefieras: una con arena y la otra con rocas. Puedes aprovechar y hacer una paella en el restaurante o un buen vermú después de hacer el bañito. No es una playa muy grande y, por este motivo, en plena pandemia por el coronavirus, se está regulando el acceso. Así que, si quieres ir, hazlo muy temprano o dirígete a alguna de las otras calas de esta lista.
Treumal y Santa Cristina (Blanes y Lloret de Mar)
Si con una playa no tenías bastante, aquí tienes dos bien juntitas. Es la frontera entre Blanes y Lloret de Mar, cada una de un municipio diferente. Dice la leyenda que Blanes vendió Santa Cristina a los habitantes de Lloret por un plato de lentejas. Sea cierto o no, son playas preciosas con arenita fina de aquella que te llevas a casa de recuerdo entre los rincones del bañador. Las dos playas, que son relativamente grandes, quedan divididas por un pasillo natural entre las rocas. Con el tradicional paisaje de la Costa Brava, entre los precipicios te aislarán del mundo un rato.
Cala Boadella (Lloret de Mar)
Ya introducidos en el término municipal de Lloret de Mar encontramos la Cala de Sa Boadella. Con vistas en la costa de los Jardines de Santa Clotilde y a la roca de S'Aguia, es una playa tranquila y preciosa. Con rocas e islotes, es perfecta para ir a pasar el día con tranquilidad. Eso sí, para ir tienes que estar dispuesto o dispuesta a caminar un rato. Si te digo que es tranquila, no será porque puedes dejar el coche a dos minutos. También es la cala nudista de la zona así que, si te sientes más cómodo sin bañador, esta es tu playa.
Cala Canyelles (Lloret de Mar)
Pasado Lloret, hacia el norte en dirección Tossa, Cala Canyelles es una de aquellas playas con encanto donde también puedes hacer deporte. Puedes ir a bañarte tranquilamente o alquilar un kayak y descubrir los acantilados y las calitas escondidas por los alrededores. También puedes coger las gafas e investigar qué encuentras en el fondo del mar. La playa de arena gruesa, es el lugar ideal para hacer la lagartija con un buen libro disfrutando del agua tranquila.